Cinco claves para evitar estafas en Airbnb
Pese a los controles de seguridad de la plataforma, hay que tener cuidado con algunos pasos al momento de reservar por Airbnb
Airbnb tiene una serie de filtros y medidas de seguridad para evitar estafas en sus plataformas. Es lógico tanta precaución, teniendo en cuenta que la tecnológica ofrece 4,5 millones de alojamientos y gestiona más de 100 millones de alquileres al año.
Pero siempre hay estafadores que usan las nuevas tecnologías para ejecutar sus timos. Y lo hacen recreando páginas webs que imitan a la de Airbnb con gran precisión, o que usan trucos para que el usuario realice sus reservas fuera de la plataforma.
Por ello, al margen de los controles de la empresa de alquileres, conviene tener algunas precauciones adicionales para no caer en un engaño.
1. ¿Es la página de Airbnb?
La suplantación de identidad es uno de los métodos más habituales de las estafas cibernéticas. El método de llegada al usuario suele ser por correo electrónico, y allí se ofrece un alquiler que puede ser de una propiedad espectacular a poco precio.
Cuando el usuario abre internet en realidad llega a una página de imitación. Para saber si se está en la web auténtica, hay que verificar que la dirección de la URL empiece con https. La ‘S’ significa que es una conexión segura, con lenguaje codificado, y que permite realizar transacciones con tarjeta sin problemas.
2. Contactar dentro de la plataforma
No es aconsejable que el usuario contacte con el propietario fuera de la plataforma. Es posible que el estafador tenga un perfil auténtico, pero le pida que le escriba a una dirección alternativa o por Whatsapp. Cabe recordar que el servicio de mensajería de Airbnb queda registrado por cualquier problema, y es prueba ante un reclamo.
Si el portal envía correos lo hace a través de una serie de diez servidores de e-mail, que son @airbnb.com, @airbnbmail.com, @e.airbnb.com, @host.airbnb.com, @guest.airbnb.com, @airbnb.zendesk.com, @airbnbaction.com, @outreach.airbnb.com, @express.medallia.com o noreply@qemailserver.com.
3. Pagar dentro de la web
Es posible que un estafador pida una transferencia fuera del pago con tarjeta en la plataforma. Argumentará que de esa forma se evitan comisiones, pero hay un gran riesgo en esta alternativa.
El pago por Airbnb asegura al huésped en caso de problemas. Si se abona fuera de los carriles legales, no hay forma de reclamar si el propietario desaparece con el dinero.
4. Analizar perfiles
Hay que desconfiar de los propietarios que no tienen comentarios aunque lleven un cierto tiempo operando en la plataforma.
Por otra parte, cabe leer entre líneas y saber que un barrio “con mucha vida” puede ser ruidoso, que si piden “discreción” es que posiblemente la vivienda no esté autorizada como piso turístico, y si hay muchas fotos de la ciudad y ninguna del lavabo o el salón es que probablemente no tengan la calidad suficientes para ser alquilados.
Airbnb ofrece la opción de los “Superhosts”, que son anfitriones que han alquilado al menos diez veces en el año, con rapidez para las respuestas y que obtuvieron cinco estrellas en el 80% de las evaluaciones. Es mejor ir a lo seguro.
5. Leer la política de reembolsos
Aunque sea aburrido, hay que leer las condiciones de reembolso antes de concretar la reserva. Airbnb solo devuelve el dinero en tres casos: que el propietario haya cancelado la reserva o que el huésped no pueda ingresar (porque la llave está rota o no pudo encontrarse con el dueño).
Otro caso es si la descripción de la propiedad es muy diferente a la realidad (menos habitaciones, ausencia de servicios que se garantizaban o ubicación inexacta), y el tercer supuesto es que la limpieza sea tan mala que lleva a que el huésped no puede ni permanecer en el lugar. Sacar fotos con el móvil es la mejor forma de blindar el reclamo.