‘De manolas y toreros’ o cómo la moda popular española llegó a vestir a Madonna

Con apenas 200 habitantes, sorprende que la pequeña localidad de Morón de Almazán, en Soria, cuente con uno de los conjuntos monumentales más hermosos (y desconocidos) de Castilla. Y si inesperada es su bellísima plaza con edificaciones del siglo XVI e intrincada simbología esculpida en piedra o la espectacular torre de su iglesia, no menos lo es un tesoro que, en forma de museo del traje, permite rastrear la influencia de la moda popular española en las creaciones de los principales diseñadores nacionales e internacionales.

De manolas y toreros

Inaugurado en 2012, el Museo del Traje Popular ocupa el renacentista Palacio de los Hurtado de Mendoza en el centro de la Plaza Mayor de Morón de Almazán.

Su original propuesta, que nace de la custodia de las prendas que los sorianos guardaron en las arcas a lo largo de los años, sirve para adentrarse en el conocimiento de la indumentaria popular, pero también de sus implicaciones culturales sociales y económicas e, incluso, su influencia en el diseño de la moda contemporánea.

Precisamente en esta última variable se centra su más reciente exposición temporal, una sugerente demostración de cómo la vestimenta habitual de las clases populares se coló entre las inspiraciones de grandes modistos de la talla de Lorenzo Caprile, Valentino, Felipe Varela, Jesús del Pozo o Elio Berhanyer y llegaron a vestir a personalidades como Madonna.

De Manolas y Toreros, Patrones de España es el nombre de esta muestra en la que chaquetillas, toreras, mantones, capas o faldas de volantes de los siglos XVIII y XIX conviven con piezas de modistos nacionales e internacionales desvelando influencias que se han subido a las más importantes pasarelas del mundo.

Cómo la vestimenta popular definió la moda española

Una falda que simula un capote como la que llevó la Infanta Elena, la chaquetilla torera que alguna vez ha usado Madonna, mantillas y mantones como complementos de trajes de alta costura de Dior o de Jean Paul Gautier, manoletinas (llamadas también bailarinas), inmensas hombreras, o faldas de volantes… todo ello son rasgos ya considerados indisolublemente unidos a la moda española y que tienen su base en las vestimentas populares de hace dos siglos en España.

A través de más de 150 piezas llegadas de todas las regiones de España pueden verse trajes de Lorenzo Caprile como el famoso traje rojo que usó Anne Igartiburu en TVE o alguna de sus chaquetillas toreras de alta costura, de Valentino, Elio Bernhanyer, Felipe Varela o Jesús del Pozo, pero también un mantón de la reina regente María Cristina de Habsburgo-Lorena, esposa de Alfonso XII, bolsos de Tiffany, pendientes de Dior o de Joaquín Blasco.

Faldas de muselina, de volantes, prendas masculinas para la cabeza que fueron inspiración de las futuras monteras, chaquetillas, jubones, peinetas de carey, todo ello piezas que vestían majas, majos, manolas y toreros en España, pueden verse también esta muestra, que revela los precursores de una moda contemporánea que sigue encontrando inspiración en esos patrones del vestir hispano.

Comisariada por Marcos León Fernández, la muestra puede verse hasta finales de 2022.

De las clases populares a las pasarelas de París y Milán

La indumentaria popular española desde finales del siglo XVIII y durante todo el siglo XIX fue toda una revolución en el vestir de toda Europa.

La muestra combina piezas originales de indumentaria popular de los siglos XVIII y XIX con creaciones de modistos como Lorenzo Caprile, Valentino, Elio Bernhanyer, Felipe Varela o Jesús del Pozo

“A día de hoy pueden considerarse los primeros influencers de la moda pues muchos de los elementos de sus trajes diarios fueron recogidos por las clases nobles e incluso en la corte como elementos de buen vestir”, explican los responsables de la exposición.

Entre los ejemplos se citan las faldas de muselina que primero usaron las clases populares y que luego usaron reinas como María Antonieta o grandes señoras de la corte como la Duquesa de Alba que retrató Goya.

En este sentido, la exposición quiere identificar cuáles fueron los rasgos que contribuyeron a formular los arquetipos de majos y majas, pero también rastrear las huellas que a su vez dejarían en el vestir campesino las modas urbanas de estos personajes tan españoles que acabarían por erigirse en figurines y patrones del gusto popular en toda España.

Para ello esta muestra ha recuperado piezas muy antiguas que llevaban los labradores y que son los precursores de muchas de estas prendas, desde las mantillas ibicencas, que aún se siguen usando en poblaciones de la isla durante la Semana Santa, a los dengues o mantillas que se llevaban por los hombros o las mantillas de respeto.

Otro ejemplo puede ser las chaquetillas que hoy se conocen como toreras, una prenda muy común en los hombres durante el siglo XVIII.

La moda española a través de los siglos

Todas las piezas se acompañan de textos de la época de escritores que fueron verdaderos cronistas de cómo se vestía en pueblos, burgos y en los bailes de la alta sociedad de la capital, además, de reproducciones de cuadros de Francisco de Goya, Francisco Bayeu y otros artistas españoles, quienes mostraban en sus cuadros, grabados o cartones para tapices cómo era la vestimenta de las clases populares, burguesas o de la corte.

La idea, señala Enrique Rubio, Diputado de Cultura de Soria, pasa por “profundizar en el proceso de transformación que ha llevado la indumentaria habitual de las clases populares de distintas zonas de España y que hoy se han asumido como propias en el vestir moderno”.

En este sentido, se trata de “mostrar cómo las figuras icónicas como las majas, los toreros o las manolas están hoy presentes en nuestra moda y cómo han evolucionado en nuestra historia del traje”.