La radicalización de la derecha da el triunfo al PSOE en Galicia

Los socialistas obtienen un resultado histórico en Galicia aprovechando la división de las mareas, la debacle del PP y el miedo a Vox

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Ni con Emilio Pérez Touriño en la Xunta y José Luis Rodríguez Zapatero en el Gobierno central, el PSOE había logrado ganar unas elecciones generales en Galicia. Lo hizo cuando la extrema derecha apretaba y en plena crisis territorial, aprovechando una debacle sin precedentes del Partido Popular en uno de sus feudos más fiables. El partido de Pedro Sánchez y de Gonzalo Caballero fue la fuerza más votada en Pontevedra y A Coruña y estuvo a la par de los populares en Lugo y Ourense, aunque por debajo. Obtiene 10 diputados, tres por A Coruña, tres por Pontevedra y dos por Lugo y Ourense. En las últimas generales había conseguido solamente seis.

El crecimiento del PSOE se produce en medio de una radicalización del discurso de las fuerzas de la derecha para competir por el voto de Vox que solo ha beneficiado a Ciudadanos. El partido de Albert Rivera consigue por primera vez diputados por Galicia, uno en A Coruña y otro en Pontevedra, ganando 40.000 papeletas respecto a los últimos comicios (11%). En Común, la plataforma impulsada por Izquierda Unida y Podemos, logra dos diputados después de la ruptura con En Marea, que se ha quedado a la altura de Pacma y fuera del Congreso.

 

A Coruña: 3 PSOE, 3 PP, 1 En Común, 1 Ciudadanos

Pontevedra: 3 PSOE, 2 PP, 1 En Común, 1 Ciudadanos

Ourense: 2 PSOE, 2 PP

Lugo: 2 PSOE, 2 PP

Ni Ence ni Alcoa pueden con Pedro Sánchez

Pedro Sánchez es el ganador indiscutible en Galicia, alcanzando el 32% de los votos. Logró 348.00 papeletas en 2016 y sumó cerca de 515.000 este domingo, exprimiendo al máximo el voto útil contra la derecha. Facilitó mucho las cosas a los socialistas la fragmentación de En Marea y no sirvió de nada el empuje del PP respecto a la crisis industrial en Alcoa y en Ence, cuya prórroga seguirá en el aire tras estas elecciones.  

El PSOE rentabilizó el centro político que abandonó el PP de Casado para desesperación de Alberto Núñez Feijóo, que sabe que la crispación no acostumbra a ganar votos en Galicia.  

El otro ganador de la jornada es Ciudadanos, que por primera vez consigue representación por Galicia a pesar de no tener apenas peso en las instituciones. Fue cuarta fuerza en A Coruña, Pontevedra y Lugo y tercera en Ourense. La debacle del PP le permitió sumar dos diputados por las provincias atlánticas.

PSOE: 519.552 votos (32,1%)

PP: 443.432 votos (27,4%)

En Común: 234.338 votos (14,5%)

Ciudadanos: 180.614 votos (11,17%)

BNG: 92.885 votos (5,7%)

En Marea: 17.522 (1,08%)

Pacma: 16.540 votos (1,02%)

Marea baja: Villares saca tantos votos como Pacma

Al margen del PSOE, la izquierda gallega está de capa caída. Obsesionada con dividirse, incapaz de conciliar el eje social con el nacional, se quedará con dos representantes en el Congreso, los que obtuvo la unión de Podemos, Esquerda Unida y Equo bajo la marca En Común. Hace nada, en 2015, estos partidos lograban 6 diputados bajo el paraguas de En Marea y con Anova como socio añadido.

Peor le fue al magistrado en excedencia Luis Villares, aferrado a la silla a pesar de haber perdido el consenso en su liderazgo del partido instrumental. Tanto lo perdió que En Marea acabó rota, presentando dos candidaturas de la dividida unidad popular. Logró prácticamente los mismos votos que Pacma, con 17.600.

La necesidad de un voto útil para sumar frente a la derecha, la nula percepción de En Marea como fuerza gallega en Madrid, pues esa bandera la ganó el BNG, acabaron por erosionar radicalmente las posibilidades de las mareas, que hace tres años lograron liderar la oposición en la Xunta.

Todo un síntoma es que el BNG, aún sin representación en el Congreso, duplicó sus votos, de 45.000 a 93.000.

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