La playa de Arnao de Figueras en Asturias: de campo de concentración a paraíso turístico
Una de las playas con más historia de Asturias, descubre el pasado de la Playa de Arnao de Figueras
La ría Eo en Asturias. Foto: Ayuntamiento de Castropol
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La Playa de Arnao de Figueras, ubicada en la parroquia del concejo asturiano de Castropol, es un hermoso arenal de aproximadamente 400 metros de longitud y 30 metros de anchura media, caracterizado por su fina arena tostada y su entorno rural. Sin embargo, detrás de su apacible apariencia, esta playa alberga una historia cargada de acontecimientos dramáticos, especialmente durante los años de la Guerra Civil Española.
Durante el conflicto, la playa de Arnao fue el escenario de un campo de concentración establecido por el bando sublevado. Este campo operó desde 1937 hasta febrero de 1943 y tuvo dos fases principales. La primera, dedicada a prisioneros de guerra republicanos, y la segunda, destinada a familiares y supuestos colaboradores de la guerrilla antifranquista, en la que la mayoría de los internados eran mujeres y niños.
La historia detrás de la playa de Arnao de Figueras
Las condiciones de vida en el campo de concentración de Arnao eran extremadamente duras. Los testimonios de la época describen un ambiente de crueldad y abandono. Arturo Pin, un soldado franquista, relató que había un médico con escasos recursos que poco podía hacer por los enfermos. La política implícita era dejar morir a los prisioneros que enfermaban, lo cual facilitaba espacio para más detenidos, considerados enemigos del régimen.
Este episodio sombrío en la historia de la playa de Arnao es un ejemplo más de los numerosos campos de concentración que se establecieron en España durante la Guerra Civil. Similarmente, en otras zonas costeras del país, aún se pueden encontrar vestigios de la guerra, como las casamatas de la playa de Santa Pola en Alicante o el búnker de la playa de Las Delicias en Águilas, Murcia.
La playa de Arnao de Figueras en la actualidad
Hoy en día, la Playa de Arnao de Figueras se presenta como un lugar tranquilo y acogedor, alejado de los horrores del pasado. Es un destino popular durante los fines de semana, cuando tanto locales como turistas acuden a disfrutar de su belleza natural y de sus aguas seguras, ya que su peligrosidad es baja. La playa cuenta con accesos fáciles a través de escaleras y un área de estacionamiento a unos 500 metros de distancia. Durante el verano, también ofrece servicios de socorrismo para garantizar la seguridad de los bañistas.
El contraste entre el pasado oscuro de la Playa de Arnao y su presente apacible es notable. Lo que una vez fue un lugar de sufrimiento y confinamiento, ahora es un espacio de recreo y relajación. Esta transformación resalta la capacidad de recuperación y renovación de los lugares marcados por la historia.
La memoria del campo de concentración de Arnao es un recordatorio de la importancia de no olvidar los horrores de la guerra y las violaciones de los derechos humanos que ocurrieron en ese periodo. La historia debe ser conocida y recordada para que nunca se repita. Afortunadamente, la Playa de Arnao de Figueras ha podido superar su trágico pasado, y hoy en día, se erige como un símbolo de paz y belleza natural.
Para los visitantes interesados en la historia, un paseo por la playa de Arnao ofrece una oportunidad de reflexionar sobre los eventos del pasado mientras disfrutan de su entorno sereno. La combinación de historia y naturaleza hace de este lugar un destino único en Asturias. Además, su proximidad a la ría del Eo añade un atractivo adicional, permitiendo a los turistas explorar la riqueza natural y cultural de la región.
La Playa de Arnao de Figueras es un testimonio vivo de la capacidad de los lugares para transformar su identidad a lo largo del tiempo. Desde ser un escenario de horror durante la Guerra Civil hasta convertirse en un refugio de paz y belleza, esta playa invita a los visitantes a contemplar tanto su presente como su pasado, ofreciendo una experiencia enriquecedora y profundamente humana.
Periodista, fotógrafa y amante de la música. Con un Máster en Periodismo Multimedia Profesional de la Universidad Complutense de Madrid en el bolsillo y ahora metida de lleno en el mundo de la investigación con un Doctorado en Lingüística, Literatura y Comunicación en la Universidad de Valladolid. ¡Siempre en busca de la próxima gran historia que contar!
