Más allá del vino: 6 planes para desconectar en La Rioja

Además de algunas de las mejores bodegas del país, cerca de Logroño esperan muchos otros tesoros en forma de hermosos pueblos, históricos monasterios y misteriosas cuevas

La Rioja

La Rioja está llena de lugares por descubrir. Foto: Mario la Pergola | Unsplash.

Nadie discute la calidad de los vinos rioja, y es lógico que una visita a esta comunidad autónoma tenga, casi como cita obligada, el paseo por bodegas -como las que se concentran en el Barrio de la Estación de Haro– o por museos como el de la Cultura del Vino en Briones.

Tampoco cuestionaremos la calidad gastronómica de su capital, Logroño, especialmente representada en ese paraíso de los pinchos que es la calle Laurel.

Pero no todo tiene por qué girar en torno al vino y la gastronomía en La Rioja. Cerca de Logroño se puede combinar otras actividades culturales, al aire libre e históricas, que van desde adentrarse en las profundidades de la tierra en misteriosas cuevas a descubrir Patrimonios de la Humanidad en forma de monasterios repletos de tesoros artísticos pero también lingüísticos. Total, para beber un buen Rioja siempre hay tiempo.

Cuevas de los Cien Pilares, Arnedo

El territorio riojano tiene varias cuevas y grutas que pueden ser visitadas. En Arnedo, a 43 minutos de Logroño, hay cientos de cavidades excavadas en la tierra arcillosa.

Cueva de los 100 pilares, Arnedo
Complejo rupestre Cueva de los 100 pilares. Foto: Raquel Manzanares | EFE.

Bajo el Cerro de San Miguel se encuentra el que sin duda es el complejo más intrincado y asombroso de todo el Valle del Cidacos: la Cueva de los Cien Pilares. De más de 300 metros de extensión, su origen se remonta la Edad Media cuando la inseguridad en los valles obligó a sus habitantes a buscar refugio en lugares más seguros, en la montaña o literalmente “bajo ella”.

Calahorra

No muy lejos de Arnedo está Calahorra, la segunda ciudad más importante de la comunidad autónoma y capital de La Rioja Baja.

El arco de Planillo es la puerta de entrada al interesante centro histórico, que concentran numerosos monumentos, palacios como la Casa del Millonario, iglesias como la neoclásica de Santiago y la gótica catedral de Santa María, que presume de su fachada barroca.

Catedral de Calahorra
Catedral de Calahorra. Foto: Wikimedia Commons.

En la visita no se puede obviar el Palacio Episcopal, cuyo Museo Diocesano atesora joyas como un Tiziano y una Biblia del siglo XII.

En la visita a Calahorra se pueden conocer palacios e iglesias de estilos gótico, barroco y neoclásico

Más historia se puede encontrar en el Museo de la Romanización, que recoge un valioso patrimonio de la era romana en este rincón de La Rioja.

Colegiata de San Miguel, Alfaro

A 25 kilómetros al sur de Calahorra, bordeando el Ebro, se llega a Alfaro, una villa que presenta el santuario más grande de la región, de unos 3.000 m2, y la única de España construida enteramente en ladrillo.

La Colegiata de San Miguel tiene la mayor concentración urbana de cigüeñas del mundo

Poco antes de llegar ya se perciben los estrafalarios nidos de cigüeñas, en lo que es la mayor colonia urbana de estas aves en el mundo.

Colegiata de San Miguel, Alfaro
La mayor colonia urbana de cigüeña blanca está en la Colegiata de San Miguel, en Alfaro. Foto: Raquel Manzanares | EFE.

Este es su mayor reclamo turístico, que comparten los cielos con otras 500 especies de aves. Pero también hay que tomarse un poco de tiempo para conocer el patrimonio artístico y arquitectónico de la colegiata.

Minas de pirita, Navajún

Un regalo para los amantes de la geología: en la sierra de Alcarama se encuentra la mina de pirita de Navajún, que según los expertos es una de las mejores del mundo para conocer este interesante mineral.

Formaciones de pirita en Navajún. Foto Martin Hingst – CC

Allí se puede ver cómo la pirita cristaliza en cubos metálicos, que al emerger de la roca brillan bajo una pátina fluorescente. Hay quien le recuerda a las luciérnagas, dice este libro.

Monasterio de Suso y Yuso, San Millán de la Cogolla

A 40 minutos al suroeste de Logroño, en San Millán de la Cogolla, se llega a este conjunto monástico que se remonta al siglo VI, cuando San Millán fue sepultado en la cueva donde vivía y que consta de los Monasterios de Suso (arriba) y Yuso (abajo), catalogados como Patrimonio Mundial por la UNESCO.

Monasterio de Yuso
Monasterio de Yuso. Foto: Juana Benet | EFE.

El primero lugar presenta una amalgama de estilos, testigo del paso de visigodos, mozárabes y de las influencias románicas.

En 1030 el rey García II ordenó levantar otro monasterio, el de Yuso, que actualmente presenta una estética entre renacentista y barroca.

Se considera que estos monasterios fueron una de las cunas de la lengua castellana, ya que aquí se la usó en la redacción de las Glosas Emilianenses, en el siglo X.

En la visita hay que tener tiempo para conocer los abundantes tesoros históricos y artísticos del conjunto.

Cuevas de Ortigosa

Tras un serpenteante camino de 56 km por la LR-232 se arriba a las Cuevas de Ortigosa, cerca de Cameros, formaciones que parecen un paisaje de fantasía.

cuevas de Ortigosa
Cuevas de Ortigosa. Foto: Wikimedia Commons.

Las estalactitas y estalagmitas, además de las banderas y columnas, crean un fantástico laberinto bajo la tierra. Las dos únicas cuevas visitables son las de La Paz, de 236 metros de largo, y la de La Viña, de 114 metros.

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