Casado prepara cambios en Génova para afianzarse en la oposición

Los populares preparan para el mes de julio una reunión de la Junta Directiva Nacional que deberá decidir los nuevos portavoces

El presidente y el secretario general del PP, Pablo Casado y Teodoro García Egea, en la sede de la calle Génova, en Madrid. / EFE

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El Partido Popular está inmerso en una cuenta atrás para los cambios en la dirección del partido motivados para afianzarse en la oposición y derivados de la renovación parlamentaria. El proceso está previsto para julio, cuando habrá una reunión de la Junta Directiva Nacional, el máximo órgano entre congresos, que además de ratificar los distintos pactos post-electorales en los territorios tendrá que aprobar los nuevos portavoces para el Congreso, el Senado y el Parlamento Europeo, ahora en funciones.

El juego de sillas en la dirección del partido podría afectar a varias vicesecretarías y se están estudiando «con detenimiento y de forma pausada» desde la sede nacional de los populares, en la Calle Génova, donde la actividad pública se ha reducido en las últimas semanas debido a las negociaciones en los territorios.

Tras el fracaso en las elecciones generales y su leve recuperación en las municipales –gracias al pacto nacional junto a Ciudadanos y Vox– la dirección del partido deberá decidir si sigue adelante con su línea más dura o si regresa a posiciones «más centristas». Para ello, deben conjugar perfiles de la vieja guardia con caras nuevas, lo que han llamado una «renovación tranquila».

El Partido Popular se he visto perjudicado por la fragmentación de la derecha, que ha visto cómo sus votantes, desde el extremo liberal hasta el conservador, han optado por las alternativas de Vox y Ciudadanos. De hecho, la formación naranja se ha quedado a pocos escaños de los populares y su líder, Albert Rivera, ya piensa en ser la alternativa al gobierno de Pedro Sánchez.

Críticas para Casado

La intención del líder del partido, Pablo Casado, es incluir además a dirigentes que tengan peso territorial, lo que serviría para equilibrar las reclamaciones de los barones -algunos de los cuales se mostraron críticos en última Junta Directiva con su análisis de los resultados electorales-.

Por el momento, la continuidad de su número dos -el secretario general Teodoro García Egea– se mantiene intacta. Algunas fuentes incluso apuntan que puede salir «reforzado» tras su protagonismo negociador de los pactos en los ayuntamientos y las comunidades autónomas. 

También el vicesecretario de Organización, Javier Maroto, que se ha quedado sin escaño por Vitoria, ha tenido un papel destacado en estas negociaciones y es estrecho colaborador de Casado desde la presentación de su candidatura hace un año para liderar el partido, pero se ha apuntado que podría dar el salto al Senado.

Teodoro García Egea y Javier Maroto se afianzan como hombres fuertes de Casado

En todo caso, la previsión es que estos cambios no se producirán hasta que se cierren los pactos en las distintas autonomías, cuyos parlamentos quedarán constituidos este mes. 

Dos diputados electos del grupo popular en el Congreso –Daniel Lacalle y la vicesecretaria de Estudios y Programas del PP, Andrea Levy– ya anunciaron que renunciavan a su escaño. Levy renunció por la necesidad de «optimizar» los puestos, tras los malos resultados en las últimas elecciones generales, y responder a la máxima de «una persona, un cargo», lo que llevaría ahora también a su sustitución en la dirección del partido.

En el juego de cromos para ocupar algunos de los puestos más cotizados, como el de portavoz en el Congreso, se barajan opciones como la vicesecretaria de Política Social, Cuca Gamarra, o la diputada por Barcelona, Cayetana Álvarez de Toledo. El nombramiento de Álvarez de Toledo no gustaría a varios de los barones regionales e incluso a integrantes del grupo parlamentario porque representa un perfil duro en una legislatura que precisará de capacidad de diálogo, pero su papel puede completarse con un segundo puesto con carácter más negociador. 

El PP se prepara para una legislatura con menos ingresos

Más allá de los cambios en la cúpula del partido, el PP deberá afrontar un ajuste en su plantilla de trabajadores, sobre los que pesa incluso la posibilidad de un ERE, especialmente tras el brusco recorte de fondos por la pérdida de representación parlamentaria. 

Los populares recibirán en total 112.000 euros mensuales menos por sus 66 diputados, la mitad de los 249.092 euros al mes en subvenciones que tuvieron en la anterior legislatura, con 134 escaños.

El partido deberá asumir un profundo recorte de fondos tras perder más de la mitad de la representación parlamentaria

En cuestión está incluso el mantenimiento de la actual sede de los populares, el número 13 de la Calle Génova, un edificio que se ha convertido en símbolo en la anterior etapa. 

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