Junqueras niega el uso de fondos públicos en el referéndum

El líder de ERC sólo responde a las preguntas de su abogado durante su declaración en el Tribunal Supremo

El exvicepresidente de la Generalitat y principal acusado, Oriol Junqueras, durante la tercera jornada del juicio del «procés» en la Sala de Plenos del Tribunal Supremo

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Oriol Junqueras intenta desmontar junto a su abogado todas las acusaciones que se le imputan por su papel en la organización del referéndum del 1 de octubre. Entre otras, la de malversación y la de violencia. Junqueras negó, en este sentido, que se destinasen fondos públicos a la organización del 1-O y aseguró: «A los contribuyentes no les costó nada».

El líder de ERC añadió que el 1-O no supuso «ningún gasto ni ningún coste para los contribuyentes ni para nadie» y aseguró que así lo reconocieron algunos representantes públicos como el entonces ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

Junqueras abrió este jueves su declaración ante el Tribunal Supremo con el golpe de efecto esperado. «Me considero un preso político», manifestó ante el juez Manuel Marchena después de considerar que está siendo acusado por «sus ideas y no por unos hechos». «Esto es un juicio político y sólo responderé a mi defensa», dijo.

El presidente de ERC descartó de esta manera responder a las preguntas de la Fiscalía, de las acusaciones ejercidas por la Abogacía del Estado y por Vox porque, dijo, se siente en «indefensión» al ser «perseguido» por sus «ideas» y no por sus hechos. El acusado subrayó que se «debe» a sus votantes y, grandilocuente, dijo que se debe a sus «convicciones democráticas».

Junqueras también anunció su intención de expresarse en castellano. Explicó, en este sentido, que no tiene ningún problema en declarar en lengua castellana y añadió que, de hecho, es «un placer».

«Yo amo a España»

Durante el interrogatorio de su abogado, Junqueras aprovechó para combatir la idea de que al independentismo le mueve la violencia y el odio. «He dicho muchas veces que amo a España», dijo. «Yo amo a España. Amo a la gente y a la cultura española. Lo he dicho mil veces porque es verdad», afirmó.

Siguiendo este hilo, se preguntó: «¿Cómo es compatible esto con que sea republicano catalán? Porque estoy convencido de que el mejor modo de garantizar la convivencia y las relaciones es con un reconocimiento entre iguales».

Y añadió que él busca la independencia por medios «exclusivamente pacíficos» desde hace décadas y «nunca» se ha planteado la violencia como medio para lograrla. «Nunca, nunca, nunca», sentenció.

Fin del silencio

Con estas palabras, el exvicepresidente de la Generalitat rompió así su silencio después de la escena que se produjo hace dos semanas en el Sant Jordi Club, el pabellón anexo al Palau Sant Jordi de Barcelona. Con el auditorio abarrotado por miles de incondicionales y las luces apagadas, Junqueras irrumpió en el único punto iluminado del escenario y la concurrencia prorrumpió en una entusiasta ovación. 

Se trataba, eso sí, de una ilusion óptica, del tipo holográfico, y de la que todo el mundo era consciente, porque la presencia de Junqueras, preso en Lledoners y a la espera de su traslado a  la cárcel de Soto del Real para poder asistir al juicio, era imposible. Para asistir a su verdadera reaparición pública, efectos especiales aparte, ha habido que esperar hasta este jueves.

El gran protagonista

El exvicepresidente de la Generalitat es quien afronta las peticiones de condenas más elevadas —25 años de cárcel pide para él la fiscalía— porque, en ausencia del expresident Carles Puigdemont, es considerado por las acusaciones el máximo responsable del supuesto intento de rebelión —según el ministerio público y la acusación particular de Vox— o de sedición —según la abogacía del estado—.

Así que no es de extrañar que ERC, que cuenta con presentarlo como candidato a las europeas del 26 de mayo, apueste por hacer de él el gran protagonista de la estrategia propagandística que ha activado a modo de precampaña electoral mientras dure el juicio.

Con o sin campaña de Esquerra, Junqueras ha sido protagonista desde que el martes, en la primera sesión del juicio, el fotógrafo de Efe Emilio Naranjo inmortalizó el momento en que Quim Torra, saludaba a los acusados y a diferencia de la gran mayoría de ellos, Junqueras optó por ignorar al presidente de la Generalitat y no girarse a devolverle el saludo, un episodio que este miércoles Torra trató de relativizar en una entrevista en Onda Cero

Sea como fuere, es su turno para dar su versión de los hechos ante el tribunal. El presidente de ERC en el Parlament, Sergi Sabrià, que también quitó hierro a la foto con Torra, anunció que la intervención del exvicepresident, cuyo defensor ya abrió el martes la veda de desacreditar el procedimiento, será «un canto a las libertades y una defensa de la democracia», en palabras de Sabrià, frente a un juicio que «será la vergüenza que acompañará al Estado durante muchos años». 

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