Michinoku, un sendero de 1.000 km por los paisajes más espectaculares de Japón

Por la costa del Pacífico, un nuevo sendero de 1.000 km atraviesa bosques y playas, puertos pesqueros y abruptos acantilados mientras recorre el noreste de Japón entre Fukushima y Aomori

Michinoku Coastal Trail. Foto: ©Robin Takashi Lewis.

Cuando uno piensa en Japón inmediatamente acuden a la mente imágenes de rascacielos y neones, de modernos trenes-bala, del atiborrado cruce de Shibuya o de tribus urbanas en el barrio de Harajuku, en Tokio. Sin embargo, a pocos kilómetros de la capital se despliegan regiones como Tohoku en las que reinan la naturaleza virgen, los acantilados abruptos, las playas remotas y las tradiciones ancestrales.

Ahora es posible recorrer esta región a través de un nuevo sendero de 1.000 km entre las localidades de Soma, en la prefectura de Fukushima, y Hachinohe, en la prefectura de Aomori, bordeando la costa pacífica. Bienvenidos al Michinoku Coastal Trail.

Michinoku Coastal Trail

Finalizado oficialmente en junio 2019, aunque poco transitado como consecuencia de las restricciones motivadas por la pandemia, el sendero recibe el nombre tradicional de Tohoku, Michinoku (literalmente, el fin del camino), por el cual muchos la siguen conociendo.

Michinoku Coastal Trail. Foto: ©Robin Takashi Lewis.

Su historia es también la de la recuperación y esperanza de esta región, la más afectada por el terremoto y el posterior tsunami que golpeó Japón el 11 de marzo de 2011.

La ola que provocó el terremoto, que sacudió las profundidades del océano a 130 km de distancia de la costa con una magnitud 9,1 en la escala de Richter -el más potente registrado nunca en Japón y el cuarto más potente del mundo desde que se tienen registros-, llegó a desplazar la isla de Honshu e, incluso, alterar el eje terrestre.

Menos de un 2% de los viajeros internacionales tienen Tohoku como destino, lo que lo convierte en la escapada ideal para una experiencia auténtica y fuera de los circuitos más transitados

También fue el responsable de las olas de diez metros que engulleron el litoral costero y derrumbaron edificios, se cobraron alrededor de 20.000 vidas y provocaron una crisis nuclear en la central de Fukushima, causando decenas de miles de evacuados más.

El sendero desvela algunos de los paisajes costeros mas impresionantes de Japon. Foto: ©Robin Takashi Lewis.

Diez años después, los esfuerzos de recuperación, la resiliencia y la pasión de sus habitantes dejan ver nuevas carreteras, casas e infraestructuras. También una ruta de senderismo que recorre la costa de la región de Tohoku y que simboliza la revitalización de las comunidades afectadas y que busca promover el turismo y la sostenibilidad.

Destino Tohoku

A menos de 300 km de Tokio, Tohoku es una de las regiones más desconocidas y menos desarrolladas de Japón, una tierra de naturaleza indómita y paisajes escarpados, de historia, mitología y folclore, que conserva un dialecto propio y una identidad imperturbable.

Según las autoridades, menos de un 2% de los viajeros internacionales tienen Tohoku como destino, lo que lo convierte en la escapada ideal para una experiencia auténtica y fuera de los circuitos más transitados como Osaka, Kioto y Tokio.

Si además optamos por este camino, que atraviesa cuatro prefecturas: Aomori, Iwate, Miyagi y Fukushima, podremos descubrir impresionantes paisajes costeros que incluyen los acantilados más bellos del Japón y algunos de los caladeros más grandes del mundo.

Hachinohe: comienza el viaje

El sendero se puede recorrer en su totalidad, de norte a sur o de sur a norte, o por partes. Si comenzamos por la ciudad de Hachinohe (Aomori), el punto más septentrional, la ruta con conduce serpenteando por la costa de Tanesashi, entre rocas que emergen del mar y arenas blancas festoneadas de pinos verdes.

Michinoku Coastal Trail en Aomori. Foto: ©Prefectura de Aomori.

Tras una primera parte con pocos desniveles, el sendero sube y baja el monte Hashikamidake, con una altura de 740 metros, y llega hasta la costa de Kominato, entre árboles gigantes y aguas de manantial por una zona rural de gran belleza.

