España opta a 140.000M del plan europeo de impulso económico

La Comisión Europea presenta un modelo mixto, que incluye transferencias directas y créditos, en su primera propuesta para el Plan Marshall post pandemia

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, en rueda de prensa tras la videconferencia urgente con los líderes europeos por la crisis del coronavirus | EFE/EPA/SL

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La Comisión Europea ha anunciado su propuesta de recuperación económica tras el impacto de la pandemia de coronavirus; un plan que llegará a 750.000 millones de euros que se distribuirán entre los países comunitarios en los dos próximos años a través de dos canales: transferencias directas, con una partida de 500.000 millones y préstamos, con otros 250.000 millones. España podría obtener hasta 140.000 millones de este fondo, que se dividirían en 77.000 millones en transferencias y 63.000 millones en créditos.

El comisario de Economía europeo, Paolo Gentiloni, ha adelantado las líneas generales de este plan a través de su cuenta en Twitter que el plan llega para afrontar «una crisis sin precedentes». 

La propuesta será presentada por la presidenta de la Comisión, Ursula Von der Leyen, en el Parlamento Europeo junto con el borrador del plan presupuestario para el periodo entre 2021 y 2027, que contará con una dotación de 1,1 billones de euros. 

La propuesta de recuperación contempla alrededor de la mitad de la cuantía que demandaban países como España o Italia. Además, la inclusión de créditos supone un guiño a las demandas de países como Austria o Países Bajos.

Se da luz verde también a otro de los deseos de los denominados países del Norte, y es que el Ejecutivo comunitario planea sufragar el coste del plan a través de los mercados internacionales de deuda. La intención es emitir bonos a 30 años que comenzarían a devolverse en 2028, justo después de que se agote el plan a seis años de la CE. 

Más impuestos e inversión en empresas afectadas

Además de la deuda, la emisión de los bonos saldría del presupuesto comunitario y se devolvería a Bruselas a través de nuevos impuestos: al plástico; un porcentaje de los beneficios del comercio de emisiones; a las multinacionales digitales y a la entrada de carbono al bloque de la Unión Europea. 

También se reservan otros 31.000 millones que se emplearán para buscar hasta 300.000 millones en inversiones para empresas que hayan sido especialmente castigadas durante la pandemia. Este ‘instrumento de solvencia’, como lo define el borrador del plan, dispondrá de otros 15.000 millones de euros para buscar inversiones en tecnologías que multipliquen por diez la cuantía, hasta los 150.000 millones. 

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