El CNI espió a Aragonès con Pegasus ante las sospechas de que coordinaba a los CDR

El líder catalán respaldaba las protestas de Tsunami Democràtic posteriores a la sentencia del procés

El vicepresidente del Govern con funciones de Presidente, Pere Aragonés, consulta su móvil en los pasillos del Parlament. EFE/Quique García

El vicepresidente del Govern con funciones de Presidente, Pere Aragonés, consulta su móvil en los pasillos del Parlament. EFE/Quique García

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El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) informó al Gobierno del espionaje al presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, durante las barricadas organizadas por los CDR. A finales de 2019, el centro de inteligencia justificó a La Moncloa y al Ministerio de Defensa la razón por la que pidieron al Tribunal Supremo espiar al líder catalán.

Dos fuentes conocedoras del documento han confirmado a El Mundo que el CNI explicó al juez que Aragonès habría podido estar detrás de la coordinación de loa CDR, que por aquel entonces hacían barricadas en la autopista AP-7 y había ocupado el aeropuerto de Barcelona, entre otras.

Las sospechas de que él podía estar al frente es lo que llevó al centro de inteligencia a usar el programa Pegasus para entrar en su móvil. La posible coordinación de Aragonès aparecía en la copia de la resolución del juez Pablo Lucas, quien autorizó la intervención de su teléfono, y a la que los portavoces de los grupos parlamentarios pudieron leer en una Comisión de secretos del Congreso, liderada por Paz Esteban, quien este martes ha sido destituida de la dirección del CNI por el espionaje a independentistas, al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y a la Ministra de Defensa, Margarita Robles, entre otros.  

¿Por qué lo vinculaban con el CNI? 

Los investigadores señalaron que la organización podría haber estado financiada con dinero público y, en ese momento, Aragonès era también el conseller de Economía en Cataluña.

Además, el republicano respaldaba las protestas Tsunami Democràtic posteriores a la sentencia del procés, en las que pedían la libertad de los políticos catalanes presos. En estas protestas se vivían episodios de violencia tanto por parte de los manifestantes como de los cuerpos policiales.

Aragonès instó a “no aflojar” las protestas para que el Gobierno de Sánchez moviera ficha. De hecho, fue el republicano quien mantuvo las correspondientes conversaciones con los socialistas, las que acabaron con la investidura de Sánchez a cambio de una mesa de diálogo.  

Raquel Navarro Pérez

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