Sánchez y Díaz rompen la tregua y se lanzan a por el control del PSOE andaluz

Montero, Gómez de Celis (hombre fuerte del ‘sanchismo’ en Andalucía) y Juan Espadas escenifican el mensaje de Moncloa a Susana Díaz: el pacto de no agresión ha llegado a su fin

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, saluda a la líder del PSOE de Andalucía, Susana Díaz, a su llegada a la toma de posesión de Pedro Fernández, nuevo delegado del Gobierno en la comunidad, el 31 de marzo de 2021 en Sevilla | EFE/JMV

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, saluda a la líder del PSOE de Andalucía, Susana Díaz, a su llegada a la toma de posesión de Pedro Fernández, nuevo delegado del Gobierno en la comunidad, el 31 de marzo de 2021 en Sevilla | EFE/JMV

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Cuando los discursos son tan planos como previsibles –gracias ha sido la palabra más repetida–, la noticia no está en lo que se escucha sino en lo que se ve.

Y lo visto en el acto de relevo en la Delegación del Gobierno de España en Andalucía, en la que Sandra García, nombre pactado en su día entre Pedro Sánchez y Susana Díaz, ha sido sustituida por Pedro Fernández, hasta ahora alcalde de Baza, es la escenificación misma de una batalla por el liderazgo en la federación más importante del PSOE en la que ningún gesto es casual.

La de este miércoles ha sido, según ha ilustrado una fuente del entorno de los críticos a Economía Digital, la primera vez que “desde que todo esto se ha desatado” han coincidido en un mismo marco Susana Díaz, actual secretaria general de los socialistas andaluces; la ministra de Hacienda, María Jesús Montero; el alcalde de Sevilla y protocandidato a las primarias del PSOE andaluz, Juan Espadas, y el vicepresidente primero del Congreso, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, verdadero muñidor del sanchismo en Andalucía.

Lo cierto es que es complicado encontrar en la hemeroteca reciente una foto similar a la producida hoy en la Plaza de España de Sevilla.

Por eso, ante decenas de cámaras y periodistas, el frío saludo que ha dedicado Gómez de Celis, que ha acudido acompañado de Espadas, a Díaz, arropada por Fernando Rodríguez Villalobos, presidente de la Diputación de Sevilla, ha servido para interpretar, por un lado, el firme respaldo de Sánchez al alcalde hispalense para esta operación y, por otro, para ilustrar que ha llegado a su fin el pacto de no agresión acordado entre Moncloa y San Vicente, sede de la dirección del PSOE andaluz.

Como Díaz, Montero iba de rojo camarlengo, apuntaba un conocido socialista presente en el acto, una figura que en la iglesia católica tiene la función de administrar el tesoro pontificio, certificar la muerte del Papa y convocar al cónclave para elegir sucesor.

Montero no se moja un milímetro

A su condición de ministra, exconsejera de los gobiernos de Manuel Chaves, José Antonio Griñán y Díaz, así como nombre que ha sonado en las quinielas, Montero unió este miércoles el perfil de mujer alérgica a las intrigas orgánicas en los que muchos de sus compañeros de partido chapotean con agrado.

Así, la ministra de Hacienda, encargada de clausurar el acto ante su homólogo andaluz, el consejero Juan Bravo, se ha limitado a sonreír y a contestar pero sin mojarse un milímetro ni siquiera cuando la prensa le ha preguntado directamente si se descarta para la batalla de las primarias.

“Yo estoy absolutamente concentrada toda la semana en mi tarea en el Ministerio de Hacienda y en la portavocía y por tanto no doy lugar ni a especulaciones ni a ninguna cuestión que no tenga que ver con mi trabajo cotidiano en el Gobierno de España”, ha afirmado la también portavoz del Ejecutivo de Sánchez.

Y lo cierto es que el trabajo cotidiano del Gobierno, al menos en el ámbito socialista, pasa por gestionar la salida de la grave crisis socioeconómica por el coronavirus pero también por controlar la vida interna del partido en los territorios, máxime en tiempos en los que nadie descarta de manera rotunda un adelanto electoral en ningún ámbito.

La hasta ahora delegada del Gobierno en Andalucía, Sandra García, entrega el bastón de mando a Pedro Fernández durante el acto de toma de posesión de su nuevo cargo, en presencia de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, el 31 de marzo de 2021 en Sevilla | EFE/JMV

Sólo así se entiende la salida de Sandra García de la Delegación del Gobierno, que llegó a este cargo apenas 10 días antes de la declaración del estado de alarma y que pasará a la historia, precisamente, por no haber cometido ningún fallo ni tampoco triunfo alguno que arrogarse en sus escasos 14 meses de gestión que haya ocupado titulares.

A García le ha tocado, con todo lo que eso significa, lidiar en Andalucía con este primer año de pandemia que nos ha cambiado la vida a todos.

De perfil conciliador –“con el resto de administraciones, yo no he trabajado en la confrontación sino desde la coordinación”, ha expresado en su despedida visiblemente emocionada–, García ha sido sustituida en el cargo por Pedro Fernández –“mi querido amigo y compañero”–.

