Manuel Jove dice adiós a la energía en España: vende su negocio solar

Inveravante, de Manuel Jove, aprueba en junta general un beneficio de 14 millones, pese a anotar unas pérdidas consolidadas de 70 millones

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Manuel Jove no se fía. El empresario coruñés, al frente de Inveravante, ha decidido liquidar todos sus negocios energéticos en España con la venta de dos de sus activos solares, que se suman a la desinversión realizada el año pasado con los parques eólicos de Gestinver. Inveravante firmó a finales de 2018 la venta de las filiales Ibereólica Solar Morón SL e Ibereólica Solar Olivenza SL al grupo T-Solar. Con esa operación, que trasciende ahora, Jove cierra un capítulo con claros mensajes a la inseguridad jurídica que reina en España por los vaivenes en el marco regulatorio. Así de claro lo dice Inveravante en su memoria anual.

El grupo del empresario coruñés da cuenta de la venta de los grandes pozos petrolíferos de Vetra, la filial colombiana, como adelantó Economía Digital. En esa operación, que se materializó tras dos intentos frustrados, Inveravante y Vetra cambiaron de fórmula: vendieron por 93,5 millones de euros sus bloques de exploración en Colombia a la canadiense Gran Tierra Energy. Pero lo que más llama la atención en la división energética del grupo son los motivos de su salida de España.

Decisiones políticas

Inveravante asegura sin medias tintas que «tras el Real Decreto Ley 9/2013 (el de medidas urgentes para garantizar la estabilidad financiera del sector eléctrico, que supuso el fin de las primas) y sus desarrollos posteriores en España, donde el grupo ya no dispone de activos de generación de electricidad, la actividad se encuentra en una fase de estabilidad regulatoria en los países en que o bien disponen de activos en explotación como Panamá y Brasil o bien de activos en desarrollo como Panamá o República Dominicana».

El grupo de Jove abunda en los motivos: «Recientemente, y bajo una política de rotación de activos, Genera Avante ha desinvertido en Canadá, debido a la dificultad de seguir creciendo en aquel país, y en España, por los cambios regulatorios que tanto han afectado a la rentabilidad de los proyectos en energías renovables». Así se despacha el grupo en su memoria. Ese decreto al que hace referencia fue impulsado por el ministro José Manuel Soria, bajo la presidencia de Mariano Rajoy.

El peso de la energía en Inveravante

A 31 de diciembre de 2018 el importe neto de la cifra de negocio alcanzó los 152,1 millones de euros, sensiblemente por debajo de la firmada el año anterior, cuando Inveravante había ingresado 184,2 millones. En 2018 la actividad de energías renovables representó un 45% de la cifra de negocio del grupo, mientras que la actividad inmobiliaria y hotelera supuso otro 45%, con un incremento del 8% respecto al ejercicio 2017. El resto de actividades del grupo ha supuesto un algo más de un 9% de los ingresos.

El Grupo Inveravante presenta al 31 de diciembre un activo total de 2.214 millones de euros, con un patrimonio neto que asciende a 1.375 millones de euros. El importe total de las deudas con entidades de crédito y de obligaciones y otros valores negociables a corto y largo plazo es de 527 millones de euros, lo que supone un 24% sobre el total de los activos del grupo consolidado. Aproximadamente el 51% del endeudamiento de Inveravante corresponde a la financiación de los proyectos de energía.

Los resultados se resienten

La energía, en su vertiente internacional, sigue siendo uno de los focos de atención del grupo, que ha continuado con la explotación de los parques eólicos ubicados en Brasil. En el campo de la energía hidráulica, la central de Monte Lirio (Panamá) y la de Inxii (Brasil) facturaron un total de 33 millones de euros. Y al cierre del ejercicio estaba prácticamente finalizada la construcción de un parque eólico en República Dominicana y ha continuado con la construcción de la central hidráulica de Pando, en Panamá.

La junta general de accionistas de Inveravante, celebrada el pasado mes de junio, aprobó un beneficio neto de 14,1 millones de euros, que se destinaron prácticamente en su integridad a reservas. Sin embargo, el grupo consolidado registró unas pérdidas de 70,6 millones, frente a un beneficio positivo de 5,3 millones registrado un año antes. El resultado de explotación tuvo una evolución similar: de 54 millones en positivo en 2017 a 17 millones de ganancia el año pasado.

El impacto de Vetra

El grupo explica que los estados financieros reflejan una pérdida como consecuencia del ajuste resultante de valorar los activos enajenados de Vetra, la filial colombiana. «La política de valoración de la actividad petrolífera por parte del grupo se ha venido fundamentando en el valor de las reservas probadas y probables como base para estimar su valor de realización de mercado», señalan en la misma línea.

El grupo llegó en febrero a un acuerdo de venta de una parte importante de sus activos en operación en Colombia y el 50% de sus bloques exploratorios, negocio que era desarrollado a través de sus filiales Vetra Southeast, S.L. y Vetra Exploración y Producción Colombia.

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