Podemos se harta de Calviño: «Está en todas las salsas»

Los últimos movimientos de Calviño confirman la nueva posición, mucho más política y opuesta a su proceder en la primera parte de la legislatura

La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, atiende a los medios tras asistir al pleno celebrado este jueves en el Congreso. EFE/Fernando Alvarado

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El rol prominente que ha adoptado la vicepresidenta primera del Gobierno y Ministra de Economía, Nadia Calviño, de un tiempo a esta parte ha agravado lo que ya se venía viviendo en el Consejo de Ministros: una relación tensa entre ambos socios de coalición. Los últimos encontronazos sólo han venido a confirmar la nueva posición, mucho más política, mucho más en el barro, de Calviño, opuesta a su manera de actuar en la primera parte de la legislatura.

Fuentes de la dirección del Ministerio de Asuntos Sociales, liderado por la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, así lo ejemplifican en conversación con Economía Digital: «Es lo que pasa cuando la nombras vicepresidenta, que está en todas las salsas». La última gota en el vaso, a punto de colmar según las quejas de ambas partes pero que nunca rebasa -ni se rompe, por el momento-, ha sido la contrapropuesta a un preacuerdo sobre el tope a los alquileres en la Ley de Vivienda, pero no es la única.

El estilo negociador de Nadia Calviño, que no cuenta con carné de militante del PSOE sino que es ministra independiente, dista mucho de otros pesos pesados del PSOE que sí tienen relevancia orgánica para los socialistas. Es el caso de María Jesús Montero, ministra de Hacienda y vicesecretaria general del PSOE, o de Félix Bolaños, homólogo en Presidencia y Secretario para la Reforma Constitucional y Nuevos Derechos en Ferraz, los interlocutores habituales.

Falta de cultura orgánica

Precisamente, esa falta de «cultura orgánica» y un procedimiento más ejecutivo, más tecnócrata pero más maniqueo, es la que hace que, normalmente, salten chispas cuando hay que discutir con la vicepresidenta primera. Sea con el compañero de coalición, Unidas Podemos, sea con los socios del Congreso. Así lo aseguran distintas fuentes de variados signos políticos a este diario.

«Con ella es como que te tumba cosas, más que negociar nada», apunta una fuente presente en distintas negociaciones con la ministra de Economía. Es el caso del preacuerdo sobre el tope de los alquileres en la negociación en la Ley de Vivienda que habían alcanzado Unidas Podemos, los socios habituales con los grupos parlamentarios y el ministerio proponente del proyecto, el de Transportes.

«Esto tiene que validarlo Calviño»

El compromiso del Ministerio de Transportes estaba ahí desde diciembre pero con un aviso que viene siendo habitual en las negociaciones -«Esto tiene que validarlo Calviño»-. Y ahora se ha conocido que no le parecía la propuesta más adecuada, como publica este periódico. Fuentes del equipo de la vicepresidenta relatan que se trata de una dirigente muy «escrupulosa» y muy «exigente». Eso también ha llevado a que se renueven sus colaboradores con una frecuencia superior a la de otras carteras del Gobierno.

No es cuestión exclusiva de la legislación con la que el presidente Pedro Sánchez quiere poner el broche a la legislatura, que es Vivienda. El anuncio de la dirección de Ferrovial de trasladar su sede social a Países Bajos también fue motivo de enganche entre la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y Calviño, como también fue la propuesta de Unidas Podemos de topar algunos productos de la cesta de la compra, algo que Economía no ve con buenos ojos a pesar de los intentos de Díaz y Belarra.

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