Rojas, negras, de cristales o de arenas movedizas: estas son las playas más extraordinarias de España 

Sin salida al mar, de arenas negras y rojas o las que permiten baños a pocos metros de ruinas griegas y romanas, estas son las playas más curiosas de España

En España tenemos todo tipo de playas, algunas de características increíbles.

Capaces de competir con las del Caribe, el sudeste asiático y cualquier otro paradisíaco rincón del mundo, es frecuente encontrar playas españolas destacadas entre las mejores del mundo.

En un país con 8.000 kilómetros de costas y hasta 627 playas distinguidas con la Bandera Azul (un 15% del total mundial), hay que reconocer la categoría de los arenales y calas autóctonas.

Pero además de disfrutar de sus aguas, chiringuitos y paseos por los alrededores, también podemos conocer playas de características extraordinarias, ya sea arena roja o negra, curiosas playas sin salida al mar o las que permiten bañarse a pocos metros de ruinas con miles de años de antigüedad.

La playa de los cristales

Por ejemplo, en Galicia encontramos la playa de los cristales de Laxe (A Coruña), llena de pequeños trozos de vidrio que el océano se encargó de pulir con paciencia de artesano.

Playa de los cristales, en Laxe. Foto: Amaianos – CC.

La causa reside en que sobre la costa había un vertedero que terminó cediendo a la presión del océano, y el mar se encargó de devolver en forma de diminutas piedras que brillan ante el sol las cientos de botellas y vidrios que las olas se llevaron.

El gobierno gallego decidió cerrar el vertedero y limpiar la zona en 2004, pero los vecinos se opusieron y así quedó esta playa; cuyo baño está prohibido pero que se puede visitar. Eso sí, nada de llevarse vidrios a casa de recuerdo.

La playa interior de agua salada

En Asturias la playa de Gulpiyuri es una rareza geográfica: se trata de un pequeño arenal -solo 40 metros de largo– bañado con aguas del Cantábrico, que se cuela por unos acantilados que la protegen del océano.

Playa interior de Gulpiyuri. Foto: Estela Camunas | Unsplash.

La playa de Gulpiyuri es un arenal con agua salada, que llega desde el Cantábrico tras filtrarse entre los acantilados

Ubicada en el concejo de Llanes y declarada monumento natural el 26 de diciembre de 2001, forma parte del Paisaje Protegido de la Costa Oriental de Asturias. De arena blanca y agua salada, no tienen ningún servicio, pero es un curioso atractivo para conocer.

Playas con ruinas

Es lógico que las culturas antiguas fundaran sus pueblos y colonias junto al mar. En España encontramos varios yacimientos arqueológicos en primera línea de la costa, donde los bañistas pasan con sus sombrillas y palas a metros de ruinas y estatuas.

Playa de Bolonia con los restos de la villa romana de Baeolo Claudia. Foto: Turismo de Andalucía.

Uno es la villa romana de Baelo Claudia, a 22 km de Tarifa (Cádiz), que data del siglo II.

Actualmente en la playa de Bolonia, la antigua ciudad llegó a acuñar moneda y elegir a sus propios gobernantes y fue muy conocida por su factoría de salazones, en funcionamiento entre los siglos VI y VII, donde se preparaba la famosa salsa garum que hacía las delicias de los habitantes por todo el Imperio y que suponía un intenso comercio entre su capital y la provincia de Bética.

En la Costa de la Luz, a 15 minutos en coche de Tarifa, y camuflada entre dunas y arenas doradas, las ruinas aun permiten reconocer la Curia, las vías o el foro, todos ellos elementos de las antiguas ciudades romanas.

Otro de estos yacimientos junto al mar es el de Empúries, en la provincia de Girona. Se trata, además, del único yacimiento donde conviven los restos de una ciudad griega (Emporion) con una romana (Emporiae).

Ruinas de Empùries. Foto: Julia Casado | Pixabay.

También se puede citar la Illeta dels Banyets de la Reina, una pequeña península en la Costa Blanca de Alicante donde se encontraron restos que datan de la Edad de Bronce, aunque la mayor parte de los testimonios arqueológicos pertenecen a los siglos II y IV a.C.

La playa de la laguna verde

En Lanzarote hay playas de arena dorada, otras negras por las rocas volcánicas, y hay una que a pocos pasos del mar presenta una laguna con aguas de un verde esmeralda.

Se trata de la Laguna de los Clicos, en el Parque Nacional de Timanfaya, que adquiere este color intenso por la presencia de azufre en sus aguas y de un alga llamada ruppia marítima.

Laguna de los Clicos, en Lanzarote. Foto Turismo Islas Canarias
Laguna de los Clicos, en Lanzarote. Foto: Turismo Islas Canarias

Esta curiosa formación acuática de 7.000 m2 forma parte del cráter de un volcán que erupcionó entre 1730 y 1736, y que fue parcialmente invadido por el océano.

La playa roja

Hemos mencionado las playas doradas y negras de Lanzarote, pero en Canarias también hay otra de arena roja.

Si no fuera porque hay un mar, parecería un rincón de Marte. Foto: Turismo Islas Canarias

Se trata de El Verodal, en El Hierro, concretamente en el municipio de La Frontera, en el noroeste de la isla. Se trata de una playa de singular belleza que debe a su peculiar arena volcánica de color rojizo. Situada en un entorno prácticamente virgen, es perfecta para relajarse en contacto con la naturaleza mientras se contemplan magníficas vistas.

En Canarias hay playas doradas, negras, y también hay una de arena roja

Por las fuertes corrientes oceánicas se desaconseja el baño, pero el lugar es un imán por el curioso contraste de colores.

Las playas con las huellas del asteroide maldito

El Geoparque de la Costa Vasca presenta uno de los perfiles costeros más curiosos de España, con unas formaciones rocosas llamadas flysch, pliegues rocosos que se sumergen en el mar y que condensan 60 millones de años de historia geológica del planeta.

El flysch de Zumaia. Foto: Jordi Vich Navarro | Unsplash.

Si se mira con atención estas rocas se percibe una fina capa negra que evidencia el impacto de un gran asteroide, seguramente el mismo que acabó con la mayoría de los dinosaurios hace 60 millones de años, algunos de los cuales dejaron también sus huellas en este lugar.

La playa de las arenas movedizas

Hay varias playas con dunas en España, pero una de las más interesantes de la del Parque Nacional de Doñana, en Andalucía.

Junto al mar se generan las dunas embrionarias, que por efecto del viento van siendo arrastradas al interior y se unen a otras formaciones de arenas más grandes.

Dunas del Parque Nacional de Doñana. Foto: Turismo de Andalucía.

Sus crestas van cambiando entre tres y seis metros al año. Las actividades artesanales de los siglos XVI y XVII han extirpado muchos arbustos que frenaban su acción, y las dunas se han podido crecer a sus anchas.

Actualmente el sistema dunar de Doñana se extiende a lo largo de 30 kilómetros, y no es extraño caminar por un sendero de madera que al año siguiente fue devorado por las arenas.

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