Pedro Sánchez coloca a cinco ministros en la cuerda floja

´Pedro Sánchez medita más cambios en el Gobierno tras relevar a Salvador Illa de Sanidad para ser candidato a la Generalitat

Pedro Sánchez

Imagen de un Consejo de Ministros presidido por Pedro Sánchez

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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha intensificado en los últimos días sus cábalas respecto a una remodelación del Consejo de Ministros después de confirmarse que Salvador Illa dejará el ministerio de Sanidad para intentar el asalto a la presidencia de la Generalitat.

Sánchez lleva tiempo dando vueltas a la necesidad de modificar la composición de su Gobierno en busca de un nueva etapa. Quiere pasar página a los continuos enfrentamientos entre los ministros de PSOE y a Unidas Podemos y alargar al máximo la legislatura. Y para ello necesita un Ejecutivo con menos abolladuras.

Fuentes socialistas desvelan que Sánchez ya barajó cambios a finales de verano, pero finalmente optó por posponer cualquier tipo de remodelación pensando en atar los presupuestos.

Ahora, las meditaciones del presidente del Gobierno respecto al calendario están relacionadas con las elecciones catalanas del 14 de febrero. ¿Cambios antes o cambios después? Aunque hay pros y contras respecto a ambas opciones, su inclinación es hacer los cambios después.

Cinco ministros están en estos momentos en la cuerda floja, según los propios dirigentes de PSOE y de Unidas Podemos. Son Pedro DuqueReyes Maroto, Alberto Garzón, Manuel Castells e Irene Montero.

Se da por hecho que la remodelación irá dirigida a reos Ministerios de Ciencia y Universidades podrían fundirse de nuevo en un sólo Ministerio, tal y como figuraba en el Gobierno de Mariano Rajoy

Por contra, se da por hecho que el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, mantendrá su puesto en el Consejo de Ministros, al igual que la ministra Yolanda Díaz, cuya carrera se ha disparado conforme avanza la legislatura.

Por su parte, las ministras económicas, Nadia Calviño y María Jesús Montero, se han consolidado al frente de sus ministerios con la aprobación de los Presupuestos primero y con la aprobación de los fondos europeos después.

Aunque también existe cierta preocupación por el “desgaste” que ha sufrido como ministra portavoz, Montero. También existen ministros que, por la parte socialista, estarían puestos en duda como la ministra de Turismo, Reyes Maroto.

Los morados se ven blindados 

Los morados, sin embargo, se muestran “tranquilos” y se ven blindados por el propio protocolo que ellos mismos firmaron antes que sellar el acuerdo de coalición. Sánchez e Iglesias se comprometieron por escrito a “abordar las cuestiones esenciales que se planteen en relación con dicha reestructuración”, como así se plasma en el texto del acuerdo.

Los socialistas siguen pensando en que “se deben de ajustar cosas”. Por lo pronto, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ya desliza en público a sus socios de Gobierno que sería conveniente que se adaptara la hoja de ruta del Gobierno de coalición porque, debido a la pandemia, “habrá cosas que tendremos que modificar”.

Las dos formaciones sufren el mayor desgaste tras las elecciones en intención de voto, según el CIS. Con los Presupuestos Generales del Estado (PGE) aprobados y las cesiones al nacionalismo e independentismo devueltas (en su mayoría), el presidente del Gobierno podría hacer cambios en el Ejecutivo de cara a esta nueva legislatura.

Una remodelación del Gobierno es algo que en Moncloa llevaban en mente desde hace meses, pero la gestión de la pandemia, entre otros asuntos, han impedido llevar a cabo este plan. El Gobierno de Pedro Sánchez es el segundo más numeroso desde hace 40 años con 22 Ministerios.

Con una crisis económica de calado a la vuelta de la esquina, el jefe del Ejecutivo podría recortar carteras, como ya hizo el ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero. El líder socialista acometió en 2010 una gran remodelación ministerial en la que suprimió Igualdad y Vivienda debido a la crisis económica que vivía el país y terminó la legislatura con 15 miembros.

En este caso y al ser un gobierno formado por dos partidos, “se tendría que respetar la cuota en base a los resultados electorales”, explican desde Unidas Podemos.

En el acuerdo coalición se estableció que en caso de remodelación “se mantendrían las partes”, advirtió el ministro de Consumo, Alberto Garzón, durante una entrevista esta semana.

Tal y como refleja protocolo del acuerdo para el Gobierno de coalición: Si hubiese una reestructuración, ambos partidos acordaron “mantener el número de áreas gestionadas por el PSOE y por Unidas Podemos y su peso relativo en el conjunto del Gobierno en los términos acordados al inicio de la coalición”.

El asunto vuelve a resurgir estos días con fuerza con motivo de la aprobación de las cuentas públicas. Podemos quiere ganar más poder en las estructuras de Estado y continúa presionando públicamente a la parte socialista para introducir sus reivindicaciones en reformas como la subida del SMI, las pensiones o la reforma laboral.

La hipótesis de un giro al centro del Gobierno todavía suena con fuerza en algunos círculos parlamentarios. A los populares y también a algún dirigente socialista les gustaría que Sánchez rebajase el peso de Podemos y fuera virando en sus acuerdos con el centro-derecha. Una buena prueba de ello sería lograr el acuerdo para reforma el Poder Judicial junto al Partido Popular y sin contar con Unidas Podemos, señala un diputado del PP.

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