Iwate: pesca, buceo y cascadas

Adentrándonos en la prefectura de Iwate, el primer tramo conduce a la ciudad de Hirono, conocida por sus erizos de mar, abulones y ascidias. Además de disfrutar de los frutos del mar, es interesante acercarse a la historia y tradiciones de la pesca en el puerto de Shukunohe o en el instituto Taneichi, famoso por el buceo Nanbu.

Un nuevo tramo de bosques conduce a Samuraihama, Kosode y Kuji, famosa por sus buceadoras ‘ama’, pescadoras de apnea capaces de sumergirse unos 12 metros para recolectar algas, mariscos, erizos de mar, perlas y abulón.

Foto: ©Robin Takashi Lewis.

No te pierdas los fantásticos acantilados ni los lugares relacionados con el famoso general Minamoto no Yoshitsune, uno de los más grandes samuráis de la historia de Japón. Tampoco los pintorescos paisajes de Tofugaura y la playa de Tamagawa, donde ver cómo se produce la sal y degustar exquisitas vieiras.

A lo largo del camino se pueden ver muchas de las cicatrices que dejaron el terremoto y el tsunami de 2011

Una nueva aventura espera al atravesar el bosque conocido como los ‘Alpes del océano’, al sur de Iwaizumi. Desde los miradores de Kumanohana y Masaki y el parque de Sanoiwa se obtienen extraordinarias panorámicas de cuevas erosionadas por las olas, penínsulas y rocas gigantes.

Foto: ©Robin Takashi Lewis.

Tras pasar la ciudad de Miyako y descubrir los acantilados de 60 metros desde el mirador de Anegasaki, la ruta continúa hacia el sur. Esta zona, muy golpeada por el desastre de 2011, recuerda el mayor tsunami vivido en Japón con monumentos como el de Aneyoshi o marcas que muestran hasta dónde llegaron las aguas.

La bahía de Yamada con sus bastidores para el cultivo de ostras y vieiras, la remota península de Funakoshi, las ciudades de Otsuchi y Kamaishi, el cabo de Ryorizaki, el puerto de Ofunato y la costa de Goishi y el tramo de Rikuzentakata, donde sentir de nuevo los efectos del terremoto y tsunami de 2011 (por ejemplo, en el llamado ‘Pino Milagroso’ que logró sobrevivir en pie) son otros de los lugares que atraviesa el sendero.

Prefectura de Miyagi

Siempre rumbo al sur, el camino sigue recorriendo paisajes oceánicos, como la costa de Dairiseki, donde las rocas de mármol destacan sobre las aguas azules, la península de Karakuwa, o la isla de Oshima, con sus arenas blancas y su océano azul cobalto.

A continuación, nos saluda Iwaizaki, donde destaca la playa de Oya, y el monte Tatsugane, famoso por sus flores de azalea.

Foto: ©Robin Takashi Lewis.

Tras atravesar la ciudad de Minamisanriku, se asciende al monte Tatsugane, a lo largo de su camino religioso Gyoja no Michi, que permite contemplar la bahía de Shizugawa y sus islas.

Le sigue la desembocadura del río Kitakami, el mayor río de Tohoku, la ciudad de Onagawa, con instalaciones de aguas termales, la península de Oshika y la isla de Kinkasan, muy cerca del lugar donde, en 1613, partió el buque San Juan Bautista (en japonés, Date Maru, 伊達 丸) en misión diplomática con destino en el Vaticano en 1614.

El camino desde Ishinomaki hasta la desembocadura del río Yoshida/Naruse en Higashi-Matsushima sigue a lo largo del Canal Kitakami que, a principios del periodo Meiji, era una importante arteria de transporte, con más de 10.000 barcos y pequeños barcos de vapor al año.

Desde el puerto de Shiogama se recorren después los terrenos del castillo de Taga, corazón de la provincia de Mutsu hace 1.300 años, y parte del sistema de canales de Teizan, que apoyaba la distribución de mercancías de la poderosa ciudad de Sendai en el periodo Edo.

El ‘pino milagroso’. Foto: ©Robin Takashi Lewis.

Lugares históricos, santuarios y templos saludan en el tramo de Watari a Yamamoto donde, de nuevo, son visibles los esfuerzos para la recuperación de los daños causados por el tsunami de 2011.

Fukushima

Dos tramos más nos esperan antes de dar por finalizado el viaje: la ciudad de Shinchi y el monte Karosan, y Soma, ciudad castillo, protegida aún hoy por las estatuas de Kannon, la diosa de la misericordia. Uno de los santuarios, el de Somanakamura-jinja, acoge la ceremonia de inicio del festival Soma-Nomaoi.

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