Iglesias, ERC y Bildu boicotean la ‘agenda de la unidad’ de Sánchez

Podemos y los nacionalistas se borran de la subasta lanzada por Sánchez para aprobar los Presupuestos y reclaman el acatamiento del pacto de investidura

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A pocos días del inicio de la ‘agenda de la unidad’ que Pedro Sánchez se ha autoprogramado toda la próxima semana para escenificar su sed de seguir en el poder mediante la negociación de los Presupuestos Generales del Estado, sus socios se han coordinado para dinamitar su estrategia. Tanto Podemos como Esquerra Republicana y EH Bildu se han lanzado contra la subasta de apoyos que lanzó el PSOE y han reclamado el acatamiento del pacto de investidura.

El partido de Pablo Iglesias, que conforme ha crecido el cerco judicial que le acorrala ha moderado su negativa a un acuerdo con Ciudadanos, ha vuelto a la temeridad política este viernes. Ha sido la dirección de Podemos (que no la confluencia Unidas Podemos) la que ha avisado a Sánchez de que su afán de pactar con Inés Arrimadas supone un salto al vacío desde la óptica de la coalición. En otras palabras: ha amenazado con dejar La Moncloa si esto pasa.

Las declaraciones de los morados contrastan con las de la titular de Trabajo, Yolanda Díaz, que el jueves decía que, en la negociación de las cuentas, «no se puede excluir a nadie y menos en pandemia». La ministra por Unidas Podemos no se quedó ahí, y manifestó que «es muy poco democrático vetar, no me gusta nada». «Negocio con el señor [Edmundo] Bal y la portavoz de empleo de Ciudadanos casi a diario», zanjó Díaz, abriendo otra grieta con Iglesias.

Unas horas después, Podemos ha dado a entender que, si Sánchez y Arrimadas cierran un pacto, sus diputados no apoyarán los Presupuestos, lo que en la práctica supone que el proyecto previsiblemente no será aprobado en el Congreso y que el Gobierno de coalición del que forma parte entraría en coma. En vista de que a la derecha de Cs (PP y Vox) suena un «no» en bucle, el posicionamiento de los de Iglesias seriamente amenaza con dejar caer la legislatura.

Así las cosas, se ha allanado el camino para que Sánchez se retrate. Pese a su ‘agenda de la unidad’ —que iniciará el lunes con una conferencia ante los empresarios y sindicatos, y que incluirá una ronda de contactos con PP, Cs y ERC, así como una conferencia de presidentes autonómicos—, Sánchez parece abocado a tener que elegir entre la moderación que exige Arrimadas y los Presupuestos sin «recortes» y en pro de la «igualdad» que promueven los morados.


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ERC y Bildu apoyan a Iglesias

Antes del amago de huida de Podemos, el hemisferio socialista del Gobierno afirmó que los de este año «serán unos Presupuestos negociados y por tanto con matices». Así se expresó el viernes por la mañana la vicepresidenta Carmen Calvo, avisando que las cuentas no serán de nadie «al cien por cien» y que todos los partidos deberán «arrimar el hombro» para dar con un proyecto presupuestario que brinde respuesta a las necesidades que afronta España.

Sin embargo, la coordinación entre Podemos, ERC y EH Bildu para boicotear la estrategia del PSOE pone en verdadero peligro el relato de la «unidad» que intenta usar Sánchez para disfrazar su pretensión de mantenerse en el poder a toda costa. La mayoría del Gobierno ya era vulnerable, y la posibilidad de que a sus habituales mayorías simples no se sumen los diputados de Iglesias es un problema mucho más grave que la esperable espantada de Esquerra.

En principio, la movida de Sánchez pasaría por cambiar los 13 «síes» de ERC por los 10 de Cs, y de alguna forma convencer a Podemos de que esta era la única vía ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo con los de Oriol Junqueras. Con su advertencia de este viernes, el partido de Iglesias responde al presidente del Gobierno que, en realidad, la única vía para conseguir las cuentas pasa por la mayoría de la investidura, a la que ha pedido «cuidar».

Los múltiples acuerdos que tuvo que firmar el PSOE con formaciones minoritarias a finales de 2019 para garantizarse una mayoría simple en la investidura de inicios de enero de cierta forma hipotecaban los Presupuestos. No obstante, para conseguir la abstención de ERC no se comprometió en aspectos relativos a la política económica, sino que la base de su relación es la mesa de diálogo con la Generalitat de Cataluña, parada desde hace seis meses por la pandemia.

Por ello, este viernes, cuando ERC se sumó al boicot a la hoja de ruta de Sánchez, Roger Torrent ha culpado a Sánchez de «enquistar» la mesa de diálogo y ha recordado que un «sí» de Cs supone un «no» de su partido. «¿A alguien le parece compatible que estemos los dos, en el marco de los Presupuestos y de decisiones políticas? Representamos cuestiones antagónicas y alternativas absolutamente opuestas», ha afirmado el presidente del Parlament.

El dirigente de ERC ha supeditado su participación en las negociaciones de los Presupuestos no solo al veto a Cs, sino también a «avances concretos» en la mesa de diálogo. «Es imprescindible, porque eso explicará el recorrido o no de la legislatura», ha explicado Torrent, reclamando «valentía» a Sánchez e Iglesias. Y ha avisado que su formación no se sentará en la mesa de diálogo si La Moncloa quiere que siga siendo «una cuestión meramente cosmética o folclórica».

EH Bildu también cree que la negociación de los Presupuestos «va a dar la pista sobre qué evolución política se va a dar en el Estado español en los próximos años», en palabras de Arnaldo Otegi que también se enmarcan en el lenguaje de la advertencia. «Es un debate que se va a fijar en torno a si los Presupuestos salen con el bloque de la investidura o no salen con el bloque de la investidura», ha añadido. «Si se buscan otros aliados (…) no podrán contar con nosotros».

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