El PSOE no pasa por su mejor momento después de unas municipales y a las puertas de las generales adelantadas a la desesperada por Pedro Sánchez. Pero si en un lugar viven una buena época, ese es Cataluña, tras reconquistar Barcelona y otras capitales de provincia y comarca. Eso se vio a la perfección en la gala de los premios Pimec, que se celebró la noche del martes con cerca de 1.000 asistentes. Los socialistas se dieron un festín -también literalmente, pues había cena- pues medio partido se dio cita para sacar pecho: la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, que encabeza la lista del 23-J por Barcelona, los ministros José Manuel Albares y Raquel Sánchez -falló a última hora Escrivá-, el delegado del Gobierno en Cataluña, Carlos Prieto, el nuevo alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, además de Salvador Illa, José Montilla, Alicia Romero, Maria Eugènia Gay, Jordi Valls, Albert Batlle y el alcalde de Tarragona, Rubén Viñuales.

«Esto parece un míting socialista», se escuchó en los pasillos, pues de los cinco parlamentos, tres fueron del partido: Collboni, Albares y Batet, que pidió silencio pero vaticinó que le harían el mismo caso que en el Congreso. Los otros dos fueron el president de la Generalitat de Catalunya, Pere Aragonès, y el anfitrión, el presidente de Pimec, Antoni Cañete. ERC también congregó a varios consejeros para arropar a Aragonès, mientras que por el PP se vio a Daniel Sirera y Xavier García Albiol, pero nadie igualó a los socialistas, alguno de los cuales aprovechó la larga entrega de premios para mirar con el móvil la entrevista a Sánchez en El Hormiguero. Junts, desaparecida tras el fiasco en Barcelona. Sí asistió, en un discretísimo segundo plano, Jordi Pujol.