Seis rutas para perderse por Álava. Y no querer volver
Estos recorridos son ideales para dejarse llevar por los sentidos, las experiencias, las memorias y las pequeñas historias de esta provincia vasca

La belleza del Parque Natural de Gorbeia. Foto Turismo de Álava
En Turismo de Álava les llaman las rutas de la perdición, y no porque sean el camino al pecado que tanto temen los predicadores bíblicos, sino porque son recorridos que invitan a extraviarse.
Pero la idea de perderse no significa que tenga que venir una cuadrilla de rescate, sino que se refiere al concepto de inmersión en el territorio y su historia, en su gastronomía y naturaleza, en las tradiciones de cada pueblo y en los valles y montañas que tientan al turismo activo.
La ruta de los caminos
El primero de estos trayectos, la ruta de los caminos, propone descubrir los atractivos históricos con un viaje que se inicia en Vitoria, donde su joya es la Catedral de Santa María y la almendra medieval, con tramos de la antigua muralla del siglo XI, y palacios como el de Escoriaza-Esquivel.
Más baños de historia se pueden dar en las cercanas termas de Arkaia, o en las leyendas bélicas que adornan las paredes de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, en Alaitza.
Cerca está el templo románico de San Martín de Tours -atención a sus pinturas murales- y las casas blasonadas de la villa medieval de Agurain; que compite en interés con palacios renacentistas como el de Zalduondo, que perteneció a los Lazarraga-Amézaga y hoy es sede del Museo Etnográfico local.
Otra ermita a tener en cuenta es la de Elizmendi en Kontrasta y entre las iglesias ricamente decoradas está la de San Vicente de Arana, con un llamativo retablo de plateresco vasco. Tras visitar Santa Cruz de Campezo el viaje termina con una visita a la villa medieval de Antoñana, punto clave para los que realizan el camino dedicado a San Ignacio de Loyola.
Ruta de los sentidos
Este recorrido, desde el noroeste al centro de la provincia de Álava, propone empezar descubriendo los secretos del txakoli en las faldas de la Sierra Nevada, en un paisaje de una belleza particular donde reina el Salto del Nervión, con su impactante caída de 220 metros. También hay que atrapar el despliegue visual de la cascada de Goiuri, donde de paso se pueden probar los quesos y cervezas artesanales de las granjas.
Cerca de la Sierra Nevada se puede probar el txakoli, una tradición gastronómica que se suma a las queserías y cervecerías cercanas a la casada de Goiuri
Esta es una ruta para atrapar la naturaleza en el Santuario de Oro en el valle de Zuia, o en el vecino Parque Natural de Gorbeia, donde si hay que reponer fuerzas que sea en las paradas del mercado de la Plaza de Abastos de Vitoria.
También se pueden probar los pintxos de las tabernas de la ciudad, en un recorrido que por darle el toque diferente puede culminar en el curioso Museo Fournier de Naipes, uno de los pocos en todo el mundo dedicado a este juego de azar.
Ruta de las experiencias
Aquí se trata de poner el cuerpo en acción, de recorrer en dos ruedas o con las dos piernas trazados como la Vía Verde del Vasco-Navarro, un ferrocarril que atravesaba la provincia y que fue desactivado.
También hay que girar por el anillo verde que rodea a Vitoria, una de las ciudades más sostenibles de España, donde se encuentra el Centro de Interpretación de los Humedales de Salburua.
Otros hitos de la naturaleza en este recorrido es el Embalse de Ullibarri, el parque de Garaio con sus playas de agua dulce que, quizás, haya que probar cuando vuelva el verano, y el Parque Ornitológico de Mendixur, un rico santuario de aves.
También es bonito de ver el Embalse de Urrunaga en la carretera que coincide con la antigua Ruta del Vino y el Pescado, aunque quizás a los más pequeños les atraiga más desafiar sus habilidades en el Parque de Aventura Hontza Extrem.
