El centro cultural chino diseñado como gigantescos cubos de hielo

Los edificios chinos siguen apostando por las ideas más audaces. El nuevo complejo turístico y cultural de Xinxiang es diseñado como un conjunto de grandes bloques de hielo

La estructura llega a medir hasta 49 metros de alto. Foto Estudio ZOU

Si se busca desarrollar un edificio con la forma más extraña, seguro que se puede construir en China.

Hace poco hablamos de un complejo hotelero con forma de moluscos, proyecto que se suma a edificios con formas de madrigueras, librerías que parecen un cuadro de Escher o puentes que asemejan a cintas entrelazadas. Y ahora, también descubrimos a un centro turístico y cultural diseñado como gigantescos cubos de hielo.

El edificio de hielo

El nuevo centro cultural y turístico de Xianxiang tiene forma de nueve descomunales bloques, algunos separados y otros apilados en lo que parece ser un precario equilibrio, como un homenaje a la tradición de deportes invernales de esta ciudad, ubicada en el centro-este del gigante asiático.

Desde cada ángulo la estructura presenta una estructura diferente. Foto Estudio ZOU

Los nueve bloques están dispuesto de manera que desde cada ángulo se tenga una perspectiva diferente de su estructura

El diseño corresponde a los estudios Zone of Utopia y Mathieu Forest Architecte. Como suele suceder con estos proyectos, la idea es que el edificio se convierta en un destino turístico en sí mismo.

Desde lejos el conjunto de bloques, donde cada uno tiene una altura de 17 metros, parece una estructura hermética, pero a medida que el visitante se aproxima los cristales permiten ver con algo más de detalle el interior de las instalaciones.

“La idea es esconderse mientras se muestra, para provocar misterio y ganas de acercarse. Los cristales capturan la luz y la reflejan, y el edificio parece emitir una imagen de una masa de hielo habitada”, describen sus creadores.

Una hendidura entre bloques permite el paso de los visitantes. Foto Estudio ZOU

Diferentes perspectivas

Según el ángulo que uno lo mire, se obtiene una perspectiva totalmente diferente. Desde el paseo comercial que flanquea la estructura hacia el oeste, el cubo superior se desplaza hacia un lado, en un voladizo a 34 metros sobre el suelo.

“La idea es esconderse mientras se muestra, para provocar misterio y ganas de acercarse”, dicen sus diseñadores

Los cristales tienen impresas formas del hielo. Foto Estudio ZOU

Si se lo contempla desde el sur, frente al lago, las estructuras tienen un perfil menos agresivo, en sintonía con el espejo de agua.

En cambio al llegar desde el norte entre los cubos se asoma una hendidura de 34 metros que invita al visitante a entrar en el espacio.

En tanto el cubo que se encuentra en la parte superior de la estructura contará con un espacio de relajación y meditación, aislado del tránsito de la zona.

De noche el complejo brilla y destacada entre los bloques vecinos. Foto Estudio ZOU

Juego de luces en la fachada

El hipnótico efecto óptico que producen los cubos se debe al revestimiento de paneles de vidrio impreso con figuras que recuerdan a la estructura microscópica del hielo, unidos por estructura de acero inoxidable.

Estos paneles reflejan la luz según cambia a lo largo del día, por lo que el edificio puede verse de un blanco brillante, de un gris claro o de un tono más sombrío cuando se acerca la noche.

Precisamente cuando cae el sol el lugar se ilumina como un moderno faro, y su brillo resalta entre los anodinos bloques de vivienda que lo rodean.

a.
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