Huawei demuestra que ser enemigo de Trump sale a cuenta
En el año y medio de la campaña de descrédito de Donald Trump contra Huawei, la tecnológica china ha vendido más móviles que nunca
Contra todo pronóstico, estar entre ceja y ceja del Gobierno estadounidense ha resultado más que beneficioso para Huawei. La compañía china vetada por Donald Trump nunca antes vendió tantos móviles como cuando escaló a niveles interplanetarios su crisis de credibilidad, auspiciada por las autoridades de la Casa Blanca y su implacable lobby a escala internacional.
No se trata únicamente de las ventas registradas este último trimestre, cuando la tensión se disparó por la orden ejecutiva que Trump firmó a mitad de mayo para prohibir a las compañías americanas utilizar equipos fabricados por empresas que presuntamente quieren espiar a su Gobierno, el perjuicio por el que el presidente estadounidense acusa a la tecnológica con sede en Shenzhen.
Si bien la división de móviles de Huawei tuvo un segundo semestre fabuloso –vendió 58,7 millones de unidades en todo el mundo, con lo que elevó su cuota de mercado hasta el 17,2% (según datos de Strategy Analytics), precisamente en el mismo periodo en el que Trump le vetó–, hay que recordar que las tensiones preceden el castigo de la Casa Blanca, y los datos reflejan que, cuan peor es su relación con EE UU, mejor son sus ventas.
La impresionante remontada de Huawei, pese a Trump
Huawei es considerada una «amenaza para la seguridad nacional» de EE UU desde el segundo mandato de Barack Obama, cuando una investigación parlamentaria se refirió en esos términos a la compañía china, siempre rodeada por un riguroso secretismo sobre sus posibles nexos con Pekín. Trump recogió el testigo y añadió un poco de su retórica altiva y nacionalista para atacar a China indirectamente.
Después de un crecimiento constante en las ventas de móviles en 2017, Huawei tuvo un primer trimestre de 2018 a la baja: pasó de 42,1 millones de unidades vendidas a 39,3 millones entre finales de 2017 e inicios de 2018. No fue una coincidencia: en febrero de ese año, el director del FBI recomendó no comprar smartphones de Huawei y ZTE, dos empresas chinas que empezaban a galopar con ímpetu en el sector.
Ese trimestre la tecnológica anunció que el operador estadounidense AT&T no daría más soporte a sus móviles y que el gigante minorista de electrónica Best Buy dejaría de ser su socio de ventas. En el siguiente periodo, en mayo, el Pentágono prohibió la compra de móviles Huawei y ZTE en las bases del ejército estadounidense, a la vez que subía la presión a Google y Facebook por sus lazos con la cuestionada firma.
Sin embargo, Huawei recuperó su fuerza en ese segundo trimestre de 2018, cuando sus ventas de móviles incrementaron más del 27% hasta las 54,2 millones de unidades. Era el inicio de una remontada que eventualmente traería noticias impresionantes para las autoridades estadounidenses, como el sorpasso al iPhone de Apple en todo el mundo para convertirse en el segundo fabricante, solo superado por Samsung.
Tan solo hubo un ligero descenso del 4% en las ventas del tercer trimestre de 2018, hasta los 52 millones de móviles, que fue recuperado con creces en el cuarto trimestre del año, cuando las ventas alcanzaron –por primera vez para la marca– las 60,5 millones de unidades. El año en el que Trump decidió atacar a Huawei acabó con un crecimiento entre el cuarto trimestre de 2017 y el de 2018 de más del 30%.
Ese año también acabó con la crisis de confianza escalando a niveles nunca antes vistos, que repercutieron en lo acontecido en los primeros seis meses de 2019. En diciembre de 2018, Canadá arrestó a la directora financiera de Huawei, Wanzhou Meng, por solicitud de Trump. Si no estaba claro que la guerra había iniciado, con este hecho ya estaba confirmado. Lo que no estaba claro era quién iba a ganar.
El veto de Trump da alas a Huawei
Huawei vendió 206 millones de móviles en todo el mundo el año en el que Trump decidió que el mundo tenía que darle la espalda. La compañía se fijó el propósito de alcanzar las 270 millones de unidades vendidas en 2019, sin saber que en camino estaba el veto de la Casa Blanca que le haría protagonizar titulares noticiosos alrededor del planeta por todas las razones equivocadas.
A estas alturas del año, la tecnológica ha vendido un 20% más de móviles que en la primera mitad de 2018, acercándose a las 120 millones de unidades. Aunque todavía le falta más de la mitad de ventas para conseguir su objetivo de 270 millones de móviles vendidos, no deja de ser impresionante que la tensión con EE UU y el veto de Trump hayan hecho poco, o nulo, daño a su reputación.
Los consumidores siguen interesados en los teléfonos de Huawei, pese a no saber si en el futuro contarán con el sistema operativo Android, desarrollado por Google, que en estos días ha presionado al Gobierno estadounidense para que aclare si va a haber una tregua en la guerra contra el fabricante o si la situación va a ir a peor. Apple también está preocupada, en especial porque está sufriendo en China.
De los 58,7 millones de smartphones que Huawei vendió en el mundo entre abril y junio de 2019, más del 63% se vendieron en China, donde alcanzó una cuota de mercado récord del 38% en el segundo trimestre. Todo a su vez que el iPhone se desinfla en el país asiático, con una cuota de apenas el 6%, convirtiéndose en cierto el presagio de que los consumidores chinos cobrarían a Apple el veto de Trump.
Hace un año, cuando la vicisitud de Huawei en EE UU comenzaba a escalar, la marca tenía el 15,5% de la cuota del mercado de móviles; hoy tiene el 17,2%. Por su parte, Apple pasó en el mismo periodo del 11,8% al 11,1%. Interanualmente, este trimestre se vendieron 3,3 millones de iPhones menos. Samsung sigue liderando el mercado con el 22,3% de la cuota, pero Huawei cada vez le hace más sombra.
Lo que es más interesante: los smartphones no son el protagonista en las finanzas de Huawei, sino sus equipos de redes. De cara al público, su credibilidad no es la que Trump quisiera. Y en el despliegue del 5G sigue siendo la tecnológica más fuerte de todas, también contra las pretensiones del presidente americano. Con estas cifras, Huawei demuestra que es rentable enemistarse con uno de los hombres más poderosos del planeta.