Arrimadas, a Valls: «No nos va a dar lecciones de constitucionalismo»

Cs reacciona a los torpedos de Valls insistiendo en reprocharle que hiciera alcaldesa a Colau porque "es tan mala idea como tener a Maragall"

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Ciudadanos ha reaccionado a la ráfaga de torpedos de Manuel Valls al partido y a la estrategia marcada por Albert Rivera reivindicando su currículum constitucionalista y arremetiendo contra el ex primer ministro francés. La encargada del contraataque fue la misma que anunció la ruptura, Inés Arrimadas. La portavoz nacional del partido naranja fue más sucinta que Valls, pero también categórica. Cs, dijo, no recibe lecciones de constitucionalismo de nadie. Y menos de él.

«Nosotros nos hemos partido la cara en Cataluña, hemos sufrido amenazas de muerte, agresiones, persecuciones… Y vamos a seguir siendo la voz de los constitucionalistas que saben que tener a Ada Colau en el Ayuntamiento de Barcelona es tal mala idea como tener a Ernest Maragall«, zanjó Arrimadas al ser preguntada por la cuestión en Pamplona.

Valls había reprochado horas antes a Cs el cambio de tercio estratégico que, a su juicio, ha dejado huérfanos a los catalanes que votaron a Arrimadas en las elecciones al Parlament  del 21 de diciembre de 2017, y ha hecho que el partido de Rivera haya pasado de ser una formación liberal y europeista a pactar «de hecho» con Vox escudándose en el PP.

Era la reacción del político hispanofrancés tras la ruptura de la coalición con la que había concurrido a los comicios municipales del 26-M y el fichaje por parte de Cs de Celestino Corbacho, uno de los tres concejales independientes de la coalición junto con Eva Parera y el propio Valls. y que el sábado hicieron posible la investidura de Colau como alcaldesa votando a su favor en contra del criterio de la formación de Rivera, cuyos ediles optaron por abstenerse.

«No voy a recibir lecciones de aquellos que han hecho alcaldesa de Barcelona a una de las personas más sectarias y populistas que tenemos en España» insistió Arrimadas en referencia a Colau, que recordó que como primera medida optó por hacer «lo mismo que habría hecho Maragall, que es usar la fachada del Ayuntamiento como tablón de anuncios del separatismo» volviendo a colgar el lazo amarillo que había sido retirado en la precampaña de las generales por orden de la junta electoral.

Valls había insistido horas antes en criticar la medida, pero también en resaltar que Colau y Maragall «no son lo mismo», y que tampoco «las bases de Barcelona ni sus electores» son lo mismo que las bases y los votantes de ERC u otro partido independentista. «Ignorar eso», había remarcado, «es absurdo» o es «mentir»

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