Descubriendo las raíces del flamenco y la pasión en Sevilla

Una forma muy distinta de conocer Sevilla es siguiendo el eco de las notas de las guitarras y las rasgadas voces flamencas. Un mundo de pasión a orillas del Guadalquivir

Casa de la Memoria. Foto: Turismo de Andalucía.

Tras visitarla en varias ocasiones, puedo confirmar que Sevilla es pasión, arte, historia y belleza. Y también flamenco, un género musical que aglutina los cuatro apelativos que he dado a la capital hispalense. Y tal vez algunos más.

Un viaje por ambas orillas del río Guadalquivir nos llevará a vivir el flamenco, rememorando los cafés cantantes y sus herederos, los tablaos; escuchando los zapateados, las guitarras, las cajas y esas voces rotas que tanto sentimiento destilan.

Seguiremos las huellas del flamenco desde Triana hasta el centro de Sevilla, el barrio de Santa Cruz y la Alameda, para explorar unas calles que han visto crecer, y han inspirado, a grandes clásicos de lo jondo.

Triana, la posible cuna del flamenco

En la emblemática plaza del Altozano, en pleno corazón del sevillanísimo barrio de Triana, una estatua de bronce lleva el nombre de Triana al Arte Flamenco.

Monumento ‘Triana al arte flamenco’ de Jesús Gavira Alba. Foto: Sevilla Turismo.

Fue creada por el escultor Jesús Gavira Alba en 1994 y en ella se representa a una mujer ataviada con traje de flamenca, que apoya su pie sobre un yunque – ancestral instrumento flamenco – y porta una guitarra española en sus manos.

La mujer fija su mirada en la capilla del Carmen –el mayor símbolo trianero– , queriendo mostrar así el gran nexo de unión que existe entre Triana y el flamenco.

De Triana han salido fulgurantes figuras del flamenco como Antonio Canales, Manuela Carrasco o Remedios Amaya

Cuentan que en ese barrio de alfareros, marineros –en él nació Rodrigo de Triana, el marinero que gritó “¡Tierra!” al divisar el Nuevo Mundo en el primer viaje de Cristóbal Colón hacia las Américas– y artistas, el arte flamenco se alimentó de las cercanas aguas del Guadalquivir para fluir por las arterias y venas de toda Sevilla.

Durante el siglo XX, Triana ha dado fascinantes figuras al flamenco, como Antonio Canales, Manuela Carrasco o la gran Remedios Amaya.

Del barrio de Triana han salido grandes figuras del flamenco. Foto: Turismo de Andalucía.

Sin embargo, otros grandes (y olvidados) nombres del siglo XIX –como Juan el Pelao, Curro Puya o La Josefa– fueron los que dieron el primer gran impulso a un género que hoy se puede sentir en tablaos, fiestas y escuelas repartidas por distintos barrios de la capital hispalense.

En las calles de Triana, unas simpáticas rayuelas dibujadas en el suelo nos ayudan a aprender, jugando, el compás de la soleá de Triana, un estilo flamenco propio del barrio. Los más apasionados pueden tomar cursos intensivos en escuelas como Flamenquería Sevilla o la Escuela de Flamenco de Ángel Atienza.

Sin embargo si, como me ocurre a mí, tus habilidades y coordinación solo te permiten aspirar a ser un entregado espectador de este arte, te recomiendo tablaos como el de Orillas de Triana –que comparte espacio con la escuela Flamenquería Sevilla– o el Teatro Flamenco de Triana.

La Alameda, casa de Manolo Caracol y la Niña de los Peines

Cruzando el famoso y magnífico Puente de Isabel II –más conocido con el nombre de Puente de Triana – y siguiendo el cauce del Guadalquivir, río arriba, hasta La Barqueta, la ruta nos conduce a otra de las zonas ligadas estrechamente al flamenco: la Alameda de Hércules.

Considerado como el jardín público más grande de Europa, la Alameda es hoy en día uno de los barrios más alternativos y cosmopolitas de Sevilla. No se trata de una casualidad pues, en otra época, también fue el referente del flamenco más bohemio de la ciudad.

Durante el siglo XX aquí se organizaban fiestas privadas en las que se contrataban a grupos de flamenco para que las amenizaran.

El barrio de la Alameda vio naceer a Pastora Pavón, la Niña de los Peines. Foto: Juan Ferreras | EFE.

Además, la Alameda ha visto nacer y crecer a figuras flamencas tan importantes como Manolo Caracol y Pastora Pavón (más conocida como ‘La Niña de los Peines’), una de las mejores cantaoras de todos los tiempos.

Han sido muchos los artistas que se forjaron en los quioscos y tabernas de este gran bulevar, pero otros aprendieron en academias, como la mítica Realito.

El Maestro Realito fue toda una institución en Sevilla. Abrió su academia en la esquina de la calle Trajano y la Plaza de la Alameda de Hércules. Por ella pasaron artistas de la talla de Lola Flores, Estrellita Castro o Antonio el bailarín. Hoy en día, aunque la academia desapareció, aún se puede admirar el bello panel de cerámica que la anunciaba.

El centro de Sevilla, la memoria del flamenco

En las céntricas calles de La Campana y Tetuán encontramos la faceta más comercial del flamenco.

Casa de la Memoria. Foto: Turismo de Andalucía.

Aquí el homenaje se personaliza en la gran bailaora Pastora Imperio, quien empezó su andadura en uno de los cafés cantantes (locales de decoración rústica en los que se organizaban espectáculos de flamenco) que había en esta parte de Sevilla en el siglo XIX. Su busto, con los brazos en posición de baile, nos lo recuerda.

De aquellos cafés cantantes –como el Café Teatro Suizo y el Cabeza del Turco, considerado el más antiguo de Sevilla– ya solo quedan restos en las hemerotecas.

Actualmente, en la calle Cuna se encuentra la Casa de la Memoria, un centro cultural alojado en un edificio del siglo XV que albergó las caballerizas del palacio de Lebrija. Es el lugar ideal para aprender todo sobre la historia del flamenco y presenciar un magnífico espectáculo en su tablao.

Museo del Flamenco. Foto: Turismo de Andalucía.

Barrio de Santa Cruz, guitarras flamencas históricas

En el turístico, e icónico, barrio sevillano de Santa Cruz también late el corazón flamenco. En él se encuentra la Casa de la Guitarra, donde hallarás el primer museo de España dedicado exclusivamente a la guitarra flamenca.

Durante la bienal flamenca, distintos edificios se convierten en inesperados tablaos como la iglesia de San Luis de los Franceses, los teatros Lope de Vega y la Maestranza o el Real Alcázar

El museo cuenta con una colección de 60 piezas, de los últimos 3 siglos, que poseen un valor incalculable. Además, cada día se pueden oír aquí sus acordes en vivo. Acordes que te acercan al flamenco más ortodoxo, como también lo hacen las explicaciones que sobre este arte dan los artistas antes de actuar sobre el tablao.

La bienal flamenca de Sevilla

El espectáculo flamenco brilla con inigualable intensidad en Sevilla durante la bienal flamenca, cuando la ciudad se convierte, por méritos propios, en la capital mundial del flamenco.

El flamenco se respira en Sevilla durante la bienal. Foto: Turismo de Andalucía.

Edificios y recintos tradicionales se convierten en inesperados tablaos. Algunos de ellos son la preciosa iglesia barroca de San Luis de los Franceses, el Real Monasterio de Santa Clara, el Real Alcázar de Sevilla, el Teatro Lope de Vega -construido en 1927 para la Exposición Iberoamericana de 1929- o el Teatro de la Maestranza, uno de los más vanguardistas de España y referente internacional en ópera.

Estos mágicos lugares se llenan de guitarras, volantes y lunares. Una explosión de sensaciones para los viajeros, que en esta ciudad descubre el verdadero significado de la palabra pasión.

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