Junts embiste el pacto ERC-CUP: se arma para atacar la moratoria de renovables

El partido de Puigdemont defiende su modelo energético y recuerda que es una oportunidad para sacar tajada de los fondos 'Next Generation'

El expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, en un acto de Junts per Catalunya por vía telemática / Julio Díaz

El expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, en un acto de Junts per Catalunya por vía telemática / Julio Díaz

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El modelo energético del Govern se ha convertido en otro problema para las negociaciones. ERC y la CUP pactaron una moratoria de grandes proyectos «de impacto territorial negativo» en el acuerdo de investidura, así una Ley de Transición Energética antes de 2022. Junts se opone a ello y defiende la «implantación acelerada», y se prepara para defenderse ante sus potenciales socios.

Los junteros han hecho llegar un argumentario a sus cuadros para que defiendan el modelo de transición energética actual, impulsada por la consellería d’Empresa i Coneixement con el Decreto-ley 16/2019. El documento fechado en abril de 2021, titulado El futuro energético de Cataluña, insiste en que «no nos podemos permitir moratorias ni derogaciones».

El texto emplaza a acelerar la reconversión en energía renovable pese a las reticencias de la CUP para hacerlo con el modelo actual: «Estaríamos en disposición de cerrar centrales nucleares, prescindir de centrales de energía de combustiles fósiles, abordar la movilidad eléctrica con comodidad y avanzaríamos en soberanía energética».

Junts mezcla transición energética con procés

Junts, que defiende que «sin soberanía energética no hay independencia», insiste en que la construcción de «parques de energías renovables por el territorio fomenta la energía de quilómetro cero», lo que permitiría «acostar la producción al territorio y minimizan las pérdidas del transporte por electricidad».

En un apartado de preguntas frecuentes, el texto asegura que «no es suficiente» con una transición energética solo apoyada por «pequeños proyectos financiados por cooperativas, placas fotovoltaicas en los tejados y autoconsumo«. El texto defiende que «el modelo de autoconsumo y de instalaciones de parques fotovolcaicos y eólicos no son alternativos, sino complementarios».

El redactado también tira balones fuera con la responsabilidad ante una posible especulación con grandes parques eólicos y fotovoltaicos. El documento recuerda que la Generalitat solo tiene competencias en las instalaciones de entre 100 kW y 50MW de potencia, y que para proyectos más grandes es la Administración General del Estado quien debe dar autorización.

Una oportunidad para captar fondos ‘Next Generation’

Para afianzar su posición de una transición energética rápida, en contraposición a la moratoria pactada por ERC y la CUP, el documento también esgrime necesidades medioambientales. El texto recuerda que Cataluña emitió un total de 43,96 millones de toneladas en 2019, y que recuerdan que la mayoría de energía producida viene nucleares, que serán sustituidas en 2030.

Desde Junts también muestran su desacuerdo con esta cuestión. Fuentes consultadas por Economía Digital creen que el texto rubricado entre sus potenciales socios limita la transformación de modelo energético. Además, inciden en que son una «oportunidad para captar fondos europeos».

El anterior Govern aprobó el decreto-ley 16/2019 tras declararse la Emergencia Climática. El proyecto, que tiró adelante con el apoyo de todos los partidos salvo la abstención del PP y la oposición de la CUP, pretendía facilitar la tramitación de nuevos proyectos de este tipo de energías tras una década de parálisis.

Casi 400 proyectos fotovoltaicos en el aire

Los promotores de energías renovables han presentado un total de 269 propuestas al Govern en relación a proyectos de plantas fotovoltaicas y 123 proyectos de parques eólicos. De fructificar el pacto entre ERC y la CUP, los proyectos para la transición energética podrían descarrilar.

El acuerdo entre ERC y la CUP nunca fue del agrado de Junts, que se sintió menospreciado al encontrarse un pacto hecho con el objetivo de presionarles. El partido de Puigdemont respondió con tumbar la investidura de Aragonès, y desde entonces ambas formaciones siguen enfrascadas en encontrar acuerdos.

Las negociaciones siguen encalladas y los reproches sobre la parálisis se entrecruzan. Los republicanos insisten en formar Govern antes del 1 de mayo, aunque Junts no se siente interpelada e insiste en priorizar el acuerdo. Los escollos son diversos, entre los que destaca el papel que debe tener el Consell per la República de Puigdemont en el próximo Govern.

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