Estambul da otro paso a la modernidad con su nuevo museo de arte
El arquitecto Renzo Piano diseña un vanguardista edificio de 15.000 m2 que lidera la transformación costera del barrio de Beyoğlu
El barrio de Beyoğlu es el más moderno de Estambul, donde se concentran las tiendas de moda, electrónica y diseño; en donde los jóvenes presumen de tener looks más propios de Londres y París que de Ankara, y que se está transformado rápidamente con interesantes proyectos de arquitectura.
Uno de los más ambiciosos es la renovación del puerto y el paseo costero de Galataport, que mira hacia el histórico Cuerno de Oro, explanada de 1,5 kilómetros de largo donde se está construyendo la nueva sede del museo de arte moderno de Estambul.
Abierto en 2004 en el barrio de Gálata, fue el primer museo dedicado al arte moderno y contemporáneo de Turquía. Ya ha recibido 8,5 millones de visitas, pero su edificio ha quedado anticuado y se está construyendo uno nuevo que espera abrir en breve.
El museo que une el pasado y futuro de Estambul
Diseñado por el estudio de Renzo Piano, el mismo que dio forma al Centro Botín de Santander, el complejo consistirá en un edificio de 15.000 metros cuadrados que no solo alojará la interesante colección artística del Istanbul Modern sino que servirá de centro de eventos educativos y culturales.
El edificio de 15.000 m2 será nexo entre el pasado del barrio de Gálata, el pulmón verde del Parque Tophane y el futuro puerto de Galataport
Además será un eslabón que unirá la vida turística del barrio de Gálata al oeste, el tránsito marítimo del Bósforo al sur, el Parque Tophane al norte (uno de los pulmones verdes más grandes de la ciudad turca) y el nuevo desarrollo de Galataport al este.
Un bloque luminoso sobre el estrecho
La estructura se divide en cinco niveles, dos bajo tierra y tres que emergen como un moderno bloque luminoso, que se fusiona con el entorno por una serie de rampas y escalones.
Su vestíbulo transparente integra una biblioteca, la cafetería, una librería, puntos de información y un área de talleres dedicada al proyecto Discovery Space, que el museo desarrolla con el Centro Pompidou de París. A su alrededor la cafetería se extiende por los jardines rodeados de esculturas.
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Desde el interior una gran escalera central conecta los diferentes niveles, desde el cine subterráneo hasta las galerías superiores.
En el primer piso estarán las galerías dedicadas a las exposiciones temporales y las muestras de fotografía, con ventanales que permiten ver el Bósforo en toda su extensión.
Esta misma conexión visual se repite en el segundo nivel, que presenta 3.300 metros cuadrados dedicados a salas de exposiciones.
Las vistas desde el museo de arte
Los espacios son flexibles, donde lo único fijo son las gruesas columna de hormigón que sostienen la estructura.
La estructura transparente del futuro museo reflejará las aguas del estrecho del Bósforo, y cambiará de luz según el ángulo del sol
Desde el segundo piso una escalera conduce a la azotea, de 450 metros cuadrados, donde se encuentra un pequeño estanque de agua que crea un interesante juego visual con el Bósforo.
El edificio entero dialogará con las aguas del estrecho, ya que sus paneles de vidrio lo reflejarán y convertirán al museo en una estructura luminosa, sobre todo al amanecer y el atardecer.
En tanto en el lado que mira al parque la sombra del follaje creará patrones de luz sobre la fachada.
Para disimular la presencia de las columnas de hormigón su base estará revestida por unos embudos mecánicos en la planta baja, donde la ausencia de paredes opacas “crea un paisaje inesperado entre el parque y el mar”, indican en el estudio de Renzo Piano.