Las provincias que aún sostienen la moral ‘susanista’ son Córdoba, Málaga y Sevilla

Tan desconocido para el gran público como ella, un hombre moderado en el tono, como lo define una fuente del PSOE de Granada, y hasta ahora alcalde de Baza, Fernández pasa por ser la mano derecha en la Diputación granadina de Pepe Entrena, uno de los secretarios provinciales que ya ha mostrado abiertamente su apuesta por la renovación.

Con Granada, ya hay varias provincias andaluzas que han dado por agotada la etapa susanista. De forma clara se han posicionado Jaén y Huelva. Cádiz, provincia dividida desde siempre, anda jugando al despiste por parte de Irene García, su secretaria general, al igual que Almería.

Así, las provincias que aún sostienen la moral susanista serían Córdoba –aunque es más que evidente el espacio cada vez mayor que ocupan los críticos afines a Carmen Calvo, vicepresidenta primera del Gobierno–, Málaga y Sevilla. El viraje de estas últimas a la opción sanchista pasa, necesariamente, por las encuestas internas que se manejen cuando se anuncie la fecha del Congreso regional.

La lucha por la militancia en Andalucía

Y son estos territorios en los que hay dudas donde más se está fajando Susana Díaz en su lucha por la militancia, una pelea en la que se mantiene enrocada, desoyendo los avisos de Ferraz y las distintas opciones de salida que desde Moncloa se le han estado ofreciendo, ya sea la presidencia del Senado o hipotéticos ministerios, habida cuenta de la reciente remodelación del Ejecutivo.

Con la excusa de conocer la realidad de las poblaciones en plena pandemia golpeadas por la “pésima gestión» del Gobierno de Juan Manuel Moreno Bonilla, según sostiene su equipo, la expresidenta de la Junta lleva semanas recorriendo la comunidad de punta a punta en jornadas maratonianas que pasan por mantener reuniones y testeo de fidelidades en las agrupaciones locales, que son el verdadero ADN del partido socialista en Andalucía.

En las dos últimas semanas, según una fuente de su entorno, la líder socialista ha recorrido más de 40 municipios de seis provincias andaluzas y tan sólo le queda por recorrer de esta forma tan intensa Sevilla –consciente de que, en teoría, ésta sería una provincia afín– así como Jaén, provincia donde primero sonaron los tambores de guerra por la renovación.

Cabe recordar que de Jaén procede el diputado Felipe Sicilia, hombre de la confianza de Adriana Lastra y el primero que dio un paso adelante para presentarse como posible candidato a las primarias del PSOE-A, opción ya descartada como adelantó Economía Digital.

Enfrente, a día de hoy, Díaz tiene a Juan Espadas, que si bien en las ocasiones en que se ha pronunciado sobre las primarias se ha limitado a defender su interés por “una renovación que concite ilusión y marque el camino para recuperar el Gobierno de Andalucía”, según ha declarado, son otros los que andan moviendo su perfil como el más idóneo en esta batalla.

De hecho, a la par en que se ha hecho evidente la campaña en la que anda inmersa Díaz, que incluso ha abierto un blog cuya primera entrada lleva el muy meritorio título de Hay futuro, han surgido en las redes sociales decenas de nuevas páginas que respaldan a la ex presidenta andaluza.

Tantos como decenas de perfiles en apoyo a Espadas, un hombre moderado y afecto a encontrar acuerdos a derecha e izquierda en la gestión del Ayuntamiento –ha conseguido aprobar los presupuestos gracias a Ciudadanos y Participa Sevilla, la marca de Unidas Podemos en la capital andaluza–, que, sin embargo, pasa por ser un desconocido para gran parte de la militancia en el resto de provincias.

Un Congreso regional inminente

De ahí que desde Ferraz/Moncloa se urja a que dé un paso adelante, que, según algunas fuentes consultadas, podría dilatarse hasta la celebración de las elecciones madrileñas el próximo 4 de mayo, aunque otras fuentes hablan de algún movimiento rotundo a la vuelta de Semana Santa.

Al respecto, en una reciente entrevista en Canal Sur, Gómez de Celis declaró que Espadas es «el mejor y mayor activo» que tiene el PSOE-A actualmente, ya que está al frente de la institución más importante que gobiernan los socialistas en Andalucía y además lo «hace con éxito».

Lo cierto, es que a favor de Espadas juega el respaldo del aparato del partido desde Madrid y su profundo conocimiento de la administración autonómica por su pasado como consejero en los gobiernos de Chaves y Griñán.

En contra, dejando a un lado que el relevo en el Ayuntamiento de Sevilla no está claro, estaría no sólo su falta de ascendencia para la militancia andaluza, habituada a la omnipresencia de la expresidenta además de ser presentado como el candidato puesto a dedo por Sánchez, sino un temple poco habituado a la batalla orgánica cuerpo a cuerpo a la que estaría abocado, a menos que Díaz dé un paso atrás, extremo por ahora descartado.

Con todo, la cuenta atrás en la batalla por el liderazgo del PSOE de Andalucía ya ha empezado y la celebración del Congreso regional parece más cerca que nunca.

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