La investigación a Aragonès ensombrece el futuro de ERC

Una eventual imputación complicaría el liderazgo en funciones del vicepresidente catalán en Esquerra, en plena opa de Puigdemont al partido de Junqueras

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«Intentan decapitarnos una vez tras otra. Pero no lo conseguiran. Siempre hemos estado ahí, siempre estamos y siempre estaremos». Con ese mensaje en su cuenta de Twitter reaccionaba el presidente del grupo de ERC en el Parlament, Sergi Sabrià, a la petición del juez de instrucción que se encarga del caso del 1-O, Juan Antonio Rodríguez Suñer, al Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) para que investigue a los diputados de Esquerra Josep Maria Jové y Lluís Salvadó y al vicepresidente del gobierno catalán, Pere Aragonès, que ejerce además de líder en funciones de la formación independentista.

El traslado de la investigación por parte del juzgado de instrucción número 13 de Barcelona se explica porque tanto Aragonès, en tanto que conseller, como Jové y Salvadó, en tanto que diputados autonómicos, son aforados, por lo la competencia para investigarlos corresponde al TSJC.

El símil del descabezamiento, en el que luego insistió también la portavoz del partido, Marta Vilalta, es la mar de gráfico, más teniendo en cuenta la situación de Esquerra. La formación republicana tiene a su líder en prisión, Oriol Junqueras, y Aragonès se ha erigido en el hombre fuerte, tanto en el gobierno catalán como en el partido

El asunto es especialmente delicado para Aragonès porque hasta ahora no había salpicado ninguna de las causas sobre el procés, y que ha reaccionado, también vía Twitter, con estoicismo. «Serenos y tranquilos por el trabajo hecho. Persistiremos en nuestro compromiso de alcanzar una Cataluña independiente, socialmente justa, económicamente próspera. ¡Siempre adelante!», ha tuiteado.

El presidente de la Generalitat, Quim Torra, lo ha retuiteado acto seguido, y ha apostillado: «Serenos, tranquilos y orgullosos. Ganaremos porque estamos en el lado correcto de la historia. Y porque no aceptaremos ninguna sentencia en esta causa general contra los derechos civiles y el derecho a la autodeterminación de Cataluña».

Salvadó y Jové, a diferencia de Aragonès, ya fueron detenidos en la operación de la Guardia Civil en septiembre pasado contra los preparativos del referéndum, y desde entonces se les investiga por malversación, lo que propició que, en el marco de su estrategia de defensa, el gobierno, entonces aún en manos de Carles Puigdemont, les cesara de sus respectivos cargos como secretario de Hacienda y secretario general de Economía y Hacienda.

Por el contrario, Aragonès permaneció en su puesto de secretario de Economía,  y durante la aplicación del artículo 155, se mantuvo como el más alto cargo del departamento. Además, con el exvicepresidente económico del Govern y presidente de ERC, Oriol Junqueras, en prisión, y la secretaria general de la formación republicana expatriada en Suiza, Aragonès se ha erigido en el hombre fuerte de Esquerra en el ejecutivo de Quim Torra y en el líder en funciones del partido.

Una imputación de Aragonès podría complicar su  liderazgo accidental, en un momento delicado para ERC

Una eventual imputación que le obligara a atender su estrategia de defensa podría complicar su presencia en el Govern y ese liderazgo accidental, en un momento especialmente delicado para Esquerra, que trata de resistirse a la opa lanzada por Carles Puigdemont mediante la Crida Nacional per la República, el movimiento con el que quiere agrupar a todo el independentismo bajo su liderazgo de cara tanto a las municipales de mayo de 2019 como a unas eventuales elecciones anticipadas al Parlament. 

Esquerra se ha resistido hasta ahora a volver a integrarse en una candidatura conjunta con el Pdecat, como ya hizo con CDC en Junts pel Sí, pero la ausencia de Junqueras y Rovira de la esfera pública debilita su mensaje frente al que proyecta Junts per Catalunya (JpC), y la eventual retirada de otro de sus pesos pesados agravaría esa situación.

JpC atribuye la decisión a Sánchez

Por cierto, la coalición puigdemontista, cuyas relaciones con ERC son convulsas -como evidencia el bloqueo del Parlament por el desencuentro en torno a la forma de aplicar la suspensión como diputado de Puigdemont- también a la hora de reaccionar a la transferencia al TSJC de la investigación sobre Aragonès, Jové y Salvadó se ha mostrado más contundente que la propia Esquerra, y ha aprovechado para volver a poner en duda que en España haya separación de poderes.

«Ni una semana… Los gestos del PSOE dan pena. La credibilidad de Pedro Sánchez tiende a cero», ha publicado en las redes sociales el portavoz en el Parlament de JpC, Albert Batet, como si la decisión no correspondiera a un juzgado de instrucción sino que la hubiera dictado Sánchez, que la semana pasada dijo que no tenía intención de abrir más vías judiciales relativas a la situación política en Cataluña.


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