Siete experiencias para sumergirse en el rincón más desconocido de Vizcaya

Darse un ‘baño de bosque’, sumergirse en las entrañas de la tierra, ser pastor por un día o conocer el esplendor indiano son algunos de los planes para descubrir la comarca de Enkarterri, la más desconocida de Vizcaya

Enkarterri es hogar de experiencias sorprendentes. Foto: Ana Zamorano Ruiz.

Al oeste de la provincia de Vizcaya, la comarca de Enkarterri o Las Encartaciones es posiblemente una de las más desconocidas de Euskadi. Y sin embargo cuenta con una naturaleza desbordante que incluye montes, bosques y playas, villas medievales con encanto y récords sorprendentes como el de las cuevas con mayor concentración del mundo de estalactitas excéntricas del mundo, la colección más grande de Rolls Royce de Europa en la torre de Loizaga (Galdames) o el pueblo más pequeño del País Vasco, Lanestosa, de solo 1,25 kilómetros de extensión.

Para descubrirla, proponemos 7 planes que son también 7 buenos motivos para poner rumbo a Enkarterri este verano.

1. Baños de bosque

Seguro que ya has oído hablar de los Shinrin-yoku o baños de bosque, una práctica originaria de Japón que, a modo de terapia, comenzó a ser indicada para atajar los altos índices de estrés entre los trabajadores nipones ya en los años 80.

El Hayedo de Balgerri es perfecto para un baño de bosque. Foto: M. Sabino.

Traducido por “sumergirse en la atmósfera del bosque”, el Shinrin-yoku consiste en adentrarse en un bosque, recorrer sin prisa un sendero, cerrar los ojos, afinar el oído, aspirar los aromas, respirar profundo. O, lo que es lo mismo, con hacer una inmersión en plena naturaleza dejándose llevar, de forma contemplativa y pausada.

Esta práctica, a la que diversos estudios realizados en Japón atribuyen una reducción de la presión arterial, fortalecimiento del sistema inmunológico y bajada de las hormonas relacionadas con el estrés y la incidencia de infartos, puede realizarse en los bosques de Enkarterri.

Importada de Japón, la terapia de los baños de bosque o ‘Shinrin-yoku’ puede practicarse en el increíble Hayedo de Balgerri y El Encinar de Sopeña

Por ejemplo, en el municipio de Karrantza, donde se ubica el bosque de hayas más extenso de Vizcaya, y que cuenta con dos zonas perfectas para la práctica del Shinrin-yoku: el Hayedo de Balgerri y el Encinar de Sopeña, que ha dado lugar a un microclima especial causado por sus rocas calizas y pared rocosa.

Vistas Armañón (Karrantza). Foto Visit Enkarterri.

2. Cueva de Pozalagua

Sin salir de Karrantza, en pleno Parque Natural de Armañón, es visita más que obligada la cueva de Pozalagua. Se trata de un prodigio de la naturaleza en la que se encuentra la mayor concentración de estalactitas excéntricas del mundo, unas formaciones que crecen desafiando la gravedad y que conforman un mosaico deslumbrante.

La proliferación de estalactitas y otras formaciones hace de esta cueva, descubierta hace seis décadas y que sigue fascinando al mundo, un lugar hipnótico que muchos han definido como una auténtica catedral subterránea.

Tras atravesar columnas, coladas y un lago desecado sobre los que brotan decenas de miles de estalactitas excéntricas que parecen bosque subterráneo de piedra, y siempre a 13º de temperatura (conviene llevar ropa adecuada) el recorrido culmina en un mirador desde el que puede contemplarse la grandiosidad de la cueva en todo su esplendor.

Cueva de Pozalagua. Foto: Visit Enkarterri.

Ya en el exterior, un anfiteatro tallado en la antigua cantera y con capacidad para 2.000 asistentes es un mágico escenario de conciertos, óperas y representaciones teatrales gracias a su acústica perfecta.

3. Dos museos que te sorprenderán

Construir los caseríos y las casas-torre que pueblan Enkarterri y sus 16 municipios no fue tarea fácil. Hacían falta más de 3.000 clavos por cada edificio y los fabricaban en un lugar: la ferrería El Pobal, en Muskiz (Musques). Y no sólo clavos: también arados, guadañas, enrejados… e incluso las espadas con las que se batían en duelo los señores feudales.

Ferrería el Pobal. Foto: Visit Enkarterri.

La localidad ha mantenido viva la llama de la ferrería que se levanta en un hermoso paraje en el lecho del río Barbadún desde el siglo XVI y que ahora se visita como un original museo en el que el maestro ferrón nos sorprende con una demostración en vivo que envuelve en fuego el viejo edificio.

Aunque si hay una tradición ligada a la comarca de Enkarterri es, sin duda, la minería. En el municipio de Abanto-Zierbena (Abanto y Ciérvana) se puede visitar, precisamente entre asombrosas vistas de la antigua mina Concha II, el Museo de la Minería del País Vasco con una de las mayores colecciones de útiles mineros de España.

Museo de la Minería del País Vasco. Foto: Visit Enkarterri.

4. Basque Biodesign Center

Pero las tradiciones conviven en este lugar con la innovación y el diseño, como puede verse en el nuevo Basque BioDesign Center, en la localidad de Güeñes.

Un centro de diseño y desarrollo para la industria de la moda, la economía regenerativa y el biodiseño que aúna todo tipo de experiencias creativas y técnicas, creando sinergias inspiradoras y donde acuden estudiantes de todo el mundo, ya que también ejecuta programas de aprendizaje para jóvenes, y además se apoya la diversidad dentro de las industrias creativas.

Foto: Basque BioDesign Center.

5. Pastor por un día

Otra manera de disfrutar del campo y el espacio natural, ahora que tantos barajan la opción de dejar la vida en las estresantes ciudades y volver al pueblo, es zambullirse a fondo en alguna de las actividades tradicionales en el medio. Por ejemplo, hacer de pastor, un oficio con más de 4.000 años de historia.

En Karrantza podemos acompañar a un pastor y su rebaño para descubrir los quehaceres del oficio, visitar la quesería, aprender a cómo elaborar el buen queso artesanal y observar a las ovejas.

Foto: Visit Enkarterri.

6. Rastrear el pasado indiano

Si te llenan de curiosidad las historias de aquellos indianos que hicieron fortuna en América, Enkarterri es el lugar idóneo para descubrir esta parte del pasado. La comarca cuenta con el récord de casas de indianos en Euskadi, construcciones lujosas y que contaban con una arquitectura muy característica y rompedora para la época.

En el barrio de Concha, en Karrantza, una visita guiada ahonda en cómo los indianos hicieron dinero cuando se fueron a las Américas, pero también su día a día lleno de lujo, sus curiosas historias y sus grandes obras benefactoras, así como las mansiones que construyeron a su regreso, su legado más asombroso.

Casa de indianos en Karrantza. Foto: Visit Enkarterri.

7. ¿Chocolate en Euskadi?

Quizás hayas oído hablar más del txakoli, los quesos o las sidras vascas, por eso te sorprenderá descubrir en Balmaseda un auténtico taller de chocolate. No solo eso, en Kaitxo, y de la mano de profesionales catadores y maestros chocolateros se pueden descubrir los chocolates bean to bar o, lo que es lo mismo, cómo las habas de cacao se transforman en deliciosas tabletas sin procesamientos ni aditivos.

Además, conocerás las claves para diferenciar los buenos chocolates y los diferentes procesos desde el cultivo al tostado.

Foto: Kaitxo.

Otra de sus deliciosas propuestas pasa por una fusión de café y chocolate maridando el café de especialidad y entendiendo sus secretos con los mejores cacaos. Una despedida que nos deja un muy buen sabor de boca.

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