7 vías verdes para descubrir el otoño en el País Vasco

Por donde antes circulaban ferrocarriles, ahora lo hacen bicicletas. Décadas atrás llevaban carbón, cereales, herramientas y pescados y actualmente transportan, pedaleando o a pie y en forma de vías verdes, el espíritu de la vida saludable.

Solo en Euskadi, los antiguos ferrocarriles caídos en desuso y reutilizados bajo este formato suman un entramado de 300 km a través de 15 recorridos, testigo de otra época en la que este territorio atesoró una de las redes ferroviarias de vía estrecha más densas de España.

La fórmula que adoptaron pueblos y ciudades vascas de Guipúzcoa, Vizcaya y Álava para romper las barreras naturales que deben a una complicada orografía y poder así abrir vías de comunicación y comercio son ahora cómodos itinerarios que se pueden descubrir a pie o en bicicleta. Y aunque cualquier momento del año es bueno para hacerlo, el otoño las hace especialmente apetecibles.

FC Vasco-Navarro

La más larga de todas las vías verdes de Euskadi es la del trazado del antiguo FC Vasco-Navarro, que se extiende por más de 90 km entre el puerto de Arlabán, en el límite entre Álava y Guipúzcoa y la localidad navarra de Estella.

En su recorrido, el conocido como el ‘Trenico’ se adentra por la llanada y la montaña alavesa, y se considera como una de las más largas de la Península.

En la travesía se suceden llanos de cereal y montañas, ríos y gargantas, frondosos bosques, poblaciones con encanto y una ciudad como Vitoria-Gasteiz, la green capital, todo ello aderezado de patrimonio cultural, antiguas estaciones, viaductos y túneles que componen un patrimonio ferroviario singular.

Por su longitud se sugiere hacerla en varios tramos, con hitos como su paso por la verde Vitoria, el túnel de Lamonoria (de 2,2 km) y el Centro de Interpretación de la Vía Verde, en Antoñana, que invita a conocer la historia de este ferrocarril

Urola

Con 44,3 km en el corazón de Guipúzcoa, esta vía verde atraviesa 19 puentes y viaductos y 29 túneles, en un trazado que se inicia en Zumárraga y termina en Zumaia, donde enlazaba con el tren costero de Ferrocarriles Vascongados (FFVV).

La del desaparecido ferrocarril del Urola es hoy una de las vías verdes más sugerentes del País Vasco ya que nos permite acercarnos a lugares y atractivos como la estación de tren de Azpeietia, donde está el Museo Vasco del Ferrocarril, el santuario de Loyola, la ermita de Santa María de Zumarraga y la garganta que el río Urola además de atisbar la antigua cultura del hierro a través las grandes siderurgias y las ferrerías de antaño en Legazpi.

Montes de Hierro

Precisamente el hierro modeló, durante siglos, el paisaje, la vida y el carácter de las tierras de Vizcaya. Un patrimonio industrial muy presente en la red de Vías Verdes de los Montes de Hierro, que en sus 42,5 km recorren los antiguos caminos de rieles que impulsaron la economía industrial de Bilbao.

La vía verde del FC Vasco-Navarro, con más de 90 km, es una de las más largas de España

En el recorrido se ve toda clase de recuerdos de la industria minera, como cargaderos, ferrerías y hornos; así como recuerdos históricos como el castillo de Muñatones y parajes naturales como el biotopo de los Montes de Triano y la playa de la Arena, en la ría del Bardabun.

Bidasoa

Casi la misma extensión, 42 km, tiene la Vía Verde del Bidasosa, que hereda el tren minero que unía Elizondo con Irún y que evoca el paso fronterizo desde esta hacia Francia.

La actual vía verde recupera gran parte del trazado del Tren Txikito desde el barrio de Behobia en Irún hasta Bertiz en un hermoso viaje por la naturaleza en el que se atraviesan túneles, pueblos, apeaderos y un cargadero de mineral, así como la hermosa bahía de Txingudi.

Para no perderse, el impactante espectáculo de los salmones que remontan el río Bidasoa, que suele suceder en enero.

En enero la vía verde del Bidasoa acerca a los sitios donde los salmones remontan el río para desovar

Plazaola-Leizarán

Otra de las vías verdes más extensas en el País Vasco es la del Plazaola-Leizarán, con un total de 68 km entre Andoain, en Guipúzcoa, y Sarasa ya en Navarra, que acompaña las aguas del río Leizarán, con un valle declarado Biotopo Protegido.

En el trazado, que cuenta con 53 túneles, así como varios puentes y viaductos, se atraviesa el túnel de Uitzi, que con 2,7 km es el más largo de país; y también se cruza por el bonito valle de Larráun, un espectáculo de naturaleza.

Arditurri

Ideal para escapar del bullicio urbano de la periferia donostiarra y plantarse en pocos kilómetros en la más absoluta naturaleza hasta alcanzar el Parque Natural de Aiako Arria es la Vía Verde de Arditurri.

Varias vías verdes, como la de Arditurri, permiten conocer vestigios de la industria minera en el País Vasco

De apenas 12 km entre Pasai Antxo y el Coto Minero de Arditurri, en Oiartzun, se trata de un viaje junto al río Oiartzun perfecto para recorrer la comarca guipuzcoana de Oarsoaldea.

Esta era la antigua vía que unía la bahía de Pasaia con el parque natural de Aiako Harria pero, sobre todo la vía verde del antiguo ferrocarril minero que permite descubrir molinos, galerías, bocas de minas, hornos caleros y pozos de ventilación, así como la mina de origen romano que diera vida a este antiguo ferrocarril. La inmersión en las propias galerías mineras con casi dos mil años de historia es el broche de oro a esta excursión.

Arrazola

Al pie del mitológico monte Anboto, entre Vizcaya y Álava, la Vía Verde de Arrazola es un sendero de cinco kilómetros rodado de caseríos y ermitas que va desde Apatamonasterio a la antigua estación del ferrocarril de Errotabarri – El Tope en Atxondo.

Solo para senderistas en este caso, la ruta sigue el trazado del antiguo ferrocarril minero de Arrazola, con la locomotora de vapor Aurrera a la cabeza, que bajaba por la plácida vega del río Arrazola hasta el núcleo de Apatamonasterio.

Hoy, la senda permite atravesar de norte a sur el hermoso valle vizcaíno de Atxondo y presentarnos a los pies del Anboto, máxima cumbre del montañoso Parque Natural de Urkiola y morada de Mari, diosa ancestral de los vascos.