La CUP se lo deja muy claro a Junqueras: desobedeces al Estado o no tendrás presupuestos

La asamblea de la CUP, dominada por Endavant, arrastra al grupo parlamentario a endurecer sus posiciones con el gobierno de Carles Puigdemont

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp

La CUP ha dado otra vuelta de tuerca en su negociación con Oriol Junqueras y ya van unas cuentas. En cada decisión que adoptan, ya sea en su asamblea o en su consejo político, suben el listón de las exigencias. Ayer, el consejo político de los cuperos acordó presentar una enmienda a la totalidad del anteproyecto de presupuestos y recordó a Junqueras que, si quiere contar con su apoyo, deberá «desobedecer» al Estado.

Junqueras
conoce mejor que nadie a la CUP. El vicepresidente económico de la Generalitat siempre se ha mostrado dispuesto a negociar con ellos los presupuestos. Hace unos días todavía vislumbraba un margen para el acuerdo, pero, consciente de la dificultad, asegura que la legislatura no se acabará si no se aprueban las cuentas.

Junqueras sondea la posibilidad de llegar a acuerdos con otros grupos

El vicepresidente se prepara para encajar un «no» de la formación anticapitalista y sondea la posibilidad de buscar acuerdos con otros grupos parlamentarios pese a que todos han anunciado enmiendas a la totalidad del anteproyecto de presupuestos.

Cuando la CUP decidió en su asamblea del pasado fin de semana «librarse» del acuerdo de estabilidad firmado con Junts pel Sí (JxSí), no se produjo ninguna reacción en el área económica que dirige Junqueras. Una fuente de su entorno asegura que no fue ninguna sorpresa, que conocen a la perfección la «naturaleza» de la CUP, que continuarán negociando con sus representantes en el Parlamento pese a las «interferencias» de las decisiones de sus órganos de dirección. Pero, ¿quién manda en la CUP?

Una formación con dos almas

Como cualquier formación de base asamblearia, la CUP está formada por un cúmulo de organizaciones, de grupos con sensibilidades muy diversas, aunque en su interior dominan dos corrientes: Poble Lliure (Pueblo Libre), que pone el acento en el independentismo, y Endavant (Adelante), que prima el izquierdismo y la acción en la calle. Los cuperos rechazan tal división por reduccionista, por simplista, aunque diversas voces internas reconocen que tienen estas dos almas, a menudo enfrentadas entre sí.

En la asamblea del 27 de diciembre pasado, donde se decidía si apoyaban la investidura de Artur Mas, se produjo un sorprendente empate a 1.515 votos. Detrás de los partidarios de mantener a Mas en la presidencia de la Generalitat, se encontraba Poble Lliure, mientras que los detractores estaban liderados por Endavant.

Al final, en una reunión posterior del consejo político y del grupo de acción (integrado por representes de todas las organizaciones que componen la CUP) se impusieron las tesis de Endavant. Esta decisión tuvo diversas consecuencias: Carles Puigdemont se proclamó presidente, Artur Mas dimitió y también lo hizo, sin que se lo pidiera nadie, Antonio Baños, el número uno de la lista de los anticapitalistas.

El pasado fin de semana, la asamblea de CUP acordó «librarse» del acuerdo de estabilidad firmado con JxSí por 251 votos a favor y 184 en contra. Las tesis de Endavant volvieron a imponerse a las de Poble Lliure. Esta decisión tensaba todavía más las relaciones con JxSí y todo hacía prever que también presentarían una enmienda a la totalidad de los presupuestos, tal como ha ocurrido.

Ayer, su consejo político acordó presentar la enmienda a la totalidad por 29 votos a favor, 11 en contra y ocho abstenciones. Ganaron los partidarios de tensar la cuerda con el gobierno de Puigdemont, pero un sector significativo preferiría aflojarla para permitir que llegara a final de legislatura.

Endavant se impone en las grandes decisiones

Fuentes de la formación indican que Poble Lliure y Endavant son las organizaciones más «influyentes», pero no por su número de seguidores, sino por sus posicionamientos y capacidad de movilización. En las asambleas, cuando se toman decisiones políticas de gran calado, Endavant se muestra implacable, a menudo con planteamientos más duros que los que defienden muchos de sus diputados en el parlamento catalán.

Estas fuentes también reconocen que la asamblea –que congregó más de 3.000 personas en diciembre pasado y unas 800 en la del anterior fin de semana– marca las directrices políticas a sus cargos políticos –a los 10 diputados en el Parlamento y a sus cerca de 400 representantes en los ayuntamientos–.

Precisamente, a estos cargos públicos, la asamblea no les perdona que se acomoden al sistema y les exige que provoquen la confrontación.

Sólo apoyarán los presupuestos si Junqueras «desobedece» al Estado

Esta actitud, de confrontación, deberán mostrarla los diputados de la CUP en la tramitación de los presupuestos. Todas las fuentes consultadas de esta formación remiten al posicionamiento de Eulalia Reguant, cuando, en unes declaraciones a TV3, afirmó que las cuentas que ha presentado Junqueras «son mejores que las del 2015». No obstante, a continuación, la diputada de la CUP subrayó que «no son claramente de ruptura ni de inflexión».

La CUP exige para apoyar los presupuestos que sean «desobedientes». Esto pasaría por incluir en las cuentas de la Generalitat los impuestos anulados por el Tribunal Constitucional (a las centrales nucleares y a la banca) y que se rebasen los topes de déficit establecidos por el gobierno español. Para conseguir el apoyo de la CUP, Junqueras debería abrir un conflicto con el Estado.

Junqueras espera seducirlos con medidas fiscales

En materia tributaria, Junqueras y la CUP defienden una reforma del IRPF para gravar las rentas altas. Podrían llegar fácilmente a un acuerdo porque sus posiciones son próximas, pero Junqueras debería superar dos escollos: uno por parte de la CUP, que lo considera insuficiente si no se dan las condiciones de «desobediencia», y otro por parte de sus socios de Convergència, que solo están dispuestos a bajar los impuestos de las rentas bajas, pero no a subirlos a las rentas altas.

La negociación por los presupuestos será larga. Empieza el próximo 8 de junio con el debate a la totalidad, pero, probablemente, no se someterán a votación el 20 de julio, tal como estaba previsto, sino que se aplazará hasta septiembre a causa del recurso que ha anunciado el PP ante el Consejo de Garantías Estatutarias.

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp