Moncloa quiere a Buruaga en RTVE después de las elecciones de mayo

Santamaría pretende que la presidencia del consejo rote hasta que el Congreso pueda nombrarlo sin que la decisión perjudique en las urnas

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Salvo decisión de última hora de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Saénz de Santamaría, Radio Televisión Española (RTVE) permanecerá en situación de provisionalidad hasta las elecciones de mayo.

El Partido Popular pretende que el periodista burgalés Ernesto Sáenz de Buruaga asuma entonces la presidencia del ente.

Habría, por unos meses, vacío de poder aunque la situación financiera es de práctica quiebra técnica y el grupo atraviesa su particular crisis de pantalla, que se traduce en menos audiencia cada mes. Esta realidad recomendaría un movimiento rápido.

Dirigió los telediarios de Aznar

Pero la incorporación de Buruaga esperaría porque el Ejecutivo no quiere “hacer ruido” con el relevo en la cúpula de RTVE que pueda perjudicar los resultados de las próximas municipales y autonómicas, según las fuentes consultadas. El Ejecutivo ha decidido no comentar esta posibilidad y asegura que se barajan “varios nombres”.

La opción del jefe de informativos de TVE en época de José María Aznar se puso sobre la mesa durante el verano, cuando Buruaga abandonó la cadena COPE y el Gobierno dejó caer al dimisionario presidente, Leopoldo González-Echenique. Este abogado del Estado ha resistido durante semanas, hasta ayer.

Al final del consejo de administración de este jueves, presentaba la renuncia. Ha perdido en la particular partida de ajedrez contra el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, y la propia Santamaría.

Sin financiación estable

González-Echenique ha dedicado los últimos seis meses a intentar convencer, primero a Montoro y luego a Santamaría, de que el Estado debe liberar 140 millones de euros a favor de RTVE.

El expresidente del ente quería utilizar esos recursos para salvar la quiebra técnica y desarrollar un plan de eficiencia, cuyas líneas maestras se aplican desde hace dos años, según reconocen asistentes al consejo de administración. La partida destinada a la compra de programación ha caído a la mitad y ha arrastrado al resto de gastos de explotación, con una contracción del 25%.

El problema de RTVE

“El problema de RTVE ya no son los gastos, sino los ingresos”, asegura un consejero. González-Echenique se ha caracterizado por insistir en que los medios públicos necesitan un sistema estable de financiación. En este punto, si Moncloa persiste en negar los recursos, la viabilidad de la corporación corre peligro.

Al callejón sin salida se ha entrado después de que los recortes del Ejecutivo hayan reducido la contribución regular del Estado y de la menor aportación de las operadoras de telecomunicaciones, que pagan un canon que suple la ausencia de los ingresos en publicidad.

Pérdidas acumuladas de 716 millones

El objetivo era equilibrar este año un presupuesto de 950 millones, pero aunque los gastos se han cuadrado en esa cifra, fallan las entradas. Éstas suponen algo más de 820 millones. La desviación ha generado el desfase que amenaza la continuidad de RTVE por sumarse a una mochila con otros 716 millones más en pérdidas acumuladas. González-Echenique se niega a firmar esas cuentas.

De momento y hasta la probable llegada de Buruaga, José Manuel Peñalosa Ruiz asume la presidencia del consejo de RTVE, que no la de la corporación. Peñalosa no tendrá funciones ejecutivas ni capacidad de tomar decisiones. Ocupará el puesto debido a que la figura de presidente es imprescindible para convocar el órgano de gobierno.

Interinidad

La televisión y radio públicas han vivido recientemente una situación similar de falta de dirección. De hecho, el Partido Popular heredó el ente sumergido en una presidencia rotatoria como la que podría recomponerse ahora.

El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero dejó la corporación a la deriva después de la etapa de Alberto Oliart, quien dimitió el 6 de julio de 2011 tras descubrirse que había dado un contrato a su hijo y los socialistas no lograron encontrar relevo.

Ismael García Villarejo

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