El plan de Abanca para seguir en solitario: crecer sin compras este año, pero “diversificar negocio y territorio”
Los de Juan Carlos Escotet, que cerraron diez adquisiciones en una década, rechazan cualquier interés en una fusión con Sabadell, que cerró 2024 con más de 19.000 empleados y 1.420 oficinas frente a los 8.163 trabajadores y 656 puntos de la entidad gallega en España

El presidente de Abanca, Juan Carlos Escotet durante la presentación de los resultados obtenidos por el banco en 2023. EFE/Xoán Rey
Abanca emerge, sin pretenderlo, en la batalla entre Sabadell y BBVA motivada por la opa hostil de los de Carlos Torres. Y es que, todo parece indicar, que los de Josep Oliu ven a la heredera de las cajas gallegas como un caballero blanco que los libraría de la absorción si se llevase a cabo una operación de fusión en la que también podría entrar Unicaja. Desde hace días, varios son los medios económicos que han planteado esa posibilidad, si bien los de Juan Carlos Escotet la han rechazado por completo. Su hoja de ruta está trazada desde hace tiempo y pasa por crecer en solitario: sin adquisiciones este 2025, eso sí, pero apostando por un crecimiento tanto geográfico como de sus líneas de negocio.
Este lunes, Expansión publicó que el Sabadell exploraba la fusión con Abanca como alternativa a la opa del BBVA. Según el medio, la operación no revestiría problemas para el Banco Central Europeo y también sería del agrado del Gobierno de Pedro Sánchez, favorable a un movimiento de capital alternativo que paralizase la oferta hostil de Torres.
Refrenda esa teoría el hecho de que, durante la tarde, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, dio aire al Sabadell, al declarar que el Ejecutivo analizará cualquier otra operación “con las mismas lentes” que examina la opa del BBVA. El político recordó que “las decisiones con respecto a movimientos empresariales entre empresas corresponden a las empresas”, pero reiteró que en el Gobierno existe preocupación con respecto al potencial impacto de la absorción en marcha. “Se trata de una preocupación relativa a un posible exceso de concentración, la escasez de competencia, las condiciones para los clientes y el empleo en materia de inclusión financiera, de mantenimiento de empleo y de cohesión”, expuso.
Una década de compras
Sin embargo, el principal fallo en la ecuación para los intereses del Sabadell está en que Abanca ha dejado claro de forma meridiana que “no tiene interés” en explorar una fusión. En la mañana del lunes emitió un comunicado en el que indica que “solo” participará “en operaciones que garanticen la preservación de nuestro modelo de gobernanza y nuestro modelo de negocio, pilares fundamentales de nuestro éxito”. “Abanca ha demostrado en la última década un sólido crecimiento, tanto orgánico como inorgánico, lo que nos posiciona como un actor relevante en el sector financiero. Nuestra prioridad actual es culminar con éxito la integración de EuroBic en Portugal, un paso clave dentro de nuestro plan estratégico 2025-2027, que está enfocado en el fortalecimiento integral de nuestras áreas de negocio y en consolidar nuestra presencia en los mercados donde operamos”, zanjó.
En realidad, la hoja de ruta de Abanca no da lugar a muchas interpretaciones. El pasado ejercicio, la heredera de las cajas gallegas cumplió una década de vida con 10 adquisiciones a las espaldas. En todos los casos, se trató de entidades más pequeñas que complementaron su estrategia de crecimiento en puntos clave del mercado español y del portugués en los que contaba con menor presencia.
Tras constituirse en 2014 tras el proceso de puja de los activos de NovaGalicia Banco por parte del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), los de Juan Carlos Escotet no pararon de crecer tanto orgánica como inorgánicamente. Fue a finales de se ejercicio cuando Abanca culminó la integración de la red del histórico Banco Etcheverría. En 2017, la financiera con sede en A Coruña se hizo con la antigua división de consumo de Banco Pastor para, un año después, integrar el negocio portugués de Deutsche Bank. Las compras no pararon ni en pandemia, cuando se hizo con la vasca Bankoa y con el negocio español de Novo Banco.
Los de Escotet también contabilizan dentro de su crecimiento inorgánico su desembarco en el sector de los seguros con Abanca Seguros Generales, el negocio que comparte con Crédit Agricole y que puso en marcha en 2021. Además, en 2022, el banco heredero de las cajas volvió a hacerse con el control de la gestora de fondos de inversión Imantia Capital.
Su novena operación se produjo en 2023. Fue la de Targobank, el negocio español de Crédit Mutuel, que supuso un refuerzo de la entidad en zonas de España donde tenía una presencia menor, como Comunidad Valenciana y Baleares, al margen de Madrid.
Centrada en EuroBic
La última operación, la de mayor envergadura, se llevó a cabo el pasado ejercicio, y supuso convertir a Abanca en el séptimo mayor banco de Portugal, con la adquisición de EuroBic, con la que triplicó su presencia en el país vecino.
El proceso de integración de EuroBic centra ahora mismo los esfuerzos de Abanca. La financiera lo indica en la nota de prensa emitida este lunes, pero ya lo avanzó muchos meses antes de que su nombre surgiese como eventual salvación para el Sabadell.
El verano pasado, coincidiendo con la presentación de resultados del primer semestre del banco, Juan Carlos Escotet indicó que tras la operación de EuroBic descartaba nuevas compras en el corto plazo. “Creemos que este año y la totalidad de 2025 vamos a estar centrados en el proceso de integración y de defensa y consolidación de las operaciones que hemos llevado adelante” , indicó.
Meses después, en febrero de este año –en este caso en la presentación de los resultados anuales– el CEO de la financiera, Francisco Botas, reiteró la idea. “No tenemos previsto en el horizonte de 2025 ninguna integración adicional, salvo la de EuroBic, que concluye en el tercer trimestre y va a buen ritmo. Es una fusión muy complementaria, porque nos da más presencia en un mercad tan estratégico como es Portugal para nosotros. Ya supone un 15% del total de negocio de Abanca”, respondió a preguntas de la prensa.
Plan Estratégico
En el comunicado en el que Abanca rechaza cualquier tipo de interés en una operación de concentración con el Sabadell, el banco indica que la integración exitosa de Eurobic es una pieza clave de su Plan Estratégico 2025-2027, un documento interno con el que ha empezado el año y que, básicamente, marca unas líneas de actuación para el trienio que apuestan por el fortalecimiento de las áreas de negocio actuales y la consolidación de los mercados en los que ya opera.
Aunque el nuevo Plan Estratégico no es público, la entidad avanza sus líneas maestras en su última memoria anual, la relativa al ejercicio 2024. “Este plan se centrará en impulsar el crecimiento diversificado, geográficamente y por líneas de negocio, con un modelo cercano que potencie la vinculación del cliente a través de una potente plataforma omnicanal y que continuará avanzando en la transformación del grupo con foco en la eficiencia y la resiliencia a través del despliegue de una nueva arquitectura tecnológica, con procesos soportados en el dato, el despliegue de la IA y con las personas y el entorno en el centro de la gestión”, expone. Abanca quiere consolidar su crecimiento. Sola.
Números dispares
En la década de vida de Abanca, más allá de las diez adquisiciones anteriormente enumeradas, la firma con base de operaciones en A Coruña realizó otra oferta, que en este caso no fructificó. Llegó a ofrecer 1.700 millones de euros para hacerse con el 100% de Liberbank mediante un canje de acciones con las fundaciones de Cajastur, Caja Extremadura y Caja Cantabria, y, en teoría, un pago de casi 1.300 millones al resto de accionistas. No obstante, fue precisamente Unicaja –ahora también supuestamente en el radar del Sabadell– quien finalmente se hizo con la entidad.
En este caso, Abanca también apostó por una absorción del 100% de la entidad heredera de las cajas asturiana, extremeña y cántabra, una operación muy distinta a la que ahora se plantearía con el Sabadell, entidad mucho más grande.
A finales de 2024, el Sabadell presentaba unos activos totales de 235.173 millones de euros mientras que Abanca rozaba los 84.000 millones (más otros 13.000 millones fuera de balance). La resultante de las antiguas cajas contaba con unos 8.163 empleados en el grupo frente a los más de 19.300 de los catalanes, que contabilizaban 1.420 oficinas frente a las 656 de Abanca en España.
En cualquier caso, el negocio del banco gallego es atractivo para cualquiera. El pasado año ganó 1.203 millones de euros, con una rentabilidad ROTE recurrente del 16,5%. Sabadell rozó el 15% y se anotó un beneficio récord de 1.827 millones.