Nadie quiere negociar en Bruselas con Puigdemont

ERC y JpC retoman las conversaciones, pero sus planteamientos continúan colisionando

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp

La lista de problemas que arrastran Junts per Catalunya (JpC) y ERC para encarrilar un pacto de gobierno continúa ampliándose: con quién negociar y dónde negociar también se han convertido en dificultades. «Lo verdaderamente importante en la negociación es lo que se mueve en Bruselas. Si bien es cierto que Elsa Artadi puede actuar en Barcelona como plenipotenciaria de Puigdemont, también lo es que los viajes a Bruselas de las comitivas son lo que más determinan y aquí no hay avances», admiten en JpC para describir el bloqueo de las conversaciones.

Ciertamente, los viajes de ERC a Bruselas han sido tan poco fructíferos que incluso comienzan a surgir voces en JpC que piden «un cambio de bateadores». «ERC tendría que subir un poquito el nivel de los negociadores. No parecen, además, los más interesados en llegar a acuerdos», sugieren en JpC, que, pese a todo, sostienen que «todo esto se va a tranquilizar en una semana o dos».

Nadie espera que esta semana puedan producirse grandes movimientos porque varios dirigentes independentistas están pendientes de sus citas ante el Tribunal Supremo (TS) de cara a los próximos días. La secretaria general de ERC, Marta Rovira, y la coordinadora general del Pdecat, Marta Pascal, personifican esta circunstancia, ya que ambas deben acudir ante el TS el lunes, 19 de febrero, como investigadas. «Esta semana, todos quietos», explican unos y otros, para evitar que el TS acumule material contra ambas.

Puigdemont, alfa y omega

Las conversaciones, no obstante, no han cesado. De hecho, este mismo miércoles se produjeron intercambios de posturas, pero sin cruzar nuevas propuestas. ERC insiste en un acuerdo global y en superar las conversaciones centradas únicamente en resolver el papel de Carles Puigdemont, que continúa siendo alfa y omega de las negociaciones para JpC.

Pero ERC no acepta este planteamiento. «Nosotros seguimos con que el acuerdo debe ser global y no puntual. No nos basta con aprobar una propuesta de resolución acerca del papel de Puigdemont en base a los resultados del 21 de diciembre. Hay que incluir un plan de gobierno y una estructura de gobierno», insisten en Esquerra, que tienen muy claro cuál es el verdadero problema: «Intuimos que (a JpC) les cuesta decirle a Puigdemont que no va a poder ser presidente de la Generalitat. Estamos encallados aquí», explican en ERC.

El factor humano, crucial en toda negociación, tampoco ayuda a que madure el acuerdo. «Los de Artadi tampoco están dotados con el don de la empatía», dicen voces soberanistas para describir la falta de inteligencia emocional del equipo de Puigdemont. 

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp