La ruta de la bajañí, o cómo conocer la Andalucía flamenca de Paco de Lucía y Camarón
En Algeciras, San Fernando y Jerez de la Frontera persisten los ecos de estos dos grandes creadores del flamenco que descubrimos en esta ruta

Flamenco en la Taberna El Pasaje, en Jerez de la Frontera. Foto Archivo fotográfico de Turismo Andaluz
El espíritu del flamenco ronda en cada rincón de Andalucía. Ese batir de palmas, las voces que van desde lamentos hasta vigorosas exclamaciones de deseo que resuenan en las calles y plazas, el virtuosismo de las guitarras y el golpe del cajón que tocan las fibras de las ciudades y los pueblos; todo es una amalgama donde la música se confunde con la pasión, el baile con el canto, la historia casi siempre trágica con un futuro de incertidumbre.
Hace poco comentamos las rutas que se pueden hacer en Jerez de la Frontera para homenajear a Lola Flores, y ahora nos centraremos en otras dos grandes figuras del flamenco como fueron Paco de Lucía y Camarón de la Isla; a quienes recordaremos por estos recorridos por Algeciras, San Fernando y Jerez de la Frontera.
El Algeciras de Paco de Lucía
Cuando se visita el barrio obrero de El Rinconcillo, en la primera de esas ciudades andaluzas, se comprende los sacrificios que hizo la familia de Paco de Lucía para salir adelante en una España marcada por la posguerra.
Al caminar por las calles de Algeciras, además de ver la casa natal de Francisco Sánchez Gómez 7, se puede pasar por la plaza del ayuntamiento donde el genial guitarrista cuenta con una estatua de bronce, así como el conservatorio municipal también lleva su nombre.
Cada detalle de la Sociedad de Cante Grande, en Algeciras, es un homenaje a Paco de Lucía
El arte de su guitarra también resuena en la Sociedad de Cante Grande, donde cada detalle es un guiño a De Lucía, y también se sugiere pasar por el cortijo de La Almoraima, en las afueras de Algeciras, donde el guitarrista tomó su nombre para bautizar a un recordado disco de bulerías de 1976.
Las calles en las canciones
Claro que no es la única mención: los expertos en la obra de este guitarrista recordarán los guiños a la ciudad de su infancia con Calle Munición del disco Luzía (actual Comandante Gómez Ortega), el Callejón del Muro que se encuentra en el disco Siroco, la Plaza Alta y su recordada soleá, o el Patio Custodio (de Cositas Buenas) que refiere a un patio de vecinos de San Isidro.
Paco De Lucía descansa en el Patio de San José, en el cementerio viejo, porque si bien en su juventud se mudó a Madrid, su corazón siempre estuvo en Algeciras.
San Fernando y Camarón de la Isla
A unos 100 kilómetros al norte, en San Fernando, llegamos a la cuna de otro grande del flamenco: José Monge Cruz, o sea Camarón de la Isla.
En la Isla de León este apasionado cantante dio sus primeros pasos, en un barrio donde se encuentran bares como la taberna Los Alemanes, que es como un museo fotográfico del flamenco y de figuras como Diego del Gastor.
En estas calles de San Fernando desde afuera se puede ver la fragua de su hermano Manuel donde Camarón y su fiel guitarrista Paco de Cepero acompañaban a su madre en fiestas míticas, algunas capturadas por las cámaras de televisión.
En la tasca La Sacristía (calle Real 75) Camarón se pasaba horas de pie para ver a los nazarenos en las procesiones de Semana Santa, un lugar tan recordado como La Venta de Vargas, restaurante en la plaza Juan Vargas de fuerte espíritu flamenco que era muy frecuentado por el cantante y su peña.
En esa plaza, además de una estatua dedicada al cantante, a mediados del 2021 se abrió el Centro de Interpretación Camarón de la Isla, donde se puede conocer su vida y obra a través de 400 objetos personales y diversos videos y audios.
La vida y obra de Camarón de la Isla se puede conocer en el museo interactivo de la Plaza de Vargas, en San Fernando
Si se caminan unos 10 minutos más hacia el centro de calles angostas se llega al restaurante Cañaílla (Gral. García de la Herrán, 4), donde Camarón solía cenar y cantar hasta altas horas.
Otra cita obligada en San Fernando es ir al cementerio para visitar por su mausoleo, siempre con flores frescas, donde el busto de su figura resalta entre las tumbas de piedra blanca desteñidas por el tiempo.
El flamenco en Jerez de la Frontera
Más allá de estas dos ciudades natales ningún amante del flamenco puede dejar de visitar Jerez de la Frontera. No solo por el recuerdo de Lola Flores -quien tendrá un museo en su memoria-, sino por sitios emblemáticos donde la gastronomía andaluza, las cañas y las tapas conviven con este género, como son el Arco de Santiago (Moraíto Chico, 3,) o el Lagar del Tío Parrilla; así como en las peñas de los barrios Santiago o San Miguel.
En ese primer barrio nadie puede dejar de visitar el Centro Andaluz de Flamenco, en el palacio de Pemartín, que además de la belleza de su patio barroco-rococó atesora el mayor centro de documentación dedicado a esta vertiente musical y de danza.
Y uno puede seguir por los tablaos y peñas del barrio de Triana en Sevilla, Utrera o Lebrija; así como en Alcalá de Guadaira, Cádiz o Dos Hermanas.
Pero por lo pronto, esta ruta de la bajañí (como se llama a la guitarra en la jerga caló), estos son los lugares imprescindibles para los apasionados por el flamenco.