El calendario de Quim Torra tortura a Pedro Sánchez

El Gobierno de Sánchez analiza fechas y plazos con miras a evitar que las elecciones catalanas coincidan con la aprobación de los presupuestos en Madrid

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp

El Gobierno de Pedro Sánchez está descolocado ante el ambiguo anuncio de Quim Torra de este martes sobre una inminente convocatoria electoral en Cataluña que todavía no tiene fecha. La tramitación y aprobación de los presupuestos del Estado está ahora mismo supeditada a los próximos movimientos del presidente de la Generalitat, según reconocen en los pasillos de la Moncloa.

No es tanto que Torra –inhabilitado como diputado del Parlament– haya aplazado las elecciones catalanas hasta después de aprobar los presupuestos de la Generalitat lo que desconcierta a Sánchez, sino el calendario incierto del president. El único plan que se le conoce es la presentación de las cuentas del Govern este mismo miércoles en el Parlament, que, de salir adelante en primera instancia, supondrían en torno a dos meses de tramitación; es decir, de aquí a mediados de marzo.

Según Torra, la aprobación final de los presupuestos de la Generalitat supondría la convocatoria oficial de elecciones autonómicas, pero dos meses en la política catalana (y, por qué no, la española) son una eternidad en la que todo puede cambiar. Así como el president puede anunciar los comicios nada más escuchar el «sí» del Parlament a los presupuestos, también puede esperarse a hacerlo en un momento más conveniente para él y para su partido, Junts per Catalunya (JxCat).

Esta incertidumbre tortura al Gobierno central; sus propias cuentas dependen del apoyo de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), la segunda pata del Govern de Torra que, en tiempos de campaña electoral, tendrá sí o sí que defenderse de los ataques de JxCat. JxCat tiene munición de reproches de sobra por el pacto de ERC con Sánchez del que depende la coalición PSOE-Unidas Podemos, interpretado por los posconvergentes como un combo de cesiones al Estado.

Inquietud en Moncloa

El último escenario que anhela el Ejecutivo central es que las elecciones catalanas coincidan con la votación de los presupuestos en Madrid, según han transmitido fuentes de la Moncloa a El Periódico. Las cuentas del Gobierno de Sánchez podrían aprobarse en el mes de junio, previa presentación en la Cámara durante marzo próximo. Así las cosas, si los comicios de Cataluña tienen lugar en mayo, ERC ya no estaría en campaña electoral y podría continuar en su papel de sostén del Gobierno.

Pero los socialistas temen que Torra intente ganar más tiempo y, en lugar de convocar elecciones para mayo, las aplace para junio, coincidiendo con la votación de los Presupuestos en el Congreso de los Diputados. En este caso, Sánchez podría demorar la tramitación presupuestaria para que la votación final se celebre después del verano, siempre con miras a asegurarse el «sí» de Junqueras en unas circunstancias lo menos inconvenientes para ERC; es decir, fuera de campaña electoral.

El desgaste de JxCat a ERC en la campaña mediante sus presuntas cesiones al Gobierno es algo que tienen calculado tanto socialistas como republicanos. Por eso desde el Gobierno, puestos a elegir, han explicado que las dos fechas menos problemáticas para celebrar elecciones en Cataluña serían abril o septiembre, según las mismas fuentes. Entienden también que, con su anuncio de este miércoles, Torra tiene margen para decidir estratégicamente una fecha que perjudique más a Esquerra.

La reunión con Torra

Sánchez tiene una carta a su favor: su reunión con Torra el próximo 6 de febrero en Barcelona, anunciada por el Gobierno el martes y aún en pie dado el silencio de Moncloa al respecto este miércoles. El presidente del Ejecutivo aún puede cancelar el encuentro, pero también puede ofrecer a Torra mantenerlo a cambio de que se comprometa a definir una fecha electoral que convenga a ambos. En su declaración de este miércoles, Torra dejó claro que le interesa reunirse con Sánchez.

«Quiero comprobar si quieren poner fin a la represión», afirmó el president durante su ambigua comparecencia, en la que confirmó que «la próxima semana me reuniré» con Sánchez. Y concuerda el vicepresidente segundo Pablo Iglesias, que ha manifestado este miércoles que la reunión entre Sánchez y Torra debe seguir adelante porque el «diálogo» es una «obligación de los políticos» y el Gobierno tiene que «dialogar con quien haya».

Por la tarde, además, la ministra portavoz María Jesús Montero ha afirmado que «no hay ninguna resolución judicial, ni ningún tipo de normativa jurídica que haga o que diga que Torra ha dejado de ser presidente», por lo que «hay que reunirse con las personas que representan legítimamente las instituciones», ya sea «Torra en Cataluña o Juanma Moreno Bonilla en Andalucía». La reunión sigue en pie.

Suscríbase a nuestro canal de Telegram para estar informado con las últimas noticias sobre política en Cataluña

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp