La guerra por el PP andaluz estalla en Málaga antes de la cita clave de Sevilla

Génova prohibe la proclamación de la número dos por Málaga, afín a Juanma Moreno, y abre las hostilidades antes de que el presidente andaluz mida sus fuerzas con el candidato alternativo en Sevilla

El presidente de a Junta de Andalucía, Juanma Moreno, y el presidente del PP, Pablo Casado. EFE

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Hasta ahora, la relación entre el PP andaluz y la dirección nacional de Génova podía definirse como una suerte de pacto de no agresión que ha dado aire a Juanma Moreno en estos dos primeros años de Gobierno en su construcción como barón autonómico en un territorio tan deseado para los populares como Andalucía.

Por su parte, a Pablo Casado le ha librado de recibir abiertamente críticas hacia un líder nacional que desde su designación no ha parado de perder votos en una caída que parece no tener suelo.

Por eso la manera en que se están desarrollando el proceso de congresos provinciales en el sur es la escenificación de que el PP andaluz no quiere “ni tutelas ni tu tías”, parafraseando a Manuel Fraga en aquel Congreso que eligió a José María Aznar como sucesor.

En concreto, la brecha se ha abierto este fin de semana en Málaga, antes incluso de la cita clave del Congreso provincial en Sevilla, donde Génova y el PP andaluz enfrentan candidatos.

En el XIII Congreso del PP de Málaga, no había candidatura alternativa para presidir el PP provincial, que dio su confianza de nuevo, con un 98% de respaldo, a Elías Bendodo, actual consejero de la Presidencia y portavoz del Gobierno andaluz, como presidente de los populares malagueños. Pero sí, en cambio, fue una cita en la que hubo mucho que leer entre líneas y en la que se cruzaron mensajes con Madrid.

Ya el pasado miércoles, la vicesecretaria de Organización del PP nacional, Ana Beltrán, remitió un escrito a presidentes y secretarios generales provinciales en el que recordaba el régimen de incompatibilidades entre los cargos orgánicos y los cargos públicos para que, se leía en esa nota, “garantizar el correcto desarrollo de los congresos y asegurar el adecuado funcionamiento de la organización». Ese artículo quedó modificado en el Congreso de 2017.

Juanma Moreno defiende la candidatura de Elías Bendodo (sentado en primera fila) para la presidencia del PP de Málaga. EFE

Bendodo pidió a Génova una excepción a las normas del partido y en su caso quedó aceptada esa dispensa. Sin embargo, no acordó con la dirección nacional su propuesta de que la secretaria general de los malagueños fuera ocupada por Patricia Navarro, actual delegada del Gobierno andaluz en la provincia de Málaga.

De hecho, durante el Congreso de este sábado, Bendodo esperó a las intervenciones de Ana Beltrán y del vicesecretario de Comunicación, el muy casadista Pablo Montesinos, para anunciar el nombre de la que quería que fuera su número 2. Esta jugada irritó en Génova que rápidamente comunicó que la dispensa era sólo aplicable al caso de Bendodo y siempre que no hubiera impugnación a esta circunstancia.

En este sentido, y según ha podido saber este medio, Teodoro García Egea y Elías Bendodo hablaron el sábado por teléfono y el mensaje fue claro: “O dimite Patricia Navarro de sus cargos públicos o no podrá ser secretaria general en Málaga. Génova no va a ceder más”.

“O dimite Patricia Navarro de sus cargos públicos o no podrá ser secretaria general en Málaga. Génova no va a ceder más”

Teodoro García Egea

Fue también el escenario propicio para medir las palabras del presidente andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, habituado a mantenerse al margen de las cuitas orgánicas. A Bendodo lo calificó como “un líder contumaz, solvente y con una enorme ambición para su proyecto político y su provincia”.

A Casado le dedicó unas palabras mucho más sobrias: “Necesitamos un cambio” y que “Pablo Casado pueda liderar ese cambio político en España”. Poco más y alguna frase hecha propia en estas circunstancias.

Como suele pasar, son los números 2 los que suelen sacar las armas mientras que por arriba se escenifica cordialidad y educación. Una fuente del PP andaluz califica la relación entre García Egea y Bendodo de “más que tensa”. Desde Génova señalan precisamente al consejero de la Presidencia como el verdadero urdidor de una vía en paralelo a la estrategia marcada por Génova en esta terna de congresos provinciales que se están celebrando.

Un candidato alternativo en la dirección del PP de Sevilla

Para comprender el ruido de fondo que se ha hecho público a propósito de la elección de los candidatos a los congresos provinciales del partido, hay que levantar la mirada del presente y fijarla en el horizonte de las elecciones municipales, previstas para 2023.

Lo que se juega aquí es la lucha entre Pablo Casado y los barones autonómicos, conscientes de que desde sus territorios y marcando un perfil propio son más fuertes que apoyándose en la estrategia de un líder en horas bajas.

“Desde su designación como presidente del partido anda desnortado, perdido, con cambios continuos de discurso que lo único que han llevado es a perder votos cada vez que hay una cita con las urnas, más después del desastre de las elecciones catalanas», sentencia un profundo conocedor de la vida interna de los populares, alineado en la corriente crítica con la estrategia.

«Sin elecciones generales a la vista, sería fundamental en estos momentos recuperar dos Ayuntamientos clave en el mapa como son Sevilla y Valencia. Y para que en el futuro esas alcaldías le sirvan de plataforma de su proyecto político a nivel nacional necesita colocar como alcaldables a candidatos afines”, añade la misma fuente.

