Esteban, Rufián y la mayoría negativa: los socios de Sánchez están enterrando la legislatura
Pese a ser la 'Semana Montoro y Núñez" los socios del Gobierno han emitido señales contundentes que dejan muy tocado al PSOE en vacaciones, y que prefiguran ya la entrada en un 'curso electoral'
Pedro Sánchez y sus socios Yolanda Díaz, Aitor Esteban, Carles Puigdemont y Gabriel Rufián
Iba a ser una buena semana para el PSOE porque afloraba el ‘caso Montoro‘ y una vicesecretaria general del PP, Noelia Núñez, iba a dimitir. Sin embargo, el presidente Pedro Sánchez entra en periodo vacacional descolocado y su partido hundido por unas manifestaciones de los socios de Gobierno que verbalizan que la legislatura ha terminado en la práctica. Estas señales proceden, especialmente, de dos de sus principales socios: Aitor Esteban (PNV) y Gabriel Rufián (ERC).
Los casos de corrupción en el PSOE, el Gobierno y el entorno de Sánchez, de los que se conoce solo una parte todavía, han sacudido los cimientos del llamado bloque progresista, y el mayor argumento que ha podido blandir el presidente socialista es que unos casos «aislados» no pueden echar al traste la mayoría que lo sustenta. Sin embargo, el fracaso del decreto antiapagones demuestra que esa mayoría ya no existe.
Mayoría negativa contra Pedro Sánchez
No es la primera norma que el Ejecutivo no puede sacar adelante sino más bien la enésima, pero por primera vez los socios de Sánchez han empezado a verbalizarlo y esto es, a falta de una moción de censura, el mayor revés político que puede llevarse Pedro Sánchez. Ha sido Aitor Esteban quien ha visto al rey desnudo, tras advertir en una entrevista esta semana que se está conformando «una mayoría negativa» en el Congreso entre PP, Vox, Junts y Podemos.
“Se está empezando a conformar una mayoría negativa que antes era más esporádica pero que ahora se está consolidando en los últimos tiempos”, ha alertado Esteban, tras la votación del decreto antiapagones que, además de PP, Vox, Junts y Podemos, sumó también el rechazo del BNG y Chunta Aragonesista; una mayoría que está «desestabilizando» al Gobierno, con la suma de los casos de corrupción. Un mensaje que cruzó el Atlántico y obligó a Sánchez a defender desde Uruguay por qué el no cree que exista esta mayoría negativa.
Si la constatación del PNV de que la legislatura ya no tiene gasolina fuera insuficiente, Gabriel Rufián ha declarado el curso 25/26 como año electoral. El líder de ERC ha propuesto la creación de una coalición electoral conformado por las fuerzas independentistas y nacioanalistas de izquierdas (ERC, Bildu, BNG, Compromís, Podemos), que él estaría dispuesto a encabezar.
Ni en Moncloa, ni en Ferraz ni en la sede del Sumar de Yolanda Díaz pasan estos movimientos desapercibidos, y ya forman parte de un patrón: también aquí debe entenderse la salida de Sumar de Compromís hace unos meses y la ruptura de la disciplina de voto del diputado de CHA con el decreto antiapagones. Rufián ha dado entender con estos plazos que lo más probable es que el año que viene, en estas fechas, nos encontremos en otra legislatura.
Presupuestos 2026: prueba del algodón
Con permiso de la UCO y la revelación de nuevos casos a partir de septiembre, Pedro Sánchez volverá a tantear los socios de Gobierno para la presentación de unos Presupuestos Generales del Estado para 2026. Si no los sacara adelante, España entraría en su tercer año con cuentas prorrogadas. Si era difícil mantener el Gobierno en estas condiciones, los casos de corrupción lo hacen probablemente insostenible.
La aprobación de unas cuentas públicas sería el mejor argumento del PSOE en años para adelantar unas elecciones. Por primera vez, Sánchez podría decir que la aprobación de la amnistía y el acuerdo de investidura con Junts y Bildu ha servido de algo más que para mantenerse en el poder. Demostraría que los pactos que negaba han servido para forjar una legislatura. Pero si no saca adelante los Presupuestos, también podría dar una baza a Sánchez para justificar la convocatoria electoral, desvinculada de la corrupción de su entorno. En septiembre, el termómetro de la UCO y la disposición de los socios para aprobar los Presupuestos darán el veredicto final de la legislatura.
Sánchez se queda sin fuerza ni poder
Hay dos pruebas de que Sánchez parece haber agotado sus reservas políticas. La primera es que la gira internacional que está liderando con otros dirigentes de izquierdas ha pasado sin pena ni gloria en España. No ha logrado ni un solo editorial laudatorio en casa, ni si quiera opiniones negativas en los bloques del adversario. Su acción política (Latinoamérica, OTAN, Europa, Israel…) es irrelevante. Es señal de que nadie confía en que le queden balas para disparar contra nadie.
En segundo término, desde que estalló la crisis de corrupción con el caso Santos Cerdán (hasta entonces secretario de Organización del PSOE) el presidente ha sido incapaz de llevar a cabo una remodelación del Gobierno. Se especuló desde el primer día con la necesidad de dar un impulso a la acción política con nuevos nombres, pero parece ser que nadie, con reputación y prestigio nacional e internacional, está dispuesto ya a dejar su vida para ser un ministro de Sánchez. Ni siquiera se especula ya con nombres.
Y todo esto bajo la dispersa mirada de Puigdemont, cuyo único objetivo político es volver a Cataluña con garantías. Por malo que sea Sánchez, tiene pesadillas con que se instaure un Gobierno con Santiago Abascal (Vox) que le haga la vida imposible. Pero en el partido Junts no tienen la misma opinión: ven como se acerca el nuevo ciclo electoral, como el CIS empieza a detectar una caída de votos, y como no pueden movilizar su electorado porque su líder, si es que lo tienen, no puede hacer actos en Cataluña. Y la inmigración comienza a ser el principal hervidero demoscópico (igual que en el País Vasco), y eso es un problema para la antigua Convergencia.
Y más allá todavía, la economía. La semana cierra con la cifra de 22 millones de personas ocupadas según la última Encuesta de Población Activa (EPA) y, a pesar de ello, es un mensaje que no cala en la sociedad. En realidad, la noticia económica que ha marcado la semana es la estadística de la OCDE que dice que España es el tercer país del mundo analizado donde los salarios reales han experimentado un menor crecimiento en los últimos 30 años (casi nulo, un 2,6%, frente al 30% de la media o el 48% de EEUU).