Cinco razones para desconectar en el corazón de Cataluña
Además de realizar senderismo por los valles del Berguedà, en esta comarca se pueden seguir las fuentes del Llobregat, busca trufas negras, sorprenderse con un jardín modernista y rastrear huellas de dinosaurios

Castellar de n’Hug, uno de los pueblos más bonitos del Berguedá
En el centro geográfico de Cataluña, donde la tierra poco a poco se va elevando hasta toparse con la muralla de los Pirineos, se encuentra la comarca del Berguedà, que tiene a la agradable villa de Berga como su capital.
Son tierras a las que se llegan en dos horas desde Barcelona, una opción ideal para una escapada primaveral, un buen programa de naturaleza con joyas culturales y arquitectónicas sorprendentes.
Las alturas del Berguedà
Las cordilleras del Cadí y el Moixeró, en la franja norte de la comarca, son dos barreras rocosas que se presentan como un imán para los amantes de las escaladas y el senderismo de alta intensidad.
En las cordilleras del Cadí y el Moixeró están algunas de las cumbres más populares fuera de los Pirineos, como la de Pedraforca
Estas sierras son los parques naturales más grandes de Cataluña, con cumbres como el Pollegó Superior del Pedraforca de 2.506 metros de altitud, el de la Costa Cabirolera, de 2.604 metros; o el de Comabona, de 2.547 metros.
Si no hay fuerzas para tales ascensos, más sencillo es ir con el coche hasta miradores como el de Gresolet, al que se llega desde el pueblo de Saldres.
Huellas de dinosaurios
No muy lejos de allí está el municipio de Fígols, donde unas criaturas gigantescas han dejado sus testimonios hace 65 millones de años.
Se trata de huellas de dinosaurios, y no son dos o tres: se trata de 3.500 registros de animales prehistórico, el yacimiento de este tipo más grande de Europa.
En el Centro de Interpretación de Dinosaurios de Fumanya se explica la presencia de aquellos reptiles en estas tierras, una visita histórica que se puede enlazar con un paseo por el Museo de las Minas de Cercs, que de la mano de un pequeño ferrocarril invita a pasear por 450 metros de la antigua galería de San Romà.
El nacimiento del río Llobregat
El río Llobregat cruza el territorio catalán de norte a sur, en un curso de 175 km que ha servido para dotar de vida a campos e industrias, desde tiempos inmemoriales a la actualidad.
Muchos conocen su desembocadura en el Mediterráneo a la altura de El Prat, pero pocos saben dónde están sus fuentes. Y se encuentran cerca del pueblo de Castellar de n’Hug.
El río Llobregat nace cerca de Castellar de n’Hug, y desde tras dar unos saltos en unas bonitas cascadas inicia su curso de 175 km hasta el Mediterráneo
El agua subterránea brota de la roca caliza y pega saltos a través de tres cascadas, en un entorno boscoso de gran belleza, al que se llega tras un corto sendero de un kilómetro con sectores empedrados y otros con escaleras.
Los jardines de Gaudí
Los Jardines Artigas quizás esta sea una de las obras de Antoni Gaudí menos conocidas. Construidos en 1905, se trata del antiguo parque privado de una familia de industriales en el Valle de Lillet, que alojaron al famoso arquitecto cuando trabajó en el proyecto de unas viviendas para trabajadores e ingenieros de unas minas cercanas propiedad de Eusebi Güell.
Los Jardines Artigas son una de las obras de Gaudí menos conocidas
La visita a los jardines es un diálogo entre la naturaleza y el paisajismo de Gaudí, con pasarelas que imitan troncos y refugios de techos cónicos, grutas, arcos de piedra y merenderos, con el Llobregat atravesando el parque.
La visita se complementa con el cercano Museo del Cemento, conectado con un simpático tren que transporta 25 pasajeros en un trayecto de 20 minutos.
La gastronomía de la tierra
Ya sea en Berga como en los restaurantes de la comarca hay que estar preparado para las abundantes porciones de la cocina tradicional.
Durante generaciones el duro trabajo rural creó una dieta potente, calórica, que con matices se ha conservado hasta nuestros tiempos
En otoño y parte del invierno el Berguedà produce excelentes trufas negras, como dan fe los locales de la citada Pobla de Lillet.
Pero pasada la temporada hay otras setas para probar en platos de caza o las carnes de cría de los ganadores de montaña, como la de ternera.
Las patatas enmascaradas, el maíz escuadrado (acompañado de cerdo), los guisantes negros (con guisos o panceta), los quesos y embutidos artesanos (como el confitado de cerdo en grasa) o las ancas de rana son algunos platos y preparaciones que todo visitante debería probar.