El Miró más íntimo y familiar se descubre en Barcelona
La exposición 'Miró. El legado más íntimo' descubre 180 obras de arte, unas 80 de ellas del pintor catalán, de la colección que había creado para su familia

La muestra reúne 180 obras, entre ellas 80 de Joan Miró. Foto Alejandro García | EFE
Joan Miró no solo expresaba su cariño a la familia por medio de palabras y gestos, sino que también a través de sus obras de arte.
A lo largo de su vida buscó guardar dibujos y esbozos que le permitieran mantener un contacto emocional con su carrera, y que sirvieran para revisar su trayectoria y evolución artística.
Esta práctica de atesoramiento se extendió al gesto de obsequiar obras, propias y de otros artistas, a su esposa Pilar Juncosa y su hija Dolors Miró; lo que les permitía ser propietarias y coleccionistas a futuro.
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Y así siguió años más tarde con sus nietos David, Emili, Joan y Teo, a quienes también regaló obras de su autoría.
Miró, coleccionista de su propia obra
Esa faceta del pintor y escultor se puede conocer en la exposición Miró. El legado más íntimo, que desde este viernes 1 de abril hasta el 26 de septiembre se presenta en la Fundació Miró de Barcelona.
La muestra presenta 180 obras de arte, entre ellas unas 80 creadas por este artista, donde 59 de ellas forman parte del depósito que la familia hizo a la fundación, con otras que había sido cedidas con anterioridad.
La muestra permite seguir la evolución artística de Miró, desde los 17 hasta los 83 años
En el recorrido, que se organiza en cinco ámbitos diferentes, se puede seguir toda la carrera de Miró, desde que tenía 17 años en 1910 hasta 1976, nueve años antes de su fallecimiento.
Obras destacadas en cada capítulo
En un primer ámbito, con las obras que el artista apartó para él mismo, figuran las piezas más antiguas, como Bosque de Bellver, obras académicas de cuando estudiaba en la Llotja, otras que recogen influencias europeas como el fauvismo y el cubismo, hasta culminar en el surrealismo, con el único cuadro que dedicó a sus padres, Pintura (La botella de vino).
En la muestra se pueden ver también obras que Miró reservó para Pilar Juncosa, prácticamente una de cada una de las series que generó, entre ellas Pintura (1936), que convive en este ámbito con Grupo de personajes en el bosque (1931), la primera creación al óleo que guardó para Pilar, y La estrella matinal (1940), el único gouache de la serie de las Constelaciones que se puede ver en Europa .
El tercer capítulo despliega una selección de obras que Miró reservó para su hija Dolors, como una de las 27 Pinturas sobre masonite (1936), serie que emprendió en torno al estallido de la Guerra Civil española.
En el siguiente ámbito por primera vez se podrán contemplar juntas dos parejas de obras con las que Miró obsequió a sus nietos: por una parte, Pintura (para Emili Fernández Miró), de 1963, y Pintura (para David Fernández Miró), de 1965; y por otra, Personaje delante de la luna (dedicada a Joan Punyet Miró) y Personaje delante del sol (dedicada a Teodor Punyet Miró), ambas de 1976.
Una de las partes más interesantes es la serie de ‘Telas quemadas’ con las que Miró pretendía impactar al público en una exposición en París
En la parte final, consagrada a Barcelona, el visitante puede observar cuatro de las Telas quemadas, que Miró preparó para “dar un puñetazo” en la exposición que estaba preparando en París, como ha recordado este jueves Joan Punyet Miró en la presentación, informa Efe.
El papel de la esposa y la hija en resguardar el legado
En los paneles también se exponen dibujos preparatorios, documentación inédita y fotografías familiares que permiten recorrer el camino que va de la creación de una colección propia ―que con el tiempo se convierte en familiar― “a la voluntad del artista de hacer universal su pensamiento y su legado con la creación de la Fundación Joan Miró” precisaron en esta entidad.
Pero no todo se centra en el artista: la muestra también sirve para conocer el importante papel que tuvieron Pilar Juncosa y Dolors Miró en preservar y transmitir el legado del pintor.