Ábalos sigue eliminando peajes en las autopistas

El Consejo de Ministros da el primer paso para suprimir los peajes de la AP-4 y la AP-7, mientras Galicia sigue esperando la transferencia de la AP-9

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El Gobierno continúa con su plan para suprimir peajes en las autopistas que regresan a las manos del Estado tras el periodo concesional. El Ejecutivo ha dado el primer paso para liberar de pago a la AP-7, en su tramo entre Tarragona y Alicante, y la AP-4, entre Sevilla y Cádiz. El 1 de enero los viales pasarán a manos públicas tras la finalización del contrato concesional con Abertis.

Este viernes, el Consejo de Ministros aprobó la licitación de cuatro contratos de servicio para las operaciones de conservación y explotación de la AP-7 por 129,17 millones. En el caso de la AP-4, el importe del servicio de mantenimiento asciende a 24 millones.

Los contratos, que deberán adjudicarse antes de que las autopistas reviertan al Estado, incluyen la subrogación del personal que actualmente trabaja para Abertis. La recuperación de los dos viales darán continuidad a la autopista Burgos-Armiñón (AP-1), la primera en levantar sus peajes tras finalizar el contrato con Itínere, también concesionaria de la AP-9 gallega.

La situación de la AP-9

En tierras gallegas, en cambio, la situación es muy distinta. La concesión de Autopistas del Atlántico se prolonga hasta 2048 y la AP-9, que une Ferrol con la frontera portuguesa, ha sufrido la mayor subida en el peaje de la red de vías dependientes de Fomento. Los convenios firmados por José Blanco y por Ana Pastor pactando compensaciones con la concesionaria provocaron el mayor incremento en el Estado.

La Xunta está pendiente de la transferencia de la autopista, solicitada unánimemente por el Parlamento gallego, desde diciembre del año pasado, cuando el Congreso dio luz verde para negociar el traspaso.

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