La nueva sorpresa de Pere Navarro y la DGT: planean instalar radares con ruedas en estos tramos
Según el balance hecho público en agosto, la DGT ha instalado ya 32 nuevos radares fijos y de tramo
El director general de Tráfico, Pere Navarro. Alejandro Martínez Vélez / Europa Press
La Dirección General de Tráfico (DGT) con Pere Navarro al frente apuesta este 2025 por una implementación innovadora en el control del tráfico, se trata de la puesta en marcha de los nuevos radares con ruedas.
Este tipo de dispositivos móviles llega en un contexto marcado por el repunte de accidentes en tramos de obras, donde cada año fallecen una media de cuatro operarios debido a la imprudencia de los conductores.
El objetivo principal de esta novedosa tecnología es reducir la siniestralidad en tramos especialmente peligrosos, como zonas de mantenimiento y reparación.
Según lo explicado por la propia DGT, estos radares pueden acoplarse como un remolque –el llamado carro-radar– y desplazarse con facilidad a los puntos más críticos detectados en las carreteras españolas. La flexibilidad permite adaptar la prevención a las necesidades cambiantes, frente a la rigidez de los radares fijos tradicionales.
La campaña de la DGT está respaldada también por otras innovaciones, como la introducción de conos geolocalizados que alertan a los conductores mediante sistemas conectados (DGT 3.0) de la presencia de obras o eventos en la vía, fomentando así una reducción preventiva de la velocidad.
Además, la nueva generación de radares portátiles cuenta con conexión directa al sistema central y la capacidad de enviar las infracciones detectadas en tiempo real, lo que incrementa la eficacia sancionadora en vías secundarias y tramos temporales de peligro
Pere Navarro: extensión nacional y cifras de sanciones
Las pruebas iniciales con los radares sobre ruedas han comenzado en regiones pioneras como Cataluña y el País Vasco, donde estos dispositivos ya vigilan tramos de obras, como el túnel de Belabieta en la A-15, con límites estrictos de 60 km/h. Sin embargo, la DGT planea su extensión progresiva a toda la red de carreteras estatales y, eventualmente, autonómicas, tras el éxito experimental y la recepción positiva por parte de empresas de conservación y mantenimiento.
La última campaña de vigilancia lanzada por la DGT durante una semana de junio controló más de 240.000 vehículos en tramos de obras, resultando en 14.964 sanciones, de las cuales un abrumador 86% correspondió a excesos de velocidad.
Los datos revelan la magnitud del problema y justifican la implantación de nuevas medidas tecnológicas para aumentar la seguridad en las vías, especialmente allí donde trabajan operarios.
Según el balance hecho público en agosto, la DGT ha instalado ya 32 nuevos radares (fijos y de tramo) en lo que va de año y tiene previsto añadir 122 nuevos dispositivos antes de finalizar 2025.
Además, pone especial énfasis en la señalización visible de los controles en tramos peligrosos mediante grandes carteles, paneles electrónicos y avisos GPS que llegan directamente a los navegadores de los conductores.
No obstante, no todos los radares serán anunciados de igual modo: junto a los señalizados, la DGT estudia implantar también radares móviles no señalizados en el marco de proyectos piloto, sumándose al control tradicional con helicópteros Pegasus, drones y cámaras fijas para una cobertura total de las vías, adaptándose al comportamiento de los automovilistas y a la accidentabilidad real de cada tramo.
La llegada de los radares móviles con ruedas refuerza el arsenal tecnológico de la DGT, que ya dispone de más de 2.000 radares entre fijos, móviles y de tramo en toda España.
El marco normativo sigue siendo exigente, los límites de velocidad en autopistas permanecen en 120 km/h, en convencionales en 90 km/h, y en zonas urbanas pueden caer hasta 30 o 20 km/h según el tipo de vía.
El incumplimiento acarrea sanciones de hasta 600 euros y la retirada de seis puntos del carné, en función de la gravedad de la infracción.