El alud de ERTEs destroza las cuentas de Sánchez e Iglesias

El Gobierno aprobará facilitar los despidos temporales, lo que provocará una avalancha de casos para hacer frente a la crisis del coronavirus

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Seat, Burger King y Pikolin son algunas de las empresas que este lunes anunciaron a su plantilla expedientes de regulación temporal de empleo, los ya populares ERTE, para superar la crisis provocada por la pandemia de coronavirus. Patronales y sindicatos calculan que miles de empresas seguirán el mismo camino, lo que tendrá una factura milmillonaria para el Estado, fulminará sus cuentas y obligará a incrementar la deuda y el déficit.

Está previsto que el Gobierno de Pedro Sánchez apruebe este martes las medidas económicas de apoyo a las empresas y trabajadores por el parón económico que supondrá el brote de Covid-19. Eso si logran ponerse de acuerdo Nadia Calviño, vicepresidenta económica, y los ministros de Unidas Podemos, liderados por el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias. Esta materia fue justo el motivo de que el Consejo de Ministros del sábado se alargase durante siete horas.

Facilitar los ERTE es una de las medidas más esperadas del consejo del martes. Las patronales CEOE y Cepyme y los sindicatos UGT y CCOO han pedido al Ejecutivo que impulse ya esta medida. Enemigos íntimos, representantes de los empresarios y de los trabajadores se han puesto de acuerdo esta vez porque entienden que en la actual situación de emergencia, es la única salida, o la menos traumática, para empresas de todo tipo y tamaño que no pueden continuar con su actividad habitual.

Muchas empresas esperan el decreto del Gobierno para presentar un ERTE, entre ellas, El Corte Inglés

Muchas empresas están esperando a la aprobación de la nueva norma por lo que respecta a despidos temporales para registrar su ERTE. Seat lo anunció este lunes: afectará a sus 15.000 empleados, o a una buena parte de ellos, y ya lo ha registrado ante la autoridad laboral catalana, competente en el caso de la automovilística propiedad de VW pues el expediente es para los centros de trabajo en Cataluña. Burger King y Pikolin también lo anunciaron.

Otras no lo han anunciado pero estarán muy atentas a lo que anuncie este martes el Gobierno para llamar a los sindicatos y plantearlo. Es el caso de las aerolíneas, como Iberia y Vueling, que han cancelado una parte muy importante de sus vuelos, o de Michelin, que ha decidido cerrar sus cuatro fábricas españolas y está pendiente de qué hacer con sus empleados. Como Seat, el resto de la industria de la automoción puede seguir el mismo camino: todas las fábricas de coches han parado. El ERTE en Nissan se da como seguro.

Un caso sonado será el de El Corte Inglés, que tiene 85.000 empleados. Las fuentes consultadas por Economía Digital ven probable un ERTE para buena parte de ellos, lo que sería el mayor expediente de regulación del país. Unos 20.000 estarían a salvo, pues trabajan en supermercados y droguería, que siguen abiertos, y faltaría por saber qué pasa con servicios centrales. Se da por hecho que pocos se salvarán pues apenas tienen a quién dar servicio.

¿Cómo se pagarán los ERTE?

Estas empresas son una pequeñísima muestra de lo que va a venir esta misma semana, y entre las pocas empresas citadas ya superan los 100.000 afectados. Miles de pymes están en situaciones idénticas. La cifra de personas que se puede ver afectada por un ERTE en las próximas semanas es incalculable. Calviño habló la semana pasada de que el coronavirus podía dejar un millón de parados más, pero no especificó si se refería a afectados por ERTEs o a personas que podían perder su trabajo de forma definitiva.

Tomando como referencia el millón de personas, pagar sus prestaciones le costará al Estado cerca de 1.000 millones de euros al mes, lo que presionará enormemente las cuentas públicas. Los expedientes temporales suponen que el trabajador afectado se va al paro durante un tiempo determinado –pueden ser semanas o meses, y pueden ir seguidos o intercalados–, por lo que su prestación la paga el Servicio de Empleo Público Estatal (SEPE), el antiguo INEM. Es decir, es dinero que sale de los presupuestos del Estado.

Pagar los ERTE puede costarle al Estado 1.000 millones al mes, tomando un cálculo optimista

Actualmente, España tiene menos de un millón de personas cobrando lo que popularmente se conoce como el paro: 939.000 desempleados son beneficiarios de la prestación contributiva, aunque hay otros que cobran otros tipos de prestaciones y subsidios. De media, cobran 858 euros al mes, pero el coste para el Estado es de 933,9 euros, pues paga las cotizaciones a la Seguridad Social.

El alud de ERTEs será un fuerte golpe a las cuentas del Estado, que no cuenta con margen para pagarlo. La sanidad y los servicios sociales, que son lo que se lleva buena parte de los presupuestos, no solo no se pueden recortar sino que habrá que reforzarlos ¿Cómo hará el Gobierno entonces para pagar la prestación de golpe a un millón o más de trabajadores?

Pendiente de la línea de ayudas que termine por aprobar la Comisión Europea –anunció 25.000 millones pero no concretó las medidas ni el reparto por países–, a Sánchez y Calviño no les quedará otro remedio que acudir a los mercados para endeudarse. La cotización de los bonos y letras del Estado no se ha resentido especialmente de la crisis y España todavía puede financiarse a buen precio.

Deuda y déficit por los aires

España cerró 2019 con una deuda pública de 1,189 billones de euro, alrededor del 98% del PIB. Más deuda ahora supondrá supere el Producto Interior Bruto, pues se prevé que se desacelere e incluso que España, así como el resto de Europa, entre en recesión. Pero también disparará el déficit: incrementará el gasto mientras que los ingresos, con el parón de la actividad, se prevé que se frenen. Se espera que Bruselas sea flexible con los objetivos de estabilidad.

El plan anticoronavirus, que tendrá muchas más medidas –ninguna gratis–, destrozará las cuentas del Gobierno antes de que hayan podido pactar unos presupuestos ni siquiera los dos socios de Gobierno. La cuestión es de cuánto es el tajo y cuanto tiempo dura. Bancos de inversión como Goldman Sachs calculan que será pasajero, como el 11-S, y esperan que la economía se recupere totalmente en el segundo semestre de 2020. El déficit, no obstante, seguirá presionado por un incremento del gasto y unos ingresos por impuestos que caerán en picado por el descenso de la actividad y el consumo.

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