Repsol conectará sus 10 plantas de biometano con la mayor central de hidrógeno proyectada en Galicia

La petrolera, junto a Naturgy y Reganosa, diseña un doble proyecto de hidrógeno y biometano que tienen como base Meirama y como objetivo la transformación de la refinería y de la actividad de Repsol en A Coruña

Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol, durante el ESG Day de la compañía en Londres / Repsol

Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol, durante el ESG Day de la compañía en Londres / Repsol

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El apagón de las térmicas de Naturgy y Endesa ha dado paso a dos enclaves estratégicos para Galicia en la transición hacia la nueva economía descarbonizada. En As Pontes se agolpan los proyectos de EDP y Reganosa, Ence o Sentury Tire, acompañados por los parques eólicos que pretende poner en funcionamiento la eléctrica que dirige José Bogas. En Meirama son Naturgy, Repsol y Reganosa los que están diseñando un nuevo polo industrial que se extiende desde los terrenos de la antigua central hasta el puerto exterior de Punta Langosteira. E incluso más allá, pues la petrolera ha anunciado la construcción de diez plantas de biometano que se repartirán por distintas zonas de Galicia y que pretenden aprovechar los residuos municipales y ganaderos como fuente para la producción renovable.

La compañía de Josu Jon Imaz presentó las líneas básicas de su plan en Londres, durante el ESG Day del pasado 3 de octubre, en el que avanzó que las plantas sumarían una capacidad de producción de 600 GWh y que no se limitarían a la inyección directa en la industria o el transporte marítimo para su uso como carburante verde. También se prevé la aplicación del biometano en la producción de combustibles sintéticos, productos químicos o en la generación de hidrógeno renovable para biofuels, las actividades en las que está centrando su desarrollo futuro la refinería de la petrolera en A Coruña. La compañía presentó incluso una estimación de rentabilidad de 45 euros de ebitda por MWh para su iniciativa de biometano, aunque, consultada por este medio, no quiso profundizar más sobre este aspecto al señalar que se trata de un proyecto en evolución.

En su presentación durante la jornada londinense, Berta Cabello, directora de Combustibles Renovables del grupo, hizo hincapié en que Repsol y sus socios –Naturgy y Reganosa– tenían una «estrategia diferente» con el biometano a la de otros actores, como las gasistas, pues al ampliar la gama de usos podían «integrar los activos existentes y los activos futuros». Esta perspectiva integradora también se aplicaría al sistema de aprovechamiento de residuos, que combinan plásticos y orgánicos, urbanos y ganaderos, así como, en el caso de Galicia, el «aprovechamiento de la biomasa, que contribuirá a hacer frente a los incendios».

La nueva industria de Meirama

El planteamiento de Repsol amplía la propuesta presentada en septiembre del año pasado para optar a los fondos Next Generation. Junto a Naturgy y Reganosa, preveían una inversión de 146 millones de euros para generar anualmente 300 GWh de energía renovable con 1,2 millones de toneladas de deyecciones ganaderas. El proyecto contaría con cinco plantas de pretratamiento para deshidratar el excedente de purín bovino que ahora la petrolera eleva a diez, duplicando también la capacidad de producción a esos 600 GWh e incorporando en el sistema de aprovechamiento los residuos industriales y municipales.

La primera planta a construir y el elemento más costoso del plan es la central de digestión anaerobia (a principios de año se estimó en 120 millones) para la producción del gas renovable, cuya ubicación está prevista en Meirama (Cerceda). En esos mismos terrenos, los tres socios ya están desarrollando un hub de hidrógeno renovable que se pondrá en marcha en 2025 y que incluye la construcción de la mayor central de hidrógeno que se proyecta en Galicia, con una potencia inicial de 30 megavatios, pero escalable hasta los 200 megavatios en su última fase de desarrollo. La única de similar tamaño es la planteada por la filial química de Finsa (Foresa) e Iberdrola en Caldas de Reis, con 20 megavatios iniciales y ampliable también hasta los 200.

Los dos proyectos tienen usos similares y encaje con la transformación industrial de Repsol en Galicia. La planta de hidrógeno se utilizará directamente en la industria, tanto en la refinería como en terceros clientes. También se inyectará en la red gasista para ser mezclado con gas natural y se empleará en movilidad. El biometano, como expuso Repsol en su ESG Day, puede utilizarse de una manera parecida en la industria y el transporte, pero también para el tipo de productos verdes (químicos, carburantes…) en los que la compañía pretende centrar la actividad de sus refinerías.

Conexión con la refinería y el Puerto Exterior

Además de tener usos similares, los dos proyectos se integran en un área industrial conectada con la refinería y el puerto exterior. Meirama es un área de transición justa, ubicación de la clausurada central térmica de Naturgy, y enganchada por línea de alta tensión y gasoducto con el centro industrial de Sabón y con Punta Langosteira. La central de hidrógeno permitirá abastecer directamente a la refinería de Repsol para sustituir el hidrógeno convencional que ya utiliza por el nuevo vector renovable. A su lado tendrá la planta de biometano, conectada en una red centralizada de aprovechamiento y tratamiento de residuos. El propio biometano se utiliza tanto para la producción de hidrógeno como para la generación de biocarburantes y combustibles sintéticos, que es la actividad en la que concentrará sus esfuerzos Repsol en la refinería coruñesa. El nuevo enfoque de las instalaciones es una de las dos grandes transformaciones de la petrolera en Galicia. La otra fue la compleja y gradual mudanza al puerto exterior desde los muelles interiores.

Conectividad entre Meirama y el Puerto Exterior

Repsol produjo por primera vez hidrógeno renovable a partir de biometano en 2021 en la refinería de Cartagena. El hidrógeno verde, unas 10 toneladas, fue transformado en combustibles de baja huella de carbono, como gasolina, gasóleo y queroseno para aviación. En aquel caso, el biometano se había obtenido a partir de residuos sólidos urbanos.

El enfoque de Repsol: un electrolizador en cada refinería

Los dos proyectos optan a ayudas públicas. Repsol, Naturgy y Reganosa presentaron el de generación de biometano a los fondos Next Generation. Es, de hecho, uno de los llamados «proyectos tractores» que impulsó la Xunta a través de la sociedad público-privada Impulsa Galicia. La planta de hidrógeno, por su parte, ya recibió 15 millones del Ministerio para la Transición Ecológica procedentes de los fondos de transición justa.

Ambas iniciativas engarzan con la estrategia de la petrolera para conseguir sus objetivos de descarbonización y alcanzar las cero emisiones netas en 2050. Repsol comenzó a producir hidrógeno en Petronor (Muskiz, Vizcaya) este mismo mes, utilizando para ello un electrolizador de 2,5 megavatios. Ahora prepara instalaciones similares, aunque de mayor tamaño, en sus otros cuatro grandes centros industriales. En Cartagena incorporará un electrolizador de 100 MW; en Tarragona, de 150 MW; y en Puertollano, de 30 MW. El de A Coruña estará en Meirama y tendrá también una capacidad inicial de 30 MW, lo que permitiría producir unas 4.000 toneladas de hidrógeno renovable al año. Una vez esté al máximo de su capacidad podría generar hasta 30.000 toneladas anuales.

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