Adiós a la inmobiliaria de El Pocero de Seseña: 5.000 pisos que hoy valen de media 250.000 euros
La quiebra de la compañía cierra un capítulo de especulación, deudas millonarias y promesas no cumplidas en Seseña

Montaje realizado por Economía Digital.
La inmobiliaria que dio vida al pueblo toledano de Seseña, encabezada por Francisco Hernando, más conocido como El Pocero, entra en su fase final de liquidación tras haber construido aproximadamente 5.000 pisos, que en la actualidad tienen un valor unitario de 250.000 euros, según el portal Idealista.
La entrada en la fase de liquidación, oficializada en octubre de 2023, significa que los activos de la empresa serán vendidos para saldar la deuda.
Los informes sugieren que la cantidad que realmente se pagará dependerá de los activos disponibles y de las ventas que puedan realizarse en los próximos meses.
La empresa, Obras Nuevas de Edificación 2000 (Onde 2000), se encuentra en un procedimiento concursal desde 2022.
Según los últimos informes económicos de la empresa, correspondientes al ejercicio de 2018, la compañía logró una facturación de 297.000 euros, con un beneficio neto de 69.000 euros.
El patrimonio neto de la empresa era negativo, con una deuda bancaria de casi 40 millones de euros y deudas con empresas del grupo y acreedores comerciales que sumaban más de 90 millones.
La historia de El Pocero es inseparable de la de Seseña, un pueblo que vivió en sus carnes el auge y caída del sector inmobiliario español. En 2003, Hernando pensó en grande y adquirió terrenos en Seseña para construir El Quiñón, un complejo que pretendía albergar 13.500 viviendas.
Lo que inicialmente se pensó como una obra faraónica, acabó convirtiéndose en un complejo fantasmagórico de viviendas vacías que parecía condenado al olvido.
La crisis inmobiliaria de 2008, que dejó en bancarrota a gran parte de los promotores inmobiliarios, no hizo más que agravar la situación, y la inmobiliaria de El Pocero no fue la excepción.
A pesar de ello, el destino de El Quiñón no fue tan sombrío como parecía. Tras la quiebra de la empresa, CAM, Novacaixagalicia, Altamira, y Aliseda, que adquirieron la deuda de la promotora, empezaron a vender las viviendas a precios muy bajos.
La aparición de estos pisos baratos en el mercado fue lo que dio un nuevo impulso a la zona, atrayendo a nuevos propietarios. El complejo, que en sus primeros años parecía condenado a la desolación, empezó a cobrar vida, y en la actualidad Seseña es un municipio con más de 30.000 habitantes, aunque la expansión se ha frenado por la falta de nuevas construcciones.
El Pocero, historia de ambición desmesurada
Este último capítulo pone fin a la historia de El Pocero en Seseña, marcada por la ambición desmesurada, la crisis inmobiliaria y la posterior resurrección de las viviendas que una vez fueron vistas como un símbolo del abandono.
La empresa, ahora en manos de sus hijos tras su fallecimiento en abril del 2020 a causa del Covid-19, ha tenido que lidiar con la pesada herencia de una compañía a la deriva.
Seseña, como municipio, ha logrado sobrevivir a los altibajos del mercado inmobiliario, pero el futuro de la localidad está ahora más ligado a su capacidad de adaptarse a los nuevos tiempos que a la promesa de crecimiento ininterrumpido que alguna vez se dibujó en sus planos.