Asunto Sánchez

La horadación provocada por cinco días de estupor y pasmo, las cinco jornadas de un vergonzoso silencio cómplice, de muda connivencia, pasarán amarga factura

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su comparecencia institucional en La Moncloa, en la que ha comunicado que ha decidido seguir al frente del Ejecutivo

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su comparecencia institucional en La Moncloa, en la que ha comunicado que ha decidido seguir al frente del Ejecutivo, EFE/Moncloa/Borja Puig de la Bellacasa.

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp

Hay paralelismos que resultan inevitables. Netflix saca la serie sobre el docudrama del asesinato de Asunta Basterra y Producciones Ferraz el suyo sobre Asunto Sánchez. En ambas, la sarta de evidencias sonrojantes es tal que el resultado no podía ser otro: condena.  

Pero, ¿cómo fue posible?

El análisis sobre la personalidad de Rosario Porto resultó concluyente: aquejada de narcisismo, incapaz de asumir responsabilidades, y doliente de inmadurez relacional. El ya, para la posteridad, autodimitido presidente del Gobierno, habiendo amagado a través de una larga misiva (las cartas de cuatro páginas ya no son epístolas, sino panfletos), nos exhorta a comprenderlo para aclamarlo, aunque no estemos matriculados en su curso de resistencia. Para cátedras estamos…

La hoguera de las vanidades chamusca sus propias víctimas, reos que son de sus desmedidas ambiciones, material inflamable que se enciende desde dentro, como la yesca. La irresponsabilidad es lo que tiene, que permite otorgar culpas sin pedir explicaciones, porque el mal siempre viene de un otro. En el fondo, él no quería, fuimos nosotros, todos, los que le obligamos y también somos nosotros, todos, los que le forzamos a seguir. Toda España se convierte en un clamor, toda España se transforma en una gran Plaza de Oriente, todos nos hemos rasgado los ojos de dolor y, firmemente agarrados gracias a nuestros entrelazados brazos, agradecemos a la providencia haber sido bendecidos con la beatífica figura de Kim Jong Sánchez. Pero, ¡que podría haber sido de nosotros sin ti!

Y ahora, ¿qué?

Las manifestaciones finisemaneras ante Ferraz ponen de manifiesto algo que al PSOE parece que le está pasando inadvertido. No hay respaldadores de menos de treinta años entre los exaltados concurrentes. Algo que también acontece en el PSdG; en el fondo, son los mismos y ni siquiera han cambiado ni de collar. Los jóvenes ya no tienen apego al ondear de banderas, por cierto, todas iguales, síntoma de una provocada homogeneidad. Los clamores, por inconscientes, no han conseguido desapegarlos de las barras de los bares, ni tan siquiera los esforzados de Más Madrid. El pericardio inflamado, rebosante de comprensión ante la trovadora declaración por el honor de la abnegada esposa, transformado su nombre ya en Becoña gracias al ardor vocinglero y entusiasta de las groupies del, una vez más, renacido.

Rosario Porto y su inductor Basterra representan dos de los rasgos más declaradamente compostelanos de una Compostela de otro siglo: la genética convertida en una ciencia exacta y la estética reñida con la ética. Ser de buena familia, ese rasgo típico de las mentalidades ancestrales y de ferrado, deudoras de una certeza sobre la existencia real del rancio abolengo, se entrelaza con la mera apariencia convertida en bandera izada. Si, como dice Leguina, Sánchez ha matado a su padre, más bien a su madre, porque un partido político capado tiene más de regazo que de gónadas visibles, lo que vaya a quedar a futuro serán los restos de una pleitesía vergonzante, inexplicable tanto por su primera perplejidad como por su consecuente entusiasmo. Verbigracia, no roza ya lo penoso, sino lo siguiente, lo estrafalario y desmedido.

Finalmente, nada

La horadación provocada por cinco días de estupor y pasmo, las cinco jornadas de un vergonzoso silencio cómplice, de muda connivencia, pasarán amarga factura. Cómplices los compañeros de bancada y comité, cómplices los militantes, cómplices los aliados, cómplices hasta la oposición dizque constructiva, no poniendo ésta el dedo en la llaga más directa: lo ridículo de todo lo ocurrido. Aunque lo sucedido no lo merezca, por burdo y simplón, no podemos dejar de recordar aquel episodio histórico, tantas veces citado, aunque, todo hay que decirlo, mal, donde Stefan Zweig pone una frase rotunda en boca de su biografiado Fouche, el genio tenebroso tan adorado por Pablo Iglesias, a raíz de la indignante muerte por fusilamiento de Louis Antoine de Bourbon, duque de Enghien, ordenada esta por Napoleón: “Sire, fue peor que un crimen, fue una equivocación”, traducido muchas veces esto último, como estupidez. Valen ambas.

PD Y dijo Caín a Jehová:Grande es mi iniquidad para ser perdonado” (Génesis 4, 13).

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp

2 comentarios en “Asunto Sánchez

  1. Antes de la hibernación de cinco días del presidente habría escrito que es un artículo excelente. Hoy tras su Resurrección – con ese afán fervientemente inquisidor – afirmó que el artículo es también valiente. Porque hay que echarle valor al simple acto de cuestionar a quién se siente ungido y considera infrahumanos a quienes no le ronrroneen. Sin embargo, el «revenant» – como todos los muertos que regresan – aún no sabe que es un cadáver.

  2. Muchas gracias Fernando por tu comentario. Creo que el daño que está produciendo esta actitud displicente y de triunfador de tercera hace no solo hace daño al propio PSOE, parece que obligado a aplaudirlo todo, sino también al propio sistema. Cuando Feijóo va poniendo ficha a ficha del dominó, pacientemente, va el otro y cuando el primero se despista, le tira un balonazo desde la cancha de baloncesto. Está claro que están jugando a juegos distintos. Sánchez es un líder propio de los tiempos que corren, y a Feijóo se le está quedando cara de pasmo. No es fácil, pero, en estos momentos, hacer oposición, es imposible. El PSOE la tiene dentro, pero está callada.