Dos guías para atrapar la cultura más divertida de Japón

Un viaje ilustrado sobre las películas de Studio Ghibli y una guía sobre la cultura otaku despejan el camino a la fascinante cultura de Japón

Totoro, el personaje más famoso de Studio Ghibli. Imagen Amaia Arrazola

Japón es un archipiélago pequeño en superficie pero gigante en su cultura, que ha conquistado al mundo. ¿Quién no conoce a Kitty, Mazinger Z o Dragon Ball, quien no escuchó palabras como manga, cosplay u otaku? ¿Y cómo no emocionarse con la poesía visual de Hayao Miyazaki?

Estas semanas se han publicado dos libros que sirven tanto para los fanáticos de esta cultura japonesa como aquellos que la miran extrañado, y quieren saber por qué su magnetismo es tan potente.

Uno de ellos es Totoro y yo. Todo lo que descubrí sobre las pelis de Hayao Miyazaki de Amaia Arrazola (Lunwerg Editores) y el otro es Japón Otaku de Gianni Simone (Anaya Touring).

Ajústense los cinturones y prepárense para viajar a los fascinantes universos de Japón.

Los encantadores mundos de Miyazaki

No es justo decir que Hayao Miyazaki es el Walt Disney de Japón. El director, ilustrador y empresario y su compañía Studio Ghibli dieron un giro tan profundo al mundo de la animación que cualquier comparación es ridícula.

Arrazola describe los personajes de 11 películas de Studio Ghibli. Imagen: Amaia Arrazola

Creador de maravillosas películas como Nausicaä del Valle del Viento, Porco Rosso, La princesa Mononoke o El Viaje de Chihiro (único animé que ganó un Oscar), el mundo de Miyazaki se puede conocer con la bonita guía de Amaia Arrazola.

El Viaje de Chihiro es el único animé que ganó un Oscar como mejor película de animación

Esta ilustradora de Vitoria describe quién es Miyazaki, su influencia en la cultura nipona y mundial y el impacto de sus realizaciones a través de un viaje por 11 de sus películas, entre ellas la que da título al libro: Totoro y yo.

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Arrazola lo hace a través de 200 páginas donde su letra manuscrita acompaña los dibujos de los personajes de Studio Ghibli y del mismo director, quien cada tanto aparece con algún dato curioso o una anécdota.

También la misma Arrazola realiza cameos en sus propias páginas, para darle un toque más personal y alejarse de las clásicas descripciones de películas.

Eso sí: al principio advierte que el libro está lleno de spoilers, porque la idea es que los lectores primero vean una de las 11 películas recomendadas, y luego conozcan la trastienda de su historia y la multitud de detalles que a la autora le tomó ocho meses de trabajo descubrir.

Porco Rosso es uno de los pocos personajes que no es femenino. Imagen: Amaia Arrazola

Entre ellos, se encuentran que el nombre Totoro proviene de una niña que quería pronunciar troll, que Miyazaki busca inspiración en cualquier cosa que le llame la atención en un radio de tres metros; que siempre habrá guiños a aviones, nubes o cualquier cosa o persona que vuele (metáfora de libertad para el realizador) y que la empatía que despiertan sus personajes (casi siempre chicas jóvenes) es porque con sus miedos y su inédita valentía son tan reales como cualquiera.

Si alguien vio una película de Studio Ghibli y no le pareció gran cosa, que haga la prueba: búsquela en Netflix y luego comparta lo que explica Arrazola de ella.

Arrazola propone un simpático viaje por los mundos de Miyazaki. Imagen: Amaia Arrazola

El universo otaku

Hace 40 años los otaku, o sea las personas devotas de los mangas y animés, eran miradas con desdén, como jóvenes y adultos que perdía el tiempo en tonterías.

Hace 40 años los ‘otaku’ eran mirados por desdén. Hasta que esta cultura conquistó Japón y luego se expandió por el mundo

Pero la evolución de la sociedad nipona abrió las puertas tras éxitos como Densha Otoko (El hombre del tren) y por el trabajo de artistas como Murakami Takashi.

Proyecto Shibuya. Foto Gianni Simone

Y de ahí, al mundo: robots gigantes, adolescentes disfrazados como colegiales o con orejas felinas, carteles de neón, videojuegos, muñecas de ojos gigantescos y personajes que han pasado a la historia como Astroboy, Lupin o Kitty.

Para viajar a Japón y explorar este mundo o directamente para conocerlo desde afuera se pueden seguir las indicaciones de Japón Otaku, donde el periodista italiano Gianni Simone abre las puertas de las infinitas caras de este fenómeno.

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Dónde atrapar la movida otaku en Japón

En este libro analiza los orígenes y evolución del movimiento otaku, su influencia en la cultura japonesa primero y en la occidental después; y cómo se lo puede conocer -aún siendo un ignorante en la materia- a través de sus tiendas, cafés y museos.

Tras la introducción el autor propone un viaje por Japón entre Tokio, la región de Kansai (con Osaka, Kioto y Kobe) y otras partes del archipiélago como Sapporo, Tohoku, Nagoya o Hiroshima.

Robots gigantes, otro de los iconos de la cultura ‘otaku’. Foto Gianni Simone

En cada uno de estos puntos se sumerge en las calles de tráfico imposible y siempre rebosantes de gente para describir dónde encontrar productos y muestras de esta cultura, ya sea en bibliotecas, comercios, festivales o restaurantes temáticos.

El ‘cosplay’ es una pasión en Japón. Foto Gianni Simone

Cada tanto abre un paréntesis con diferentes aspectos de esta cultura que requieren una explicación más pausada, como el boom de desarrolladores de juegos expatriados, cómo es el encuentro de cosplay más grande del mundo o la influencia de Universal Studios Japan de Osaka -considerada la capital otaku del oeste-.

El libro cierra con valiosos consejos para quien quiera poner rumbo a Japón para fascinarse con este mundo, a lo que se suman sugerencias para los que estén tentados con trabajar en ese país. Por lo pronto, que vaya aprendiendo las palabras del glosario otaku de las últimas páginas.

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