Cataluña renuncia de nuevo al mercado: Salvador Illa pedirá al Estado otros 8.538 millones en 2026

La Generalitat de Cataluña, que admite haber pedido ya más de 100.000 millones en financiación al Estado, solo acudirá en 2026 a los mecanismos del Estado y al BEI, que preside la ex ministra Nadia Calviño

Salvador Illa y Pedro Sánchez

Salvador Illa y Pedro Sánchez

La normalización no llega a Cataluña, al menos en su vertiente financiera. Con los Presupuestos autonómicos prorrogados, al igual que en España, y sin muchas esperanzas de poder sacarlos adelante, Salvador Illa se apoya en los vientos de cola económicos para ir pasando páginas del calendario sin muchas preocupaciones. Pero la verdad es que, obviando la mejoría de un buen puñado de indicadores económicos, la precariedad de las finanzas de la Generalitat está para quedarse.

Como muestra de ello, las previsiones presupuestarias que Salvador Illa acaba de transmitir a los inversores en una serie de reuniones, y cuyas principales conclusiones han sido plasmadas en un documento consultado por ECONOMÍA DIGITAL. En este informe, se deja claro que, a pesar del optimismo enfatizado por algunos representantes autonómicos, la ansiada financiación en los mercados (como hacía 15 años atrás), va a tener que esperar al menos un año más. Y volverá a ser el Estado español el que financie en 2026 todas las necesidades presupuestarias de la Generalitat.

Salvador Illa pide 8.538 millones más

Cataluña estima que necesitará financiación por 8.538 millones de euros en 2026, y toda esta cantidad será solicitada al Gobierno a través del Fondo de Facilidad Financiera de las Comunidades Autónomas (FFCA) que antaño recibía el infame nombre de FLA. Pero es lo mismo. En su estrategia de financiación, la Consejería de Economía, que lidera Alicia Romero, solo admite la posibilidad de fondearse con recursos a largo plazo del Banco Europeo de Inversiones (BEI), presidido por Nadia Calviño, exministra de Economía con Pedro Sánchez.

A pesar de que tanto Salvador Illa como Alicia Romero celebraron como una «vuelta a los mercados», la firma de un préstamo bancario de 3.500 millones con seis bancos, esta operación difícilmente puede considerarse como tal. Este crédito sindicado se estableció en su conjunto con entidades bancarias minoristas españolas, donde influyen una serie de influencias territoriales y políticas por su estrecha relación con la administración.

Volver a los mercados tiene que ver con acudir a una subasta o emisión en los mercados mayoristas donde se atraiga el interés de fondos y gestoras cuyos incentivos están rigurosamente marcados por el rendimiento y el riesgo de la operación. A pesar de la intención del Ejecutivo catalán, la propia Airef ha descartado este miércoles esta posibilidad al no cumplir Cataluña en el próximo año con el saneamiento financiero requerido por el Ministerio de Hacienda de María Jesús Montero para un regreso al mercado de capitales. Cataluña vuelve a quedarse como farolillo rojo de la recuperación presupuestaria entre la comunidades autónomas.

Sin visos de desbloqueo

Todo está en stand by en la Cataluña de Salvador Illa. Ni habrá un regreso a los mercados mayoristas, ni se intuye la aprobación de nuevos presupuestos (la información trasladada a los inversores omite sorpresivamente este capítulo), ni tampoco subraya como inminentes la quita de deuda autonómica ni la aprobación de un nuevo concierto económico para la región.

Todas ellas eran condición sine qua non para la independencia de Cataluña, al menos la financiera, pero la parálisis que anega el Congreso de los Diputados no parece disiparse.

Más bien todo lo contrario. La dependencia de los mecanismos de financiación del Estado no parece tener fin, después de que en verano de 2025 se hayan superado las peticiones de crédito por 100.000 millones de euros. Actualmente, el 90% de la deuda de Cataluña está en manos del Estado, es decir, del contribuyente español.

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