El secretario general del PP, Teodoro García Egea. EFE

¿Y cómo se ponen afines en la pista de salida de esas alcaldías? Controlando las direcciones del partido en cada una de las provincias, una estrategia en la que se está fajando de manera intensa Teodoro García Egea, secretario general del PP y el hombre en quien Casado ha delegado el control de un partido en el que las voces críticas son cada vez más intensas.

Es por esta razón que en Génova han sentido como una “deslealtad” y “juego sucio”, la estrategia de Juanma Moreno de plantear un candidato alternativo de cara al Congreso del PP en Sevilla, previsto para el próximo 27 de marzo, sin consultar con Madrid, según han explicado fuentes populares a Nuria Val.

Hasta hace una semana, la única candidata a la dirección provincial del PP en Sevilla era la actual presidenta de los populares sevillanos, Virginia Pérez, una dirigente que no cuenta con la confianza del presidente Moreno, que hasta el último momento ha tratado de postergar la celebración de este cónclave escudándose en la situación de la pandemia. “Ingobernable” e “incómoda” son algunos de los calificativos con los que, desde San Telmo, sede del Gobierno andaluz, definen a la actual presidenta de los populares sevillanos.

La alternativa de Juanma Moreno a Pérez es Juan Ávila, alcalde de Carmona desde 2011, uno de los grandes municipios gobernados por el PP en Sevilla, en una provincia socialista por antonomasia. De su mano, el presidente andaluz pretende recuperar así el control del PP sevillano, esencial para hacer un PP andaluz a su medida, como ya hiciera años atrás Javier Arenas, hoy en el bando de los que quieren remover de su puesto a Virginia Pérez.

Para frenar la presión de Moreno Bonilla, la actual líder del PP de Sevilla decidió recurrir directamente a Génova y, a cambio de lealtad a Casado, ha conseguido mantener la fecha prevista para el 27 de marzo, adelantándose así a la estrategia trazada por el presidente andaluz. Tal es el interés que ha mostrado Moreno Bonilla en esta operación que no dudó en visitar Carmona la pasada semana para mostrar su respaldo a Ávila en una escenificación que Génova ha entendido como una batalla abierta y pública.

Cabe destacar que los estatutos del partido fijan en 90 avales el mínimo que debe reunir un candidato para presentarse a esta cita con la militancia que, según el calendario aprobado por el Comité Organizador del 15 Congreso del PP de Sevilla, debían ser presentados antes del domingo 7 de marzo.

En una exhibición pública de fuerza, algo así como ganar un primer asalto, Pérez presentó el pasado sábado más de tres mil avales. Según fuentes consultadas por Economía Digital, Pérez tendría en su haber en este momento el doble de avales que Juan Ávila, aunque según estas mismas fuentes “hay avales duplicados y hay que estar muy atentos al proceso”.

Pablo Casado, presidente del Partido Popular. EFE

En este sentido, fue el sábado también el día que Ávila anunció que pediría la nulidad del Congreso ante las “manifiestas irregularidades” porque “hay ausencia de garantías democráticas” que se han detectado “desde su convocatoria”, por lo que se presentará un recurso, según declaró a Europa Press.

Ya en su elección como presidenta en abril de 2017, Pérez protagonizó un Congreso envuelto en la polémica en la que ganó por sorpresa a Juan Bueno, el candidato de la corriente oficial por tan sólo 24 votos y entre acusaciones de amaño del censo de militantes.  

“El PP de Sevilla está roto en 40%-40%. El resultado lo va a decidir el candidato que consiga ese 8% más, por lo que será un Congreso a cara de perro”, ilustra una fuente del entorno de los críticos a Virginia Pérez.

No es un Congreso cualquiera para la dirección nacional. Según una fuente del PP andaluz, “Teodoro sabe que si no gana su candidata tendría efecto rebote en el resto de España”.

El apoyo a Soraya que no olvida Casado

Esta falta de sintonía entre la dirección nacional y la del partido en Andalucía viene de tiempo atrás y nace desde el mismo momento en que el PP andaluz fue esencial en la candidatura de Soraya Sáenz de Santamaría en el Congreso nacional de junio de 2018, que finalmente encumbró a Casado.

“Juanma y Pablo eran amigos íntimos desde los tiempos de Nuevas Generaciones, por eso que Andalucía respaldara a Soraya es algo que Casado no olvida pero, sobre todo, es algo que los suyos no le perdonan”, recuerda una fuente consultada por Economía Digital, que pone el acento en la ascendencia que ejercen Bendodo y García Egea sobre sus respectivos líderes.

Sin embargo hoy cualquier estrategia para consolidar al líder de la oposición frente al Gobierno de Pedro Sánchez pasa, de manera ineludible, por tener en cuenta la opinión de Andalucía como aliada y no como enemigo.

El estilo de Juanma Moreno en Andalucía, hasta ahora, ha sido la de un presidente qye busca parecerse al gallego Núñez Feijoó antes que a la presidenta del PP de Madrud, Isabel Díaz Ayuso

Pero entre Moreno y Feijoó hay notables diferencias: su llegada al Palacio de San Telmo, sede de la presidencia del Gobierno de Andalucía, se hizo gracias a la coalición con Ciudadanos y con el apoyo parlamentario de VOX. En el parlamento gallego ni el partido de ultraderecha ni el partido naranja tuvieron entrada como fuerza política y es bajo el paraguas de las siglas del PP que se concentran todas las sensibilidades de la derecha y el voto conservador.

Hoy, según la última encuesta de Deimos Estadística, el PP crecería en diputados pero la caída estrepitosa de Ciudadanos obligaría a Juanma Moreno a que fuera VOX su nuevo socio de Gobierno. Sería entonces el fin de esa autoproclamación como líder moderado y pondría a los populares ante una decisión incómoda.

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