Cinco paseos en carretera para descubrir otra cara de Gran Bretaña

Si no hay temor a conducir en el sentido inverso vale la pena explorar estos rincones de Inglaterra, Gales y Escocia a través de sus carreteras

Hay que tener una cuota de coraje para conducir por Gran Bretaña. No porque los residentes sean temerarios al volante (para eso están los italianos) sino porque el cambio de sentido puede atemorizar a muchos viajeros. Pero si se tiene la posibilidad es una buena oportunidad para explorar regiones y paisajes que suelen ser pasados por alto cuando se recorre el país en tren.

Estos caminos transcurren por sierras, lagos, campiñas, pueblos de postal, castillos en ruinas y posadas, imágenes pintorescas que permiten conocer en profundidad las comarcas y a la gente de los países que integran el reino.

Por los lagos escoceses

La carretera A82 se considera como una de las más bellas de Gran Bretaña. Es un camino troncal que desde Glasgow atraviesa Escocia de sur a norte por casi 270 kilómetros en dirección a las Highlands.

La belleza agreste de sus tierras, donde la lluvia, las nubes grises y el viento están más presentes de lo que uno desearía, ha servido de localización para varias películas, como la de James Bond Skyfall.

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Ruinas del castillo de Urqhart, sobre el Lago Ness. Foto: Megan Sanford – Unsplash

La carretera acerca al pueblo de Glencoe, donde se desvía a lo largo del Loch Leven, que se extiende por 14 km. Flanqueando este espejo de agua se divisa la montaña más alta de Gran Bretaña, Ben Nevis, que aporta al pueblo de Fort William un buen número de intrépidos que se animan a escalarlo.

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El camino sigue hacia el norte hasta el más famoso de los lagos escoceses, el Loch Ness. Y no solo por su espectacular paisaje y sus dimensiones (es un desfiladero de agua de 37 km de largo), sino por el mito de Nessie, que por supuesto ni asomará la cabeza pero cuya historia del fraude se puede conocer en un museo cercano.

El castillo medieval de Urqhart es la postal histórica más atractiva del trayecto, al que hay que fotografiar cuando el sol (si hay mucha suerte) se refleja sobre las aguas grises del Loch Ness.

El triángulo de Evo

En el norte de Gales la conjunción de tres carreteras comarcales suelen ser usadas por la revista de coches deportivos Evo, cuyos expertos aprovechan las curvas y giros de los trazados para probar vehículos y, de paso, que los fotógrafos tomen nota de los paisajes para tener un bonito telón de fondo.

El trazado triangular de cinco carreteras comarcales de Gales es usada por la revista Evo para probar sus coches. Y la publicación bautizó a este circuito

El punto de partida es la carretera A5 en Cerrigydrudion, un coqueto pueblito con su correspondiente iglesia medieval de piedra y sus posadas y pubs de paredes blancas, y sigue hasta la comunidad de Pentrefoelas, otro encantador poblado de casas grises y techo de pizarra.

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El Triángulo de Evo se usa para probar coches deportivos. Foto: Total 911

Desde este vértice del triángulo parte la carretera A543 hacia el noreste, donde el viaje se torna más interesante gracias a las curvas cerradas y las vistas panorámicas de los campos de pastos cortos en un camino que no cesa de subir.

Se puede desviar unos kilómetros para ver el pequeño lago de Llyn Aled o seguir viaje hasta el tercer vértice, el tradicional pub de The Sportsman Arms, no muy lejos de otro lago, el Llyn Bran.

El tercer tramo baja por la B4501 hacia el sur, con hermosas visuales de un camino serpenteante que atraviesa el embalse de Alwen, hasta que tras poco más de media hora (o una hora y media, contando las paradas) se regresa a Cerrigydrudion.

Por el corazón de Gales

La carretera A470 atraviesa Gales de sur a norte, desde Cardiff a Llandudno, en un viaje de 300 km que es uno de los mejores pasaportes para descubrir la cara más auténtica de esta pequeña nación.

Los primeros 42 km son una autovía de dos carriles por sentido, pero a partir de Merthyr Tydfil se convierte en una carretera de dos manos, por lo que no hay otra forma de transitarla que no sea con un respeto riguroso por la velocidad.

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Así, sin prisas, se pueden conocer los parques nacionales de Brecon Beacons y el de Snowdonia, tierras de colinas ondulantes sazonadas con pequeños pueblos y granjas, y que conforme se avanza al norte los cerros comienzan a ganar altura.

Carretera A470

La carretera  A470 cruza Gales de sur a norte

Se pasa por villas para retratar en fotos como Rhayader y puentes tan angostos que solo puede pasar un coche a la vez como el de Commins Coch. Pero lo mejor es ver estos paisajes verdes, marrones matizados con un toque gris de las tradicionales neblinas.

Siempre en ascenso

En el corazón del Distrito de los Lagos, en Cumbria, transcurre la carretera secundaria de Hardknott Pass. Es una cinta de asfalto estrecha que solo permite el paso de un vehículo a la vez, pero es un imán para los aventureros porque es uno de los caminos más empinados de Gran Bretaña, con tramos en que hay que ir en primera o segunda marcha para afrontar pendientes que se inclinan hasta los 33 grados.

La carretera de Hardknott Pass llega a pendientes de 33 grados, una de las carreteras más empinadas del país

Esta senda ya había sido usada por los romanos, que la llamaban Mediobogdum, y la huella de su presencia se ve en las ruinas del fuerte Hard Knott, un solitario puesto de avanzada para contener a los pictos que merodeaban detrás de la Muralla de Adriano.

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Hardknott Pass, una de las carreteras más duras del país.

Entre curvas y contracurvas se pasa por el bonito pueblo de Eskdale, en medio de un valle glaciar con sus casas centenarias, y la ciudad de Ambleside, donde se encuentra el imponente castillo de Wray, la encantadora biblioteca de Armitt y construcciones típicas como la Casa del Puente, edificada en un puente de piedra.

El antiguo camino del ganado

Regresamos a Escocia para transitar por uno de los recorridos favoritos por los amantes del automóvil en el Reino Unido: Bealach na Ba, un antiguo camino para que los pastores puedan llevar a su ganado por el medio de los valles.

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Como Hardknott Pass, este es un camino de mano única, que da vueltas y vueltas mientras trepa por las laderas de las Highlands, con tramos de pendientes de un 20%.

Bealach na Ba . Foto Mike McBey Flickr

Bealach na Ba, el antiguo camino de los pastores. Foto: Mike McBey Flickr

Son solo 17 kilómetros, pero vale la pena transitarlos para conocer paisajes agrestes, colinas de vegetación rala, precipicios y miradores que permiten ver las islas de Skye y Raasay, Ardnamurchan, islas de Eigg y Ron y las Hébridas.

Esta es la época ideal para recorrerla, porque en invierno la nieve, la formación de hielo y su trazado tortuoso es un peligroso cóctel que pocos se atreven a probar.

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