El PSC se lanza a por el voto de Ciudadanos

Los estrategas del PSC concluyen que hay que enfriar la relación con ERC para atraer a votantes de Cs en la larga precampaña catalana

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Las piruetas de Ciudadanos son seguidas con enorme interés por sus adversarios políticos. En concreto, por quienes aspiran a devorar su espacio, particularmente en su gran bastión, Cataluña, donde el partido naranja aún puede presumir de 36 escaños (nadie tiene más). El PSC se siente en una buena posición para asaltar el botín de Cs en las próximas elecciones catalanas y está decidido a apostar fuerte por este objetivo a pesar de los perjuicios que pueda causar al PSOE.

Los socialistas catalanes han contemplado desde la barrera los pactos que el PSOE ha cerrado en las últimas semanas, sea con Cs, sea con ERC. No discuten ninguno de ellos, pero tampoco se sienten esclavos de los acuerdos de Pedro Sánchez y han decidido no bendecir a ninguno de estos socios para no ver limitada su estrategia política en Cataluña.

«Las votaciones del estado de alarma son muy importantes pero puntuales. Es decir, que no prefiguran apoyos estables a lo largo de la legislatura», dijo el propio Miquel Iceta, en una reciente entrevista en Economía Digital, para curarse en salud.

Avalar decididamente la alianza con Cs, como hacen algunos barones del PSOE, quitaría munición al PSC en la larga precampaña de las elecciones catalanas —todavía sin fecha—. Y aplaudir la alianza con ERC podría tener como contrapartida una renuncia a la oposición en Cataluña, donde los republicanos gobiernan junto a Junts per Catalunya.

La estrategia del PSC

Lo cierto es que Esquerra querría ver compensado su apoyo al PSOE en el Congreso —este miércoles facilitará con su abstención la sexta prórroga del estado de alarma— con una actitud amigable del PSC en el Parlament de Cataluña. Pero los socialistas catalanes ya han comunicado a todas las partes (a PSOE y a ERC), que no van a dejar sin pólvora su armería en Cataluña porque su intención es disparar sobre temas como la gestión que la Generalitat ha realizado de las residencias de ancianos durante la pandemia (una responsabilidad de ERC). 

El asunto irrita a ERC, que, no obstante, reconoce que hay poco que hacer. «La realidad es que al PSC no le conviene ayudarnos mucho en Cataluña porque está claro que quieren succionar a votantes de Ciudadanos», asumen los republicanos.

No están dispuestos los dirigentes del PSC a que los acuerdos de Sánchez los maniaten en la previa de una campaña de elecciones catalanas que, por primera vez en una década, pueden dar alguna alegría al partido de Iceta. Y cazar en el terreno de Ciudadanos es crucial para el PSC, así que ni quieren excederse en los elogios a los de Inés Arrimadas por sus súbitas aproximaciones al PSOE ni piensan dejar pasar todas a ERC como partido de gobierno en Cataluña.

El análisis de la dirección de los socialistas catalanes es que en los próximos comicios va a producirse un trasvase de voto desde Cs hacia otras opciones, tal y como ocurrió en la hecatombe de Albert Rivera en las generales, y que este fenómeno va a ser significativo en la provincia de Barcelona. Y aquí es donde el PSC aspira a llevarse un pedazo del pastel, puesto que en las últimas elecciones, las de 2017, el partido de Arrimadas logró 24 de sus 36 diputados en esta demarcación (con el 26,4% y 868.365 votos).

Sin frente constitucionalista

Sabe de sobras el PSC que su disminución de los últimos años en Cataluña no se explica sin tener presente el fenómeno de Ciudadanos, donde se refugiaron miles de electores hartos del ala filonacionalista del socialismo catalán. Y considera que ahora se dan las condiciones para recuperar a una parte de ellos, sobre todo por los giros que está llevando a cabo el partido de Arrimadas.

De ninguna manera piensa el PSC fundirse en un proyecto político con Cs. Al contrario. Pero sí que está dispuesto a reconciliarse con quienes fueron sus electores. No puede pasar inadvertida, por ejemplo, la tímida iniciativa del PSC para «flexibilizar» el sacrosanto modelo de inmersión lingüística de la escuela catalana. Tras años y años de cerrazón, los socialistas catalanes se mostraron abiertos a «ampliar las horas de castellano e inglés de acuerdo con las necesidades de cada escuela».

Es un buen ejemplo de la apuesta estratégica del PSC. No consiste en desplumar a Ciudadanos ni en asumir sus postulados porque sabe que hay miles de electores fuera de su alcance que, en todo caso, dudan en regresar al PP. Pero sí en recuperar una parte de los que se marcharon.

¿Cómo? Proyectando la idea de que en las próximas elecciones el partido de referencia del constitucionalismo en Cataluña va a ser el PSC, y no Ciudadanos. La estrategia, al fin y al cabo, funcionó a la perfección en 2017 en manos de Cs. La duda es si el PSC la va a representar con la misma credibilidad.

 

 

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