Cinco experiencias para disfrutar de una Costa Brava diferente

Pedalear en vías verdes, participar en una noche de astroturism o aprender a cocinar arroz como en el s.XIX son algunas de las propuestas que se pueden hacer estas semanas de clima suave

Visita a los arrozales de Pals. Foto Jordi Renart – Arxiu

Que nadie crea que la Costa Brava es para el verano, como tampoco las regiones de los Pirineos solo hay que visitarlas con las nieves del invierno.

El otoño es ideal para realizar toda clase de actividades en la franja costera y el interior de la provincia de Girona, donde las temperaturas templadas permiten disfrutar del turismo activo sin el agobio del sol estival.

Los bosques entran en la deriva del cambio cromático, las setas emergen tras cada lluvia y las plazas de los pueblos se llenan de aromas a castaña asada y de los panellets, uno de los postres más ricos de Cataluña.

Festival Temporada Alta

Y el otoño también es la estación de la cultura, como el interesante festival de artes escénicas Temporada Alta que desde el 7 de octubre hasta diciembre ofrecen más de 100 espectáculos en 21 salas y escenarios de Girona y Salt.

La Dévorée, obra de Temporada Alta. Foto Laure Villain

Allí se podrá ver desde obras de teatro hasta presentaciones de danza, pasando por conciertos de música, espectáculos de circo y proyecciones de cine de autor; una oportunidad para conocer el talento nacional e internacional y las propuestas de artistas emergentes.

Pasear entre volcanes

Alrededor de 40 conos extinguidos, tapizados de bosques y campos de cultivo, forman parte del Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa.

Senderismo de Olot a Santa Pau. Foto Albert Duch – Arxiu PTCGB

Algunos de ellos están a pasos de localidades como Olot, que tiene un interesante centro de interpretación de estos montes de lava llamado Espai Cràter; y otros se pueden descubrir en rutas de senderismo, como la circular que permite pasar junto a 10 de estos gigantes dormidos.

Arroces eran los de antes

Pals es tierra de arrozales, cultivo milenario que allí se prepara de una manera especial. En una masía del siglo XIX se ofrecen clases privadas para cocinarlo de la manera tradicional que era popular hace 150 años atrás.

En una masía del siglo XIX se enseña a cocinar el arroz con recetas de hace 150 años, acompañado de embutidos, quesos y vinos de las comarcas vecinas

Recogida del arroz en Pals. Foto Pere Duran – Arxiu Imatges PTCBG

La chef Pilar Latorre dirige la visita por los cultivos de Pals y acompaña al molino local para comprar los granos, que se preparan en conjunto mientras se degusta un aperitivo de pan con tomate, embutidos del Rupià y quesos locales.

Maridado por una buena selección de vinos blancos, tintos y dulces elegidos por René, el marido de la cocinera, la experiencia gastronómica finaliza con la clásica crema catalana de postre.

Atrapar las estrellas

En el interior de Girona hay un par de actividades ideales para los que sueñan con atrapar las estrellas.

Una es participar del bautizo astronómico del Observatorio de Albanyà, un privilegiado mirador lejos de la contaminación lumínica que se extiende por el litoral.

Observatorio de Albanyà. Foto Juan Carlos Muñoz Robredo. – Arxiu Imatges PTCBG

Con la música de Pep Sala de fondo se combina la proyección de imágenes realizadas con el telescopio con contenidos audiovisuales sobre astronomía.

La otra es de la Rectoría de Sant Miquel de Pineda, en La Garrotxa, donde se propone pasar la noche cerca de este antiguo templo, que incluye cena y desayuno y un taller de astronomía para saber qué constelaciones y astros brillan sobre las cabezas.

En bici por campos y bosques

La Costa Brava cuenta con toda clase de circuitos para hacer en bicicleta: desde duros recorridos que van desde las partes llanas a los Pirineos hasta sencillas rutas por kilómetros de terreno plano como los de Baix Empordà.

La Vía Verde del Carrilet va desde Olot a Girona, y desde allí a Sant Feliu de Guíxols, en una ruta que comienza entre volcanes y termina junto al Mediterráneo

Vía Verde del Carrilet. Foto Arxiu PTCBG

La Vía Verde del Carrilet que va desde Girona hasta Sant Feliu de Guíxols forma parte de un circuito más amplio de tres días y cuatro noches, que tras llegar al Mediterráneo luego desciende a Calella de Palafrugell, y luego regresa a la ciudad capital; en un recorrido que pasa por pueblos medievales, lagos, playas y campos sembrados.

Una forma más divertida y sostenible de conocer los encantos del norte de Cataluña

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