El rincón de la costa vasca donde la naturaleza se convierte en artista

El Geoparque de la Costa Vasca es una invitación a descubrir los bosques y los acantilados de formas caprichosas que fueron creados hace millones de años

Las formaciones de flysch que emergen en la costa del Geoparque. Foto Ka.hi – CC

En la costa de los municipios guipúzcoanos de Deba, Mutriku y Zumaya a la naturaleza se le ocurrió estampar su firma para recordar su condición de artista, o en todo caso, de alfarera de los paisajes.

Estos 13 kilómetros del litoral costero vasco forman parte del Geoparque de la Costa Vasca, donde sus acantilados protegen una formación de capas rocosas llamadas flysch, que condensan 60 millones de años de historia geológica del planeta.

La marca de la extinción de los dinosaurios

Según precisan los guías, si se mira con atención estas rocas, que parecen delgadas láminas bañadas por el mar, se percibe una fina capa negra que evidencia el impacto de un gran asteroide, seguramente el que liquidó a la mayoría de los dinosaurios hace 60 millones de años.

La delgada capa negra que recubre los flysch evidencian el impacto de un asteroide hace 65 millones de años, seguramente el que extinguió los dinosaurios

También es posible sumergirse en los antiguos bosques, siempre verdes por la abundante lluvia de la región, donde en las cuevas se pueden rastrear los orígenes de uno de los pueblos más antiguos de Europa.

El reino de los flysch

Uno de los puntos imprescindibles de la visita es la playa de Itzurun, en Zumaya, donde las capas verticales del flysch afloran con toda claridad.

Costa de Itzurun. Foto Ander Elexpuru – CC

Allí se encuentra un centro de interpretación para conocer este fenómeno, y una de las formas más fascinantes de explorar la costa es en barco; que tiene su momento cumbre cuando se contempla el atardecer. Si uno quiere presumir de fotografías, ese es el momento.

Elorriaga

En las visitas al Geoparque hay que detenerse en Elorriaga. En este pueblo rural se cultiva el vino de la variedad txacoli, protagonista de las numerosas tradiciones del pueblo vasco.

Mirador de Baratzazarrak. Foto Geoparque de la Costa Vasca

Hacia el interior se alzan las montañas calcáreas de Andutz e Izarraitz, en el extremo sur del Geoparque. Y en la costa hay que contemplar las vistas que regala el mirador de Baratzazarrak, donde además de las formaciones de flysch también se distinguen largos tramos de la costa vasca.

Sakoneta

La armonía de los acantilados que se puede ver en Elorriaga se convierte en una confrontación geológica en Sakoneta, donde rocas y mar chocan y forman una costa que pareciera cortada a mordiscos.

La armonía costera de Elorriaga se rompe en Sakoneta, donde está la rasa mareal más extensa del litoral de Geoparque

Costa de Sakoneta. Foto Oier Araolaza – CC

Allí se distingue cómo el flysch se sumerge en el mar lentamente, donde la rasa mareal es la más extensa de la región.

Este paisaje se distingue mejor desde el mirador de Mendatagaina, aunque hay algunos caminantes más valientes que optan por verlo más de cerca explorando la costa.

Saturraran

Aquí la naturaleza descansó y en vez de estar forjando los acantilados a golpe de olas creó una playa de arena, de aguas verdes, protegida por el acantilado de Saturraran.

Playa de Saturarran. Foto Joselu Bilbo – CC

Pero el flysch está presente, en formaciones robustas de color oscuro, que parecen submarinos emergiendo del agua.

Este es el sector más antiguo del Geoparque, con formaciones que se remontan a 100 millones de años.

Para conocer un poco más de la historia natural, en Mitriku está el museo Nautilus, con una interesante colección dedicado a los ammonites gigantes recolectados décadas atrás en estos acantilados.

Olatz

No todas las formaciones geológicas están en la costa: si se llega al valle de Olatz se podrá contemplar una depresión de forma circular, rodeada de grandes pirámides rocosas.

Valle de Olatz. Foto Javier Carballo – Geoparque

Esta formación, de origen kárstico, está tapizada por pastos y cultivos, donde cada tanto se ve una granja que produce quesos para degustar y no olvidar.

Lastur

Este es un valle cerrado, de forma alargada en los que se divisan grandes embudos llamados dolinas, en los que el agua pluvial desaparece bajo tierra.

Mirador en Lastur. Foto Geoparque

Esta comarca rural, donde desde el siglo XIV hay una tradición en torno a las ferrerías (como da fe el molino de Plazaola), hay un mirador que permite ver con más detalle este valle y las cumbres que lo rodean.

a.
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