Siete road trips únicos por el norte de España

Las carreteras de Cantabria, Asturias, La Rioja, Navarra y el País Vasco ofrecen experiencias sobre ruedas únicas a través de estas siete rutas

España, un país para descubrir en la carretera. Foto Pxhere

Descubrir carreteras solitarias, girar en una curva y tener enfrente la furia del Cantábrico, salir de un túnel y darse de frente con la belleza de un valle, aminorar la velocidad porque se está llegando a un pueblo que alguien recomendó…estas son algunas de las tantas experiencias que se pueden tener cuando se hace turismo de carretera, que ahora se lo suele conocer por el nombre más chic de road trip.

No hace falta recordar que España tiene una inmensa red de circuitos viales de diferente interés turístico, que bien ameritan una escapada o un viaje de larga duración lleno de escalas.

¿Pero para dónde ir? Francesc Ribes, autor de varias publicaciones de viajes, nos propone 24 recorridos por la Península, aunque la mayoría se centran en el litoral mediterráneo y la franja norte de España.

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Buscando las carreteras panorámicas

El libro Road Trips por España (Anaya Touring) describe esta mínima porción de los 148.000 km de vías convencionales que hay en las comunidades autónomas; donde a falta de carreteras certificadas como rutas panorámicas, sus sugerencias bien pueden servir como parámetro de algunos de los caminos más bonitos del país.

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Arranquemos, pongamos la primera marcha, y vamos a conocer España a través de las carreteras del norte.

Picos de Asturias

La primera propuesta entra por la puerta grande: se trata ir de Cangas de Onís a Sotres bordeando los Picos de Europa, en Asturias.

Son 98 km con un largo desvío para ver los lagos de Covadonga y el pueblo homónimo, y retomar por la AS-114 para sacar fotos en el mirador de Pedro Udaondo, probar los quesos de Arenas de Cabrales y recordar las vistas que se tiene al aproximarse al Picu Urriellu.

Senderismo en Picos de Europa. Foto: Turismo de Cantabria.

El coche transita por el primer parque nacional de España con los muros rocosos y sus nieves a lo lejos, por carreteras bastante sinuosas que sortean angostos valles y desfiladeros.

Cabos asturianos

Sin alejarnos de Asturias otra ruta es la que va desde Gijón a Luarca. Son 114 km con el Cantábrico siempre a mano derecha; donde se pasa por Luanco, Avilés y su interesante centro histórico, Cudillero con su pequeño puerto y un rosario de pueblos que ameritan una escala.

Uno de los tramos más bonitos de la Costa Verde del Cantábrico es el trayecto de Gijón a Luarca bordeando los cabos asturianos

Paisaje de Cudillero. Foto Lunamarina – Dreamtime

Es solo un fragmento de los 472 km de la Costa Verde, de los que la mitad son acantilados, tierra de vientos y olas gigantescas, de mareas y faros y de la antigua tradición de los pescadores.

De las playas a las montañas de Cantabria

La tercera propuesta es hacer 112 km desde Suances hasta Unquera por el litoral costero, para después desviarse a través del desfiladero de La Hermida y llegar hasta Fuente Dé, en el corazón de Cantabria.

En este breve trayecto se condensan varios de los paisajes de esta pequeña CCAA, “desde las playas y rías de Cóbreces al Macizo Oriental de los Picos de Europa, desde puertos pesqueros como San Vicente de la Barquera a pueblos de montaña como Potes o nobles villas como Santillana del Mar”, describe Ribes.

Mirador del Cable (Camaleño). Foto Lunamarina | Shutterstock

Los kilómetros que devora el coche dan paso a los ecosistemas litorales del Parque Natural de Oyambre y las cumbres del macizo de Ándara; entre otros sitios para no olvidar.

Secretos de la Costa Vasca

Volvemos a la costa del Cantábrico, y esta vez, para hacer un trayecto de oeste a este por las costas de Vizcaya y Guipúzcoa.

El punto de partida de este camino de 150 km es Portugalete con su famoso puente, y se sigue por Getxo y sus villas costeras, Sopela, Armintza, San Juan de Gaztelugatxe y una ermita popular gracias a Juego de Tronos, Bermeo y Mundaka con su cultura del surf, Lekeito y las formaciones de flysch que asoman como gigantescos dedos de piedra en la costa hasta llegar a Getaria y su aplaudida cultura de los asadores.

Costas de Aizkorri. Foto Mikel Martinez de Osaba | Dreamstime.com

Las formaciones de flysch, como gigantescos dedos pétreos, tienen huellas de la extinción de los dinosaurios

Realizar el trayecto, opina Ribes, es como consultar una biblioteca con libros de historia desordenados, porque se suceden las huellas de la revolución industrial, el esplendor de la Belle Époque, la geología que atestigua la extinción de los dinosaurios, pueblos que fueron cuna de grandes descubridores y puertos que durante siglos se lanzaron a mares desconocidos buscando ballenas.

El Camino Francés en cuatro ruedas

Llegamos a Navarra, donde la localidad de Roncesvalles marca el inicio del Camino Francés, la senda más popular de las rutas de peregrinación a Santiago de Compostela.

No iremos tan lejos, será un viaje de 138 por los escarpados valles navarros hasta Viana, donde la ventaja de ir en coche permite ir a sitios que quedan fuera del radar de los que hacen el Camino de Santiago.

Paisaje desde el pico Urkullu. Foto pintxoman | 123rf

Entre estos sitios se encuentra la frondosa Selva de Irati, la Vía Verde del Ferrocarril Vasco-Navarro, Pamplona y su tradición de encierros y excelente gastronomía, Estella y sus vestigios históricos, y el silencio monacal de Santa María de Eunate.

La cuna (escrita) de la lengua castellana

En La Rioja hay dos propuestas de rutas. Una es la circular con base en Santo Domingo de la Calzada, en tierras que recuerdan al primer registro escrito del castellano en la historia.

Vistas del Ebro en su paso por La Rioja. Foto StockPhotoAstur | Dreamstime.com

Para La Rioja se proponen dos rutas: una por conjuntos religiosos donde se escribieron los primeros libros en castellano y otra por los viñedos de La Rioja Alta

En estos 60 km se pasa por monasterios como el de San Millán de la Cogolla, o el de Santa María la Real en Nájera; o los impresionantes conjuntos religiosos de Suso y Yuso.

Los viñedos de la Rioja Alta

La otra ruta por La Rioja, obviamente, transita sobre los viñedos que producen algunos de los mejores vinos de España. Y del mundo, para qué negarlo.

Los 73 km que van desde Logroño hasta Haro transcurren paralelos al Ebro, donde son casi obligatorias las escalas en las bodegas de Navarrete, Fuenmayor, Cenicero, Briones, Vivanco (sede de un interesante Museo del Vino) y San Vicente de la Sonsierra.

Viñedos de San Vicente de la Sonsierra. Foto Alberto Loyo | Shutterstock

Más allá de la cultura del vino la ruta permite aproximarse a iglesias y monasterios, a lagares rupestres, castillos en ruinas y fortalezas que siguen vigilando estos valles tapizados de vides.

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