Ruta de las intrahistorias
Está la Historia con mayúsculas que se refiere a conquistas, gobiernos y reinos; y la de las pequeñas historias que remiten a la vida cotidiana, a la forma de producir y crecer en un territorio.
Este recorrido, que se concentra en el centro y sur de Álava, se inicia en el Jardín Botánico de Santa Catalina, que atrapó las ruinas de un antiguo monasterio, en un entorno ideal para contemplar el firmamento nocturno.
El Jardín Botánico de Santa Catalina de día ofrece la belleza de sus miles de plantas, y de noche el impactante firmamento nocturno
En el descenso al sur se pueden visitar el Yacimiento Arqueológico de Iruña Veleia, en Iruña de Oca, que permite conocer cómo vivían los primitivos habitantes de estas tierras; o el Museo Etnográfico al aire libre de Peñacerrada, que se combina con paseos por sus callejuelas medievales y sus murallas.
En Lagrán, el Centro de Interpretación de la Ruta del Vino y el Pescado recuerda cómo era el duro camino de los arrieros desde Rioja Alavesa y el Cantábrico, mientras que tras conocer el bonito pueblo de Laguardia se puede llegar al estanque celtibérico que invita a descubrir la relación de la comarca con el agua.
En Labastida, al este de Rioja Alavesa, los Lagares Rupestres la idea es desconectar con una copa de vino, como el de Monte Buena Norte.
Ruta de las memorias
Este recorrido rescata los sitios que novelaron la historia alavesa, como el Conjunto Monumental de Quejana con su palacio fortificado, la iglesia de San Juan Bautista y el convento de Las Dominicas; o el casco histórico de Artziniega, con su santuario y sus museos, donde abundan las casas señoriales.
La historia milenaria del único mineral comestible se conoce en el Valle Salado de Añana, donde se podrán degustar varias muestras de gran calidad. Y atención al spa salino con sus propiedades terapéuticas.
Cerca, en Tuesta, se puede hacer senderismo por el GR-1 o conocer la Iglesia de Nuestra Señora de Asunción, también conocida como la Catedral de Valdegovía.
Otro museo temático es el del Vino-Villa Lucía, cerca de Laguardia, que también abre las puertas del mundo del aceite.
En este pueblo medieval, uno de los más bonitos de España, hay que conocer sus palacios nobles y las poderosas iglesias fortificadas de San Juan Bautista y Santa María de los Reyes.
Ruta de los Parques Naturales
Estas sugerencias de Turismo de Álava concluyen con esta ruta circular por diferentes parajes de hermosa naturaleza.
Se comienza en la Cuadrilla de Ayala con el imponente macizo de Sierra Salvada, con sus miradores, cañones y paisajes que enlazan con el Parque Lineal del Nervión.
El Parque Natural de Valderejo, con sus crestones calizos y sus bosques de hayas, pinos y encinas, es hogar de una variada fauna como los buitres leonados.
Los humedales de las Lagunas de Laguardia es otro importante refugio de aves, que se pueden ver en uno de los atardeceres más bonitos del norte.
El Parque Natural de Valderejo es hogar de una variada fauna como los buitres leonados
Es tan fotografiable como el Parque Natural de Itzki, en la Montaña Alavesa, con sus ejemplares de tejos y tilos; o el Parque Natural de Aizkorri-Aratz, en la Llanada Alavesa, con sitios curiosos como el túnel de San Adrián, horadado por los siglos.
El Embalse de Ullibarri-Gamboa regala hermosos reflejos cuando se anda por su vía perimetral, camino que conduce tras un desvío al Parque Natural de Urkiola, escenario de numerosos mitos y leyendas.
El último punto es el Parque Natural de Gorbeia, dominado por el monte homónimo, con sus valles de bosques verdes que estas semanas van cambiando al bonito despliegue cromático de ocres, amarillos y rojos del